
…entre más chapalea, más se hunde”. Un dicho ganadero para ilustrar el lío fiscal del Gobierno; lío advertido, pero desestimado por una interpretación ideologizada de la realidad, que culpa a la “codicia capitalista”.
Este mes, en la Comisión Legal de Cuentas del Congreso, el contralor señaló que “la situación económica y fiscal es compleja”. La ejecución presupuestal en 2024 fue la menor en 10 años, con lo cual crecen las reservas presupuestales, compromisos de una vigencia pagados en otra, afectando la caja de la última. Entre 2022 y 2024 pasaron de 31,7 a 67,1 billones. El recaudo tributario fue el más bajo en 6 años y la deuda del Gobierno llegó al 57% del PIB.
Esta semana, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, CARF, fue también ácido en sus advertencias de incumplimiento de esta línea roja por una combinación de factores: Crecimiento del déficit fiscal primario -sin intereses-; caída de ingresos tributarios; aumento del gasto del Gobierno Central; caída histórica de los depósitos en el Banco de la República; costos de financiamiento crecientes y el aumento acelerado del riesgo país.
¿Cuál es la respuesta del Gobierno? Tratar de meterle la mano al bolsillo a las personas y a los sectores económicos. Sin contar con los intentos de emergencia económica, la estrategia inició con la Reforma Tributaria de 2022 y el reajuste de la retención en la fuente en 2023, señalada como unas de las causas del hueco fiscal de 2024, que el Gobierno quiso tapar con otra reforma tributaria disfrazada de “Ley de Financiamiento”, hundida en el Congreso, con lo cual el presupuesto de 2025 quedo desfinanciado en los famosos 12 billones, que algunos analistas estiman hasta en 28 billones.
Llegamos a 2025 y el Gobierno, en un acto de desesperación y -dicen- de necesidad de velado financiamiento electoral para 2026, lanza un proyecto de decreto que aumenta tarifas de autorretención y bases de retención para ¡400 actividades económicas!
¿Qué les pasa a los afectados? Que de un día para otro aumentará su retención, en algunos casos en más del 100%; disminuirán sus ingresos, dejarán de invertir, de contratar y hasta deberán endeudarse para anticipar un impuesto que no estaba en sus cuentas.
¿Qué le pasa al Gobierno? Hoy soluciona su crisis de liquidez, pero en 2026 abre un hueco mayor, pues no recibe la plática que le adelantaron y deberá reintegrar más saldos a favor, con lo cual se descuadra el presupuesto, que es “de caja”, es decir, de ingresos efectivos.
¿Qué viene? ¿Otra reforma tributaria disfrazada, una emergencia económica sin causa o acaso una consulta popular ampliada? La solución la plantearon la Contraloría, el CARF, el Consejo Gremial, expertos y exministros: ¡RECORTAR EL GASTO!
Pero un gobierno que ve la realidad distorsionada no escucha consejos de la “codicia capitalista”. El riesgo no es que se hunda la vaca en el pantano, sino que arrastre al país.
Comentar