CUARTA A LA PAZ

En medio de la incertidumbre, de las contradicciones entre el Gobierno y las Farc, del poder político del Presidente de Cuba, Raúl Castro (quien de paso le está ganando el pulso a su hermano Fidel), los diálogos de paz en La Habana han avanzado hasta un punto donde nadie imaginaba mientras veía el inicio en noviembre de 2012. En aquel entonces el escepticismo abundaba en todas partes, y aún tenían poder los amigos de la guerra (¿cierto Álvaro Uribe Vélez?), pero ni los tropiezos ni el saboteo por parte del fhüribismo han logrado que este proceso se vaya al carajo, al contrario, ha tomado tanta relevancia que prácticamente partió en dos la Historia de Colombia. Sin lugar a dudas será el tema de la campaña presidencial en 2018, que empezará a prender motores a finales del presente año. El equipo negociador encabezado por Humberto de la Calle Lombana y Sergio Jaramillo, ha logrado realizar un trabajo limpio y blanco, enfrentándose a la arrogancia de los muchachos anticolombianos, encabezados por Iván Marquez y Jesús Santrich. Pero el reto que se viene, tendrá que ser descifrado y superado por todo un país, filigrana a filigrana, empezando por tolerar las ideologías contrarias, los estilos de vida que existen en la realidad, empezar por crear una Conciencia Ambiental y Sostenible, con base en que todos deben trabajar por la misma y respetarla.

¿Porqué se dio ese 23 de junio, pese a que en un principio, se tenía proyectado para el 23 de marzo? El país se encuentra preparado para defender este Proceso de Paz naciente, a pesar de todos los obstáculos habidos y por haber, porque a lo mejor, sea su última oportunidad sobre la tierra. En la muestra, hay dos casos peculiares para este caso: el primero tiene que ver con la aprobación en el congreso del Acto Legislativo para la Paz; el mismo contempla lo siguiente: “Procedimiento legislativo especial para la paz: funcionará por seis meses, prorrogables por otros seis, a partir de la firma del acuerdo final y su refrendación positiva”. Es difícil creer en un estamento legislativo donde están José Obdulio, Roy Barreras, Jorge Robledo y demás; pero para lo anterior, se cuenta con una Corte Constitucional que dictará su validez o no, con argumentos jurídicos que sentarán las condiciones necesarias para que haya un plebiscito equitativo y que represente realmente la voluntad del pueblo colombiano.

El otro es la firma histórica del documento sobre inicio del Cese al Fuego Bilateral y Definitivo, por parte de Juán Manuel Santos (Presidente de Colombia; a todo señor, todo honor) y Timoleón Jiménez (alias Timochenko, Jefe de las Farc). Su título lo dice todo: “ACUERDO SOBRE CESE AL FUEGO Y DE HOSTILIDADES BILATERAL Y DEFINITIVO Y DEJACIÓN DE LAS ARMAS ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y LAS FARC-EP”. No es que ya haya un Acuerdo de Paz definitivo (ese se firmará lo más probable el 7 de agosto próximo), sino que es el inicio para erradicar definitivamente ese conflicto absurdo (una guerra que no debería tener el adjetivo de civil), empezar a construir de cero una Colombia de verdad, ser ese líder internacional que ha sido anhelado a lo largo de 206 años de existencia. Este Macondo se había vuelto en un Inconsciente, que se había acostumbrado a la existencia de conflictos con razones absurdas e inaceptables, que si usted era godo debía matonear a un cachiporro y viceversa (al estilo de la Señorita Antioquia 2008), donde se destruyeron miles de hectáreas de bosque tropical, incluyendo la desaparición de especies nativas de flora y fauna.

Entre los diversos puntos conocidos el jueves pasado, se encuentra las 23 Zonas de Concentración y los ocho campamentos temporales, que serán adecuados para concentrar a los insurgentes durante un lapso estimado en seis meses, a partir de la firma del acuerdo final. Sin lugar a dudas, es un paso positivo, pero pueden haber interrogantes en cuanto al Manejo Ambiental y Sostenible de dichas superficies: ¿estarán cercanas a Zonas de Reserva Forestal y Parques Nacionales Naturales? Si es así, sería muy riesgoso, ¿tienen los Planes de Cuidado adecuados para tal fin?; ¿cómo cuidar que no se afecte la sostenibilidad de dichas zonas) hay que recordar los nexos entre Farc y Narcotráfico, que aún no han sido totalmente rotos. Y finalmente, ¿como evitar las reuniones politiqueras y de intereses oscuros allá? Ojalá la ONU esté a la altura de las circunstancias.

El autor de la presente columna tiene fé en que este proceso de paz se haga realidad, bajo el siguiente lema: “Nací en un País en Guerra, quiero vivir y morir en un País en Paz”.

PD1: A los elenos, como que se los está llevando el tren de la cobardía y la arrogancia, directo al precipicio del desprecio y la vergüenza.

PD2: Que vecino tan problemático es Venezuela. Su gobierno y oposición son insoportables.