Varios lo hemos notado, la desaparición de los jeans angostos de la escena y el retorno a los pantalones de poliéster, camuflados y bota campana, de talle alto en la cintura. Si has asistido a un encuentro social, un bar, una concierto, has visto el retorno de las cámaras digitales de los aughts: la primera década de los años 2000; quizás has desempolvado tu propia cámara; quizás has sucumbido a la moda; o más bien, como se pregunta Allison P. Davis en su artículo para The Cut sobre el cambio que se avecina, “¿Sobrevirás el vibe shift?”.
Las señales están en todas partes. Ya tendrás alguna amigo o familiar que asistió al concierto de RBD, Kudai o al 2000’s Pop Tour. Si estás en redes sociales y eres de Colombia, ya habrás visto o escuchado sobre el nuevo capítulo de 4 extraños en DC, estos cuatro amigos, el rolo, el paisa, el boyacense y el vallecaucano vuelven con su lenguaje procaz y sus apuntes que hasta hace unos meses se consideraban políticamente incorrectos. Desde la pandemia South Park también vuelve potenciado a la escena para criticar los excesos de cada facción política, conservadores y liberales en los Estados Unidos. Aparecen también nuevas series como The Idol de Sam Levinson, con escenas gráficas, incómodas, quizás lindando en lo lascivo, pero en el fondo mostrando la cruda realidad del mundo del entretenimiento, y como explica Adam Lehrer en su reseña sobre la serie para la revista Compact, “El puritanismo performático de aquellos que objetan a la serie es tan vació y hueco como el espectáculo de la cultura pop de la cual todos hacemos parte”.
Aunque la tecnología ha cambiado, retorna la nostalgia, pero no una por tiempos tan remotos, sino por aquel momento desde nuestra primera crisis contemporánea, desde la caída de las Torres Gemelas y el inminente colapso financiero global de la misma década. Quizás habrás abandonado alguna red social, tal vez Facebook, la que abriste a inicios de siglo. Ahora que la oferta se amplía y los feudos virtuales con sus líderes excéntricos —Musk y Zuckerberg— generan mayores opciones taxonómicas en el mundo digital, sientes desgaste y no estás seguro si debes unirte a una de estas nuevas plataformas o si más bien abandonarás del todo las que ya habitabas o usabas; no sabes si quiera si harás el esfuerzo de escoger los pronombres adecuados en tu perfil de redes sociales.
En la medida en que dejamos a un lado esa etapa estéril de desinfectantes de manos, de cuerpo y mente, vuelve el cigarrillo a la escena, el peso del humo, o, como señala John Ortved en el New York Times,“Esa nube de humo no es un espejismo”, pues las personas están fumando de nuevo en medio de encuentros sociales. Ahora bien, la bruma mental que nos acoge y la que hemos sobrellevado estos últimos años, quizás síntomas de la postpandemia —Long Covid, como también lo suelen llamar quienes no encuentran explicación a su predicamento— se empieza a disipar en algunos.
Asimismo, volvemos a recuperar nuestro espacio en el mundo real en la medida en que el internet se fragmenta, en la medida en que dejamos de habitar el plano hiperreal, aunque sea por un instante; ya que, en palabras del reconocido bloguero Noah Smith, “La fragmentación de las redes sociales nos ha liberado”, refiriéndose al fallido intento de Musk de hacer de Twitter un mejor lugar, además de la inesperada aparición de Threads de Zuckerberg. Dicho esto, estamos con un pie en el pasado y otro en un futuro incierto, angustioso, pero liberador, pues como canta o recita Lana del Rey —hablando de los nostálgico y vintage de nuestra época— en su canción Love: “Lооk аt уоu kіdѕ wіth уоur vіntаgе muѕіс / Соmіn’ thrоugh ѕаtеllіtеѕ whіlе сruіѕіn’ / Yоu’rе раrt оf thе раѕt, but now уоu’rе thе futurе / Ѕіgnаlѕ сrоѕѕіng саn gеt соnfuѕіng / It’s enough just to make you feel crazy, crazy, crazy.”*
*Mírense ustedes chicos con su música vintage / Que viene a través de satélites mientras conducen / Son parte del pasado, pero ahora son el futuro / Las señales se cruzan y pueden tornarse confusas / Es suficiente para hacerlos sentir locos, locos, locos.
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