Daniel y sus viejas formas

“Como ya ha dicho Naomi Klein, la conmoción es un momento propicio que permite establecer un nuevo sistema de gobierno” Byung-Chul Han, Sopa de Wuhan, pág., 110.

Criticar a Daniel en tiempos de emergencia sanitaria puede parecer algo desconsiderado, en realidad espero incomodar si es necesario.

Reconocer que Daniel tiene capacidad de liderazgo no es algo nuevo pero necesario también, además porque ha contado con un buen equipo de trabajo y el sector privado y la academia han aportado significativamente.

Enmarcar esta discusión en términos políticos y por esto en posibles conflictos resulta fundamental más allá incluso de lo positivo o negativo, nada más importa el acontecer que ya de por sí nos arroja luces o no, de la manera de gobernar Medellín.

Daniel es un hombre joven, pero con viejas formas, me explico: es un hombre autoritario como ya lo demostró con creces en la UdeA, pues con un protocolo inconsulto en todo lo que signifique comunidad universitaria, legitimó el uso de la fuerza dentro de la U; incluso después de dicha acción violenta se reafirmó en su decisión, eso en realidad significó un retroceso.

Sabemos también que Daniel es un apologeta del BIG DATA, y que su modelo de manejar la pandemia es MADE IN CHINA. En realidad, después de esta pandemia el mundo habrá dado un giro definitivo al uso masivo de la información de manera mucho más peligrosa que antes, Byung-Chul Han propone: “a la vista de la epidemia quizá deberíamos redefinir incluso la soberanía. Es soberano quien dispone de datos.”

Nadie podría negar que a Daniel le ha funcionado el uso de la tecnología, pero también hay que decir que su autoritarismo ya demostrado, en tiempos post-pandemia genera incertidumbre. El concejal Daniel Duque Velásquez radicó en la procuraduría una queja y exige una investigación al encargado de manejar toda la información que está llegando a manos de la Alcaldía, pues el encargado por el alcalde podría resultar en una violación al régimen de conflicto de intereses lo que constituye una falta grave que podría ocasionar la remoción de dicho cargo.

Daniel también es populista, pero en el sentido tradicional, pues el populismo no obedece a criterios de bueno o malo sino al servicio de quién se utiliza; el #FondoAbrazandoConAmor es un claro ejemplo como puede ser usado el populismo, pero no para la gente.

Es muy propio de Daniel, desde campaña y “antes de ella”, utilizar el dispositivo discursivo del enemigo, se ha encargado ya de venderle por lo menos tres a los medellinenses; el primero fue el empresariado antioqueño y en sus términos discursivos el gerente de EPM como facilitador de corrupción. Incluso nos llegó a hablar de “el caso de corrupción más grande en la historia de Antioquia”; ahora que gobierna, en el empalme y antes de la emergencia sanitaria ni una palabra al respecto.

El segundo enemigo que trató de vender y que ahora ha cumplido un papel esencial ha sido el estudiantado, se refirió a algunos estudiantes de la UdeA pero en realidad afectó a toda la comunidad universitaria, hasta intentos de homicidio a una profesora hubo. Intentó como pudo posicionar tal discurso de enemigo y peor aún en la universidad que ahora ayuda a fabricar los ventiladores, que aisló el virus y que en cabeza de su rector cumple con total determinación el papel social más destacado hasta ahora por parte de una universidad en Colombia.

El último enemigo ha sido el COVID-19, no ha entendido que el mundo ha cambiado, ha sobrepasado toda barrera y límite territorial. Que los enemigos no están ni dentro ni fuera de una sociedad, los enemigos están siendo fabricados por nosotros mismos en la lógica desproporcionada del capitalismo monopolista.

La última vieja forma de gobernar está ligada al manejo de lo público en clave de favor político, pues el Lobby para el metro de la 80 fue contundente, podríamos decir que es un independiente pero no del poder central. Lo ha demostrado hasta ahora al asentir todo aquello que parece le valió el metro de la 80: su irrestricto silencio, que se encierra en el embeleco de la “unidad”.

Para concluir existe la posibilidad de que la vida y el empleo puedan seguir siendo atendidos como valores materiales, pero sin vida no hay economía. El único modelo hasta ahora medianamente triunfante es el de Asia por su cultura autoritaria, pues Europa y Estados Unidos han dejado de ser potencia científica, en términos simbólicos; de esta manera el modelo del autoritarismo ya lo importó Daniel y por el bien de todas solo se espera el éxito.

También, las mascarillas que cumplan con las medidas necesarias serán fundamentales no solo para el sector salud sino para todos los sectores involucrados en cualquier actividad en la calle.

En definitiva, la disciplina como tradición cultural paisa seguirá arrojando datos positivos, sin embargo, la vigilancia digital si tendrá que entrar al debate público.

Julián Stiven Velásquez Martínez

Estudiante de Ciencia Política con énfasis en los estudios culturales.