Colombia, una decisión

Las expectativas de poder, temerariamente nublan a las personas, ¿cómo evitarlo?, hace parte de la naturaleza humana, que en esencia es como decía Hobbes es el egoísmo; en un mundo de mucho ruido, parece ser que muy pocos escuchan, tanto como se espera de un lugar donde hay fake news, relaciones podridas, sistemas tradicionalistas y demás.

Todo lo que sucede en política es como una tormenta, una fría y nublada tormenta; el país se sumerge en medio de una catástrofe, las elecciones presidenciales se ven por dos personajes, uno que quizás provoca pesares y propone ser el cambio, otro un adulto mayor con un programa de gobierno “anticorrupción” que tambalea y unos ideales del siglo XX, es entonces cuando menos un campo de guerra abstraído de una civilización, con mil preocupaciones, aunque tenga el país una esperanza y esa sea que el tradicionalismo perdió en bloque las elecciones presidenciales.

En todo caso, el país necesita progresar en el camino correcto, y creo que es claro revisar la necesidad que tenemos de elegir ser el futuro y no el pasado, debemos ser conscientes de la necesidad y deuda con los pueblos violentados, con las poblaciones que apenas se están reconociendo y revisar que en las próximas pujas políticas más importantes del país los candidatos presidenciales serán feministas, población LGBTIQ+ entre otras apuestas sociales que poco a poco se reconocen como preponderantes e importantes.

Por último, colombianos, voten por algo que represente el garantismo a su opinión y al respeto por la vida, yo votaré por vivir sabroso.

David Verdeza Mora

Joven | Político | Abogado en Formación | Columnista de Opinión

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