Cuando empezó toda la algarabía sobre la publicación de En agosto nos vemos la novela inconclusa de Gabriel García Márquez, me generó un mal sabor de boca. Todo inició porque ya había leído – como muchos – el manuscrito de esta obra que estaba expuesta en la colección del Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en el año 2015. De esa lectura y de este archivo que la familia de Gabo, encabezada por Mercedes Barcha, vendieron, escribí un texto en el medio de comunicación Culturamas en España con el título: “Lo que gabo dejó en el tintero”. Fue en diciembre, gran parte del mes me dediqué a ver todo lo que se podía del Nobel, sin embargo, en aquella columna expuse mi apoyo a Patricia Lara quien leyó y analizó la obra concluyendo que publicarla sería un riesgo y se vería en el dilema de las múltiples versiones que existen de la misma. A su vez, porque en su momento, la familia fue enfática en no enviarla a la editorial. Estoy por pensar que era más la decisión de Mercedes, esposa de Gabo, en que no viera la luz porque sabía que no estaba lista. Pues en voz de sus hijos, Mercedes era lectora importante de las obras de su esposo. Pero al morir, fueron Rodrigo y Gonzalo, actuales herederos del universo literario del Nobel quienes decidieron el futuro de una novela sin terminar.
Aunque los hijos de García Márquez dijeron en la rueda de prensa correspondiente al lanzamiento del libro que fueron varios académicos quienes leyeron la obra y los convencieron de que la publicaran, me hace pensar que hicieron todo lo que Gabo no quería. Por ejemplo, García Márquez no era muy cercano a los críticos a quienes consideraba “burros” como lo dijo en la entrevista con Germán Caycedo en los años 70´s. Reconocemos y recordamos su disciplina para la escritura y su afán por dejar lista una obra, por ejemplo, en la colección vemos que hay siete versiones terminadas y con miles de correcciones del General en su laberinto. ¿No será un equívoco esto de la publicación de En agosto nos vemos, cuando ni los propios críticos literarios están de acuerdo sobre el método Gabo?
En el texto del 2015 dije lo siguiente:
A finales de los años noventa, Gabo había leído el primer capítulo de una novela en la cual estaba trabajando y que quizás, podría ser la última. Pasaron los años y la novela no vio la luz y no la verá, pues después de la muerte de Gabo los lectores quedamos con la tristeza de poder leer: En agosto nos vemos. Lo único que se conoce de esta novela caribeña, es el primer capítulo y algunos fragmentos que ya andan por internet, pero hay mucho más detrás de esa novela…
Patricia Lara periodista y escritora colombiana, viajó hasta Texas para leer el manuscrito de esta novela que, según ella, es uno de los materiales más importantes de esta colección. La periodista que fue amiga de Gabo y de la familia, se comunicó con Rodrigo García, cineasta e hijo del nobel, y él le comentó que la novela no se publicaría porque su padre no la terminó, que hay cosas que sólo el hijo de Aracataca puede arreglar, pero ya no está para ello. Y que bien que haya sido así, de otra familia publica a medias y hace toda una parafernalia para ganar dinero, porque a la final ese es el fin de los textos póstumos de un escritor, una renta económica.
En aquel momento quedé satisfecho porque el libro no se publicaría, porque las versiones que habían o hay, son inconclusas, llenas de caminos difíciles de descifrar y que solo Gabo podía hacerlo porque en su momento, la historia reposaba en su cabeza. Sin embargo, nacen los siguientes problemas: ¿Qué versión usaron y por qué esa? ¿Quién tomó la decisión final? ¿Qué había de diferente en las otras versiones? ¿Qué tanto hubo de intervención en la escritura y quién lo hizo? No es un secreto que después de la muerte de García Márquez los estudios y ventas de sus obras aumentaron, pero este libro da cuenta de qué entra en el universo del autor.
He escuchado decir, dentro de tanto bombo y bulla, que con esta novela se cierra el mundo de García Márquez. Me nace otra pregunta: ¿Qué tipo de universo, si su obra es tan fragmentaría que una clasificación es compleja de hacer? ¿Será que nos van a vender la idea del realismo mágico cuando él no tiene nada que ver con esto ni esta última obra? ¿Para qué publicar algo del cual ni los críticos, ni la familia, ni Gabo estaban convencidos? Siento que hay que tener cuidado en la forma en cómo se clasifica, cómo se entiende y cómo se hablará de la obra, porque la escritura de En agosto nos vemos se ubica en un momento preciso de la vida del Nobel y esto es importante para entender el mundo creativo, que puede cambiar de obra en obra.
Ojo, que la emoción no nos ponga a decir exageraciones, exabruptos con algo que fue manejado, manipulado, decidido por agentes externos al creador de la obra.
Esquirla: La colección de Gabo, sin los manuscritos de En agosto nos vemos, la encuentran en: https://hrc.contentdm.oclc.org/digital/collection/p15878coll73/search/searchterm/manuscritos/field/tipo/mode/exact/conn/and/order/title/ad/asc
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