Olvidar aquellos días de marzo, cuando como una bomba los medios de comunicación estallaron con su información referente a una pandemia que se esparcía a gran velocidad, replicando los mensajes enviados por el mundo y las medidas de precaución tomadas en los diferentes continentes que debíamos adoptar de manera inmediata será difícil, entonces los gobiernos nos alertaron de nuevos códigos ciudadanos que nos hacían permanecer en casa, para tratar de que las estadísticas de contagio disminuyeran.
Pasamos meses encerrados en casa, aprendiendo de nuevos lenguajes digitales, acrecentando la unión familiar, intentando crear nuevos hábitos, por el bien de nuestra salud corporal y emocional, esperando que de alguna manera el fin del mundo llegara, cuando finalmente el día de interactuar nuevamente llegó, a nuestro estilo de vida se une el tapabocas como uniforme y el alcohol como perfume, y cuando pensábamos que se acercaba un apocalipsis, donde aquellos que más lo necesitaran comenzarían a saquear los supermercados, vimos el reflejo de una sociedad honesta, que mantenía la esperanza avivada.
El imaginario colectivo del covid-19, fue una oleada de pánico, que como todas las noticias que suelen pasar a ser parte de nuestra cotidianidad y se convirtió en paisaje, pronto olvidamos las recomendaciones y en cuanto la cuarentena se levantó, salimos a abrazarnos,celebrar y aglomerarnos como si por obra de magia el virus se hubiera ido.
Si bien ese término de “nueva normalidad” genera escalofrío en muchos, es necesario que aprovechemos las ventajas con las que contamos, y que otras civilizaciones no, cuando en su momento tuvieron que enfrentar una enfermedad, virus o bacteria que amenazaba con extinguir a la raza humana.
Este texto representa un llamado a la conciencia ciudadana, a la empatía por aquellos que con constancia desde sus labores trabajan bajo presión y sin descanso, intentando detener la emergencia, que aunque para muchos se ha convertido en ajena, es una realidad compartida.
Evitemos que el pico de la pandemia se eleve, y que sea necesaria una nueva temporada de cuarentena, en cambio permitamos que lo que se haga viral sean las buenas acciones, compartir en familia, el apoyo a emprendedores y sus negocios, plantearse un nuevo proyecto y aplaudir a nuestros médicos y todos aquellos pertenecientes al sistema de salud, que aún en situaciones de crisis, carentes de herramientas básicas continúan en la batalla. Docentes, artistas, aquellos que salen diariamente a trabajar para que la economía del país de alguna manera se mantenga.
Ahora que no hay cuarentena, pico y cédula, toques de queda o ley seca, ahora que la pandemia está en manos de la cultura ciudadana es el momento de que nos apropiemos de la situación, desde el actuar recurramos a la tecnología en pro de continuar con nuestra vida, acortar distancias y relacionarse apropiadamente.
Es el momento de innovar y reinventarse, y poner nuestros conocimientos a prueba, hemos visto como no solo en Medellín, la ciudad más innovadora, sino también en el resto de Colombia y Latinoamérica, se suman esfuerzos para resolver desde la innovación los efectos de la pandemia, es el caso de elementos como respiradores artificiales, camillas, instalaciones hospitalarias adecuadas, productos de desinfección y protección, además de sistemas digitales que permiten el seguimiento de aquellos pacientes contagiados, y la entrega de resultados de Covid- 19 de manera oportuna.
Así, tras la emergencia se han desarrollado tecnologías en pro de resolver o bien aminorar la problemática, esto como apoyo a los sistemas de salud, que en la mayoría de los casos no pueden proporcionar una atención integral y veloz.
Algunas de estas soluciones planteadas en Latinoámerica son la plataforma PatientLynk 2.0. con el fin de mejorar los problemas de acceso, la cual permite la identificación universal de pacientes para proporcionar el resultado de la prueba de COVID-19 de una manera más rápida y segura, ya que esta se brinda en línea, creada por Abartys Health, una compañía de soluciones de datos para el cuidado de la salud.
Compañía que también se suma a las soluciones con una plataforma gratuita para uso de hospitales, laboratorios, la cual permite hacer un rastreo y seguimiento de los pacientes diagnosticados con COVID-19.
Por otro lado en Colombia contamos con la aplicación gratuita CoronApp Colombia, aplicación para detectar y monitorear casos de covid-19, que ha surgido con la intención de crear una red que de manera colaborativa construya un mapa del comportamiento del virus, con datos como el número de contagiados y las zonas en que se localizan, para mitigar su impacto.
Así vemos como las industrias del mundo y las comunidades han buscado una solución conjunta, donde se unen las capacidades tecnológicas y la capacidad de raciocinio humano para generar el bien común. Dos frentes imprescindibles para que las actividades productivas se sigan llevando a cabo, y al mismo tiempo ayudar a que la expansión del virus se detenga. Como estas alternativas mencionadas, seamos parte de la solución y no del problema.
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