En el siglo XVI era común escuchar en Europa la frase del poeta Juvenal “un ave rara en la tierra, y muy parecida a un cisne negro» como una declaración de imposibilidad, ya que en ese momento no se creía que pudieran existir los cisnes negros, hasta que, en 1697 el explorador holandés Willem de Vlamingh descubrió cisnes negros en el río Swan, ubicado en Australia Occidental.
En estrategia los eventos Cisnes negros son aquellos hechos totalmente inesperados con un impacto muy significativo en nuestro entorno, que arruinan todos nuestros planes, escenarios y nos obligan a replantearnos los principios de nuestra estrategia; esto ha logrado el covid-19. Nos ha obligados a todos los seres humanos, gobiernos, empresas y organizaciones a acoplarse a un evento que nadie esperaba y todo creían improbable.
En diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la China central, se reportó a un grupo de personas con neumonía por causa desconocida, que era contagiosa y comenzaba a expandirse rápidamente, encendió las alarmas del gobierno chino que identificó al virus que causaba esta neumonía como coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (COVID-19). Este virus que se propago con rapidez a inicios del 2020 por fuera de China, llegó a Europa, posteriormente a América latina y que hoy tiene presencia en los 5 continentes, llevó la Organización Mundial de la Salud a declarar al COVID-19 como pandemia el 11 de marzo de 2020.
Al 18 de abril, el COVID-19 ha contagiado a 2´310.572 de personas, de las cuales se han recuperado 590.682 y ha dejado 158.691 muertos en todo el mundo. Esta situación ha obligado a los gobiernos a tomar medidas como el aislamiento social o cuarenta, derivando en la cancelación de sitios públicos o privados donde se congreguen 10 personas o más, cancelando eventos de todo tipo deportivo, musicales, gastronómicos, culturales, etc. Estas medidas nos han cambiado la forma de vivir, de trabajar, realizar deporte, la forma de comprar, y, qué decir de las relaciones virtuales que tenemos a diario con amigos y familiares; estamos en un tiempo de reflexión donde valoramos el contacto con las personas que queremos y apreciamos. Quizás ahora echemos de menos el vernos y el poder de un abrazo. Por ejemplo, estos cambios han golpeado también la economía del mundo, generando casi que una parálisis del mercado, según cifras del FMI en una caída de 6 puntos para el 2020 y proyectan que la recesión será de -3% de PIB mundial, aunque todo puede variar en un aspecto negativo o positivo, nuestro entorno aún es volátil, incierto, complejo y ambiguo.
Lo anterior demuestra que definitivamente esta pandemia es un evento que ha transformado el mundo y ha alcanzado todo lo que parecía improbable, ningún gobierno, persona o empresa tenía en su matriz de riesgo este escenario que hoy estamos viviendo. Adema, algo interesante sobre los cisnes negros es que después que ocurren, suele existir un pensamiento unánime de que “se veía venir”,” no sabíamos cuánto tardaría, pero era evidente que ocurriría”. Entonces si esto fuera cierto, y sabíamos que iba a ocurrir, nos lleva a preguntarnos ¿Por qué no estábamos preparados? ¿Por qué no habíamos construido mecanismos para disminuir el impacto? ¿Por qué no lo evitamos?