
El precio de los contratos depende del riesgo que asume el vendedor. Una medida para reducir la exposición a bolsa de los usuarios llevará a un nuevo aumento de la tarifa de energía eléctrica.
Dice el Gobierno de Colombia en sus redes sociales «Decretaremos que el porcentaje máximo de venta de energía en bolsa sea 5% del total de la generación»
Existen dos formas básicas para la compra y venta de energía eléctrica, la bolsa de energía y los contratos. En la bolsa de energía los precios son variables, desconocidos desde antes; mientras que en los contratos de largo plazo los precios se fijan entre las partes. El Gobierno ha llegado a entender que cuando los usuarios tienen una alta exposición a bolsa cuando el precio de bolsa sube su tarifa sube y por esto busca limitar la exposición a bolsa vía decreto.
Comprar o vender en bolsa de energía implica comprar o vender energía a un precio que varía durante todas las horas del día, con una variabilidad mayor a diez veces la de la tasa de cambio, sujeto a condiciones climáticas, a cambios del dólar, a disponibilidad de combustibles, disponibilidad de transporte de gas natural, configuración de la red eléctrica, fallos en las líneas, fallos de centrales, crecimiento de demanda, y así un cúmulo de condiciones que en el día a día definen cuánto cuesta producir la energía eléctrica.
Transar energía en bolsa es un asunto que debe dejarse únicamente a las empresas interesadas y capaces de administrar los riesgos inherentes a las operaciones con sus procesos, sistemas y capital humano. Un buen mercado eléctrico está diseñado de tal manera que estas operaciones en bolsa son solo asunto de generadores y operadores especiales, mientras que para el usuario final se debe dejar únicamente un precio fijo definido. En otras palabras, cada uno en lo suyo: Para el usuario un precio de largo plazo, y la bolsa de energía solo para los generadores.
Vender energía en contratos es en sí mismo un privilegio como un riesgo. Un contrato de largo plazo de energía es un acuerdo entre dos partes donde una de ellas se compromete a entregar energía eléctrica para un momento determinado, mientras la contraparte se compromete a recibir esa energía y pagar por ella el precio acordado.
Quien vende en un contrato de energía eléctrica debe entregar la energía eléctrica en el día pactado y recibirá por ella el precio pactado. Esto, independientemente de lo que ocurra en la bolsa de energía. Si en el momento de entrega el precio de bolsa de energía es bajo, el vendedor del contrato recibirá el precio del contrato; si en el momento de entrega el precio de bolsa es alto, el vendedor del contrato recibirá el precio del contrato.
Si el vendedor del contrato es un generador y generó mucha energía entonces honrará el contrato con su energía generada. Si generó poca energía entonces tendrá que ir a comprar lo que falte del contrato a bolsa de energía.
Un generador solar que no pueda generar toda su energía en un día determinado, tendrá que comprar energía en bolsa para honrar su contrato de largo plazo. Contrato que, según el anuncio del decreto, será obligatorio. Este es el punto de quiebre que no aparece considerado por el Gobierno tras su mensaje: Cuando un generador de energía renovable no tenga agua suficiente o sol suficiente o aire suficiente, tendrá que ir a comprar energía en bolsa de energía, bolsa de energía que estará cara. En otras palabras: el vendedor de contrato tendrá que asumir más riesgos.
Los niveles actuales de ventas en contratos no obedecen a un deseo de los generadores. Tres asuntos deben considerarse al momento de decidir cuánto vender en contratos: el riesgo de que la generación de la central no sea suficiente para cumplir los contratos, el precio de bolsa al que se tendría que comprar la energía en los momentos de baja generación y la compensación del riesgo de compra. Así, las ventas en contratos están balanceadas con el precio de los mismos.
El precio de los contratos depende del riesgo que asume el vendedor. Con la medida que propone el Gobierno los generadores tendrán que asumir más riesgos y con ello subir el precio de los contratos. Así, una medida para reducir la exposición a bolsa de los usuarios llevará a un nuevo aumento de la tarifa de energía eléctrica.
Dos mensajes directos trae este anuncio del Gobierno, uno a los generadores de energías renovables y otro a los usuarios
El mensaje que se está dando a los generadores de energía renovables: Deseamos que generen más, vendan en contratos, asuman más riesgos, aumenten el precio de los contratos pero recuerden que no le pagaremos más que un nuevo precio de escasez que es bajo respecto a los contratos (este último otro deseo del gobierno sobre el que hablé en columnas pasadas). Para las renovables: Hagan lo que se les pide pero no les pagaremos lo que vale.
A los usuarios: Sabemos que están pagando la tarifa de energía eléctrica más alta de la historia, eso se va a corregir si compran en contratos, con precios más altos. En otro sentido: para evitar que en algunos momentos la tarifa esté cara cuando sube la bolsa, paguen la tarifa cara siempre.
Mientras tanto a tanta discusión sobre si la tarifa sube o baja sobre si hay o no más centrales, si hay o no riesgo de racionamiento, ahora el propio gobierno nacional está dando el mayor ejemplo de no pago.
La exposición a bolsa es consecuencia de las condiciones físicas y económicas del sistema eléctrico, es una consecuencia, no una causa. Continúa sin identificarse el problema.
Gracias por leer,
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