Llevamos 15 días de la Presidencia de Gustavo Petro, en medio de la incertidumbre que genera en el país un Gobierno de izquierda, con anuncios ligeros de algunos Ministros que han llamado la atención de la opinión pública, incluso de su mismo sector político. Lo que sí se avizora, es que será un Gobierno reformista y prohibicionista, que pondrá en marcha la aplanadora (si la mermelada le alcanza) en el Congreso para tratar de aprobar sus iniciativas ¡Ojalá se tenga espacio para el debate!
Por ejemplo, La Reforma Tributaria radicada (con mensaje de urgencia) para darle solo tres de cuatro debates, con puntos que preocupan: ¿cuál será la destinación de los recursos que se pretenden recaudar?, la doble tributación que se proyecta para el sector minero- energético; el riesgo de las viviendas VIS, el aumento en el impuesto al sector hotelero del 9% al 19% y a los combustibles que aumentaría la inflación que además ha opacado por completo el aumento del salario mínimo de los colombianos.
Empiezo por este tema, porque en el Congreso de la ANDI, se pudo percibir al Ministro Ocampo, algo incómodo por las advertencias que le hizo Bruce Mac Master, al referirse a las cifras, alcance y los riesgos de la reforma que preocupan al sector empresarial.
Pero el verdadero punto de reflexión al que quiero hacer referencia, es el peligro que representa para Colombia importar hidrocarburos desde la tiranía de Venezuela, con la intención de eliminar las actividades extractivistas; así lo anunció la Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez: “no se firmarán más contratos de gas y sí se agota el gas, se trae de Venezuela”, declaración que desprendió la reacción de varios sectores empresariales, políticos, periodistas cercanos al Gobierno Petro, y hasta del mismo Roy Barreras; ¿será que para la Ministra el gas de Venezuela es bueno y no afecta el medio ambiente, y en nuestro país si?
Sin duda los hidrocarburos serán un punto de discusión en la agenda legislativa actual, tanto que ya fue radicado en el Congreso, el Proyecto de Ley de prohibición de Fracking, que pretende la no firma de más contratos de exploración y el aumento de carga de impuestos hasta del 80% al sector, una idea poco inteligente si recordamos que el 40% de lo que recibe Colombia por ventas al exterior es por nuestros hidrocarburos.
Actualmente nos enfrentamos a una nueva realidad en Colombia por las secuelas que dejó la pandemia, las dinámicas geopolíticas, y las coyunturas mundiales para tomar decisiones en materia de hidrocarburos; no podemos desconocer que la guerra entre Rusia – Ucrania, es en gran parte por la energía, que Alemania está pensando en volver a la quema de leña para subsistir, pues dependía de Ucrania, y que en gran parte, Europa está pidiendo más carbón a Colombia. Por eso mi insistencia al Gobierno Petro, a tomar decisiones con argumentos técnicos y no por intuición improvisada. Tenemos que trabajar para lograr la autosuficiencia, y cumplir el plan de ejecución de la transición energética, de lo contrario, importar gas sería muy costoso, y terminaría en un aumento de tarifa para los usuarios. Según cifras de Narturgas “Importar gas incrementaría aproximadamente en cinco veces el costo de la factura del servicio para los colombianos, lo que aumentaría la brecha de desigualdad y pobreza en el país, teniendo en cuenta que los estratos 1 y 2 concentran 60% de la cobertura nacional”.
No se puede obviar que el gas natural ha tomado relevancia en nuestro país, en los últimos años, pasamos de tener 1,9 millones de usuarios a superar los 10 millones, es decir 37 millones de colombianos cuentan con acceso al servicio, cifras que ponen al país como ejemplo en materia de penetración y mejora de la cobertura de este energético en la región. Somos conscientes que debemos lograr la carbo neutralidad, avanzado en la materialización de una matriz energética 100% limpia, pero se debe tener un punto de equilibrio para no arriesgar la seguridad energética del país.
Comprar gas natural a otros países impediría avanzar en la producción de hidrógeno y sus respectivas tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, lo que obstaculizaría la posibilidad de darle competitividad industrial al país, estamos en un punto de alta vulnerabilidad que podríamos controlar, pero si las decisiones del gobierno nos llevan a ser dependientes de Venezuela o de otro país, estaríamos trazando el camino al abismo ¡Ojo Colombia!
Lo único cierto es que los Ministros de Petro ya están en el poder y les asiste la responsabilidad de sus actuaciones, dejando tanto anuncio espectacular para aterrizar en la realidad.
PD: Atentos colombianos que el “cambio” del petrismo es con más gasto y burocracia, tanto que ni los más petristas escaparán de la tributaria; recuerden que el Ministerio de Doña Francia Márquez ( Min Equidad) no se paga solo ¡nos costará!
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