Crónica de una alcaldía impopular e ineficiente

“A modo de colofón, se ha acabado una alcaldía impopular e ineficiente, ha muerto un gobierno local que no ha sabido administrar ni gestionar, ha finalizado un ejercicio político que generó desconfianza en lo público y en lo empresarial, ha culminado una alcaldía que no supo trabajar por los intereses de la ciudad”

Daniel Quintero llegó a La Alpujarra luego de haberle ganado el pulso electoral a Alfredo Ramos. Dentro de sus misiones como alcalde, Quintero Calle tenía como finalidad fomentar la educación, la tecnología, los emprendimientos, la ecología y sacar adelante a Hidroituango. No obstante, aquel programa político ambicioso se desarrolló muy poco. Y es que así resulte inverosímil, el exalcalde dejó a la ciudad con un panorama oscuro, por ejemplo, escenarios deportivos en mal estado, colegios públicos caídos y cayéndose y un clima de desconfianza en lo público sin precedentes. Basta simplemente, ver su popularidad, la cual llegó nada más al 30% de aprobación, cosa que lo hizo ser el alcalde con menos popularidad en la historia de “La Eterna Primavera”. Así, pues, que Quintero haya sido el alcalde más impopular en la historia reciente no es capricho de la ciudadanía.

Durante su alcaldía, Quintero y su gobierno fueron supremamente controversiales, pues hubo duras contiendas con el empresariado antioqueño, desfinanciación del Jardín Botánico, problemas en el Hospital General de Medellín y directas participaciones en política, pues recordarán todos aquel video donde está en un vehículo y modifica la velocidad del automotor diciendo “el cambio en primera”, cosa que hizo que la Procuraduría lo destituyera por tres (3) meses.

Aunado a lo anterior, nunca le dio la cara al Concejo de la ciudad, órgano que resulta totalmente preponderante para que el ejecutivo unipersonal intente materializar su programa político. Lo anterior, llevó a que se profundizara la enorme desunión que hay en la ciudad, sentimiento promovido por ambas partes. En realidad, lo que sí hizo el exalcalde fue pedirle dinero a la susodicha corporación que terminó aprobando uno de los presupuestos más altos en la historia, pero esos recursos no se vieron invertidos

Daniel Quintero renunció a su investidura para unirse a la campaña de su amigo Juan Carlos Upegui, que también está en la contienda electoral, todo ello con el fin de hacerle contrapeso a Fico Gutiérrez que, hasta el momento, es el candidato que más suena, según las encuestas, para llegar al Centro Administrativo José María Córdova.

A modo de colofón, se ha acabado una alcaldía impopular e ineficiente, ha muerto un gobierno local que no ha sabido administrar ni gestionar, ha finalizado un ejercicio político que generó desconfianza en lo público y en lo empresarial, ha culminado una alcaldía que no supo trabajar por los intereses de la ciudad. Por ello, este suceso va a servir a los medellinenses para saber qué no debemos repetir. Medellín debe respetarse y se debe trabajar por ella. La Alcaldía no debe utilizarse como trampolín hacia la presidencia de la República ni para la satisfacción personal de caricias efímeras como la vanidad y el mesianismo.


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Allan Arias Palacios

Estudiante de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro fundador del Grupo de Estudios Constitucionales. Columnista en Al Poniente y en el Blog de la Revista Derecho del Estado, de la Universidad Externado de Colombia. Participante del Modelo Congreso Estudiantil Universitario llevado a cabo en el Congreso de la República, donde pude quedar entre los 10 mejores senadores. Mis pasiones son el liderazgo, la política, la escritura, el futbol y mi país.

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