La tarifa de energía eléctrica para los usuarios en Colombia está diseñada para la remuneración de las empresas que intervienen en cada una de las etapas de la cadena de suministro, así: generación, transmisión, distribución y comercialización. Incluye también rubros para las pérdidas, las restricciones y otros asuntos del sistema.
De todas aquellas, solo la componente de generación está definida por condiciones de competencia en el mercado. Las demás componentes: transmisión, distribución, comercialización, pérdidas restricciones y otros, están regladas por la comisión de Regulación de Energía y Gas -CREG. Así, que la tarifa de energía eléctrica se puede describir en dos componentes: Generación (resultante de fuerzas de oferta y demanda) y Resto (definida en su totalidad por la comisión).
Tarifa=Generación + Resto
Sobre el Resto, donde la distribución y comercialización ocupan la mayor proporción, solo podemos esperar que la indexación, sea con el mecanismo actual o con un nuevo mecanismo, haga su trabajo para continuar aumentando su valor. Siempre que continuemos pensando que los indexadores se utilizan para mantener “el valor del dinero en el tiempo” seguirá ocurriendo que la existencia de estos solo se presta para el aumento irremediable de la tarifa de energía eléctrica al usuario final.
Así, una eventual reducción de la tarifa de energía eléctrica queda entonces supeditada a la reducción de la componente de generación. Para el año 2024, 2025 y 2026 ya se han firmado contratos de energía que pueden ser consultados en las plataformas de información del mercado eléctrico. Los resultados de estas licitationes no son alentadoras para los usuarios, los precios en términos constantes seguirán altos; los indexadores futuros harán que en términos corrientes la componente de generación sea más alta.
Como se aprecia en la curva, para 2024 en promedio se firmaron contratos a 272 COP/kWh, el cinco por ciento de las transacciones para este año estuvieron por encima de 391 COP/kWh. Para el año 2028 en adelante, el precio promedio se aprecia por encima de 260 COP/kWh y solo una reducción podría darse en 2039. Como las cifras de la figura están en precios constantes, el precio de generación que pagarán los usuarios por estos contratos será indexados, se espera entonces que suban más.
El problema identificado de altas tarifas de energía eléctrica no es un asunto circunstancial sino más bien estructural que no solo está presente hoy en la percepción de muchos usuarios sino que así se mantendrá. En adelante, dedico el texto a hacer algunas recomendaciones para la reducción de la Tarifa de energía eléctrica de forma técnica en la dirección de la satisfacción del usuario, que se mantenga la seguridad y confiabilidad del sistema y, asunto relevante, no se viole el principio de autosuficiencia financiera de las empresas.
Revisión de la estructura de cada componente de la Tarija. ¿Es coherente que la actividad de comercialización sea más costosa que la actividad de transmisión? ¿Sí es más barato comercializar energía para el mercado no regulado que para el mercado regulado? ¿las restricciones deberían ser parte de la bolsa de energía? ¿Se podría que la componente de distribución fuera igual en todo el país? En fin, la fórmula tarifaria ha logrado acompañar durante muchos años el éxito rotundo del mercado eléctrico colombiano y merece también una revisión de cara a las nuevas tecnologías, posibles modelos de negocios, los aprendizajes y la búsqueda de la alegría de los usuarios.
Eliminación de la indexación como parte de la tarifa de energía eléctrica, en cualquiera de sus versiones. Bien podrán las empresas planear el uso de sus recursos si tienen su ingreso atado a precios corrientes.
Modificar la fórmula tarifaria con destino al mercado regulado, de tal forma que se elimine el incentivo de los comercializadores de comprar al promedio de mercado y se sustituyan por incentivos claros que premien la compra a precios más bajos.
Aumento de los periodos de suministro en las licitaciones con destino a mercado regulado, reduciendo los niveles de certeza de los oferentes de tal forma que ellos deban ofertar su precio mínimo de cobertura.
Más gas, más carbón, más solar, más eólica, más hidráulica y, por favor, también nuclear, Es necesario que más plantas de generación entren al sistema. La exploración de gas natural, por ejemplo, nos debe ayudar para que el país cuente con gas suficiente para que las centrales puedan adquirir contratos del tipo take or pay a precios inferiores al precio de los contratos de energía. Más recursos hidráulicos nos ayudarán a reducir el precio medio de la energía eléctrica. Más carbón nos permitirá utilizar una suerte de recursos con los que el país cuenta. Más eólica y más solar nos ayudarán en la transición energética y, la energía nuclear será necesaria para que podamos alcanzar rápido los niveles de expansión que requiere el sistema.
Fomentar el inicio de subastas de expansión desde la demanda. Así, que cada comercializador con destino al mercado regulado pueda crear una subasta de compra de energía a 20 años para proyectos nuevos en modalidad pague lo generado. Así como en la subasta de renovables, los nuevos generadores que logren entrar se les asigna responsabilidad y remuneración de cargo por confiabilidad. Así mismo aestas nuevas centrales con la energía vendida a largo plazo, debe asignárseles punto de conexión a red.
El tema de analizar de manera estructural el mercado eléctrico colombiano no es cosa nueva y mucho menos un asunto de ilusión o solo deseo. Ya hace años, en 2013, la fundación ECSIM entregó 30 recomendaciones para la reducción de la Tarifa de energía eléctrica en Colombia en una consultoría sobre la competitividad de la cadena con la participación del MinCIT, Andi, Acolgen, Andeg, Asocodis y Andesco. Una nueva revisión de ese documento, con la participación de más actores, es hoy más que conveniente.
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