Comercio internacional: ¿solución para el progreso mundial?

En las últimas décadas la economía mundial experimentó un rápido crecimiento al que contribuyó entre factores la aceleración aún mayor del comercio internacional, fruto del avance tecnológico y de un esfuerzo concertado para reducir las barreras comerciales. Algunos países en desarrollo han abierto sus economías para aprovechar al máximo las oportunidades de desarrollo económico que ofrece el comercio internacional, pero ese no es el caso en muchos otros. Las barreras que perduran en los países industriales están concentradas en la producción agrícola y en las manufacturas que exigen una mano de obra intensiva, sectores en los cuales los países en desarrollo tienen una ventaja comparativa.  La integración a la economía mundial es una gran herramienta para la promoción del crecimiento económico, el desarrollo y el alivio de la pobreza a nivel nacional.[1]El resultado ha sido la mejora de los niveles de vida en el mundo entero.

Esta prosperidad ha llegado a la mayoría de los países en desarrollo, que han adquirido mucha más importancia, verbigratia contemplan un tercio del comercio mundial, en comparación con un cuarto a principios de los años setenta. Empero, el avance ha sido muy desigual en las últimas décadas, sobre todo en África, parte de Asia y América Latina. Los países más pobres han perdido una parte sustancial de la participación en el comercio internacional; es el caso de alrededor de 75 economías en desarrollo y en transición, con arraigo a dependencias desproporcionada de la producción y exportación de productos básicos tradicionales, alumbrando motivos marginales que abarcan problemáticas estructurales en las instituciones como marcos normativos endebles, estructuras proteccionistas internas y externas.

No obstante, el desarrollo de muchos países subdesarrollados, como en Asia y en menor medida, América Latina, con un éxito en la medida que optaron por participar en el comercio internacional, lo que les ayudó a captar el grueso de la inversión extranjera directa encaminada al mundo en desarrollo. Un ejemplo de ello es el caso de India y China, que liberalizaron el comercio y adoptaron reformas de mercado como también lo hicieron Corea del sur y Singapur.

A saber, la mayoría de los teóricos están de acuerdo en que la mejor estrategia para un país pobre es desarrollarse para aprovechar el comercio internacional. En las últimas décadas muchos países pobres vieron la sabiduría de esta estrategia y abrieron sus mercados al comercio internacional y a la inversión extranjera, como los ejemplos anteriormente planteados. En forma irónica, a pesar del respaldo de los teóricos, el mundo avanzado en ocasiones ha incrementado sus propias barreras comerciales a las importaciones de esos países en vía de desarrollo. Cabe preguntarse el por qué de ese asunto. Cuestión que el economista Robert Carbaugh en su texto “International Economics” plantea que se piense en la economía mundial como en una escalera. En los peldaños de fondo los países en desarrollo que producen sobre todo textiles y otros productos de baja tecnología. En la parte superior, están aquellos países como Japón, Estados Unidos y otros países industriales que tienen gran mano de obra y sobre todo avanzadas. En los peldaños de en medio están las demás na- ciones, que producen todo, desde chips de memoria hasta automóviles y acero. Desde esta perspectiva, el desarrollo económico es simple: todos intentan escalar al siguiente peldaño. Esto funciona bien si los países de la parte superior crean nuevas industrias y productos y así agregan otro peldaño a la escalera: las industrias más viejas se pueden trasladar al extranje- ro mientras que en el país se generan empleos nuevos. Pero la innovación se detiene en el peldaño más alto, cuando los estadounidenses o japoneses deben competir con los trabajadores de bajo salario en los países en desarrollo.

Un predicamento que enfrentan los países en desarrollo es que, con el fin de hacer algún progreso, deben desplazar a los fabricantes de los productos menos sofisticados que aún se producen en los países avanzados. Por ejemplo, si Zambia va a producir textiles y ropa, competirá contra productores estadounidenses y europeos de estos productos. Conforme los productores de los países avanzados sufren por la competencia de las importaciones, tienden a buscar protección comercial con el fin de evitarla. Sin embargo, esta protección niega el acceso al mercado a los países en  vía de desarrollo, lo que frustra sus intentos de crecimiento. Así, hay un sesgo en contra de su posibilidad de dar alcance a los países avanzados.

En efecto, la teoría de la ventaja comparativa sostiene que todas las naciones pueden disfrutar de los beneficios del libre comercio, si se especializan en la fabricación de los productos en los que tiene ventaja comparativa e intercambian algunos de ellos por productos fabricados por otras naciones.

Con base en experiencia comercial con los países avanzados, algunos países en desarrollo tienen dudas acerca de la distribución de los beneficios comerciales entre ellos y los países avanzados[2]. Han señalado que las políticas comerciales proteccionistas de los países avanza- dos obstaculizan la industrialización de muchas naciones en desarrollo. En consecuencia, los países en desarrollo han buscado un nuevo orden comercial internacional con mejor acceso a los mercados de los países avanzados. Entre los problemas que han plagado a los países en desarrollo están los mercados de exportación inestables, el deterioro de los términos de in- tercambio y un acceso limitado a los mercados de los países industriales.

Finalmente,  hay que resaltar una característica de muchos países en desarrollo es que sus exportaciones se concentran en sólo uno o algunos productos primarios. Una mala cosecha o una disminución en la demanda del mercado de ese producto pueden reducir de forma significativa los ingresos de exportación y desestabilizar seriamente el ingreso nacional y los niveles de empleo. Asimismo, recalcar que el comercio entre países pobre o en vías de desarrollo con los países ricos, en ocasiones se ve impedido por el proteccionismo global en el acceso al mercado. Los aranceles que imponen los países industriales o desarrollados a las importaciones de los países en desarrollo tienden a ser más altos que los impuestos a otros países industriales ( según datos del banco mundial). Las diferencias en los promedios arancelarios reflejan la presencia de bloques comerciales importantes como la Unión Europea ( UE) y el tratado de Libre comercio en América del Norte, ( TLCAN) que ha abolido los aranceles para los socios comerciales de los países desarrollados.

Extra:

A propósito de ello, se está viviendo en los últimos días, una de las mayores crisis del transporte marítimo, denominada “ crisis de los contenedores” una insólita escasez de espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente. Con ello, los cierres de algunos terminales marítimos chinos debido las estrictas medidas para controlar la pandemia. Imagine usted, lector, la influencia de estas dinámicas en el comercio internacional y la factura que le será cobrada en el aumento de precios de productos.


Referencias:

Acs, Z. & Audrestch, D. (1994). Innovación estructura del mercado y tamaño de la empresa. Argentina: Universidad Nacional del General Sarmiento.

Burachik, G. (2000). Cambio Tecnologico y dinámica industrial en A. L. Revista de la CEPAL, (71).

Montenegro, S. (1995). El sector exportador. Coyuntura Económica, (25) 4.

Carbaugh, R. ( 2009). International Economics .Cengage Learning Editores. S.A de C.V.


[1] Sacado de Fondo monetario Internacional. https://www.imf.org/external/index.htm

[2]  Sacado de World Trade Organization https://www.wto.org

 

Luis Gustavo Vergara

Estudiante de Ciencias Políticas y Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana

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