Cobrar no es el camino

A esos «centenarios medios» alguien tiene que alertarlos de que hay todo un contingente de medios alternativos en la red, listos para copar los vacíos que dejen. Al Poniente es uno. 


¡Mamola!, expresión que le escuché al difunto Horacio Serpa defendiendo (al indefendible) Ernesto Samper ante el Congreso cuando buena parte del país político le pedía la renuncia por los efectos nocivos que le trajo a Colombia entera el proceso 8000. ¡¿Que renuncie Samper?…mamola!, gritaba con su elocuencia de veterano y batallado hombre de plaza pública quien en últimas, fue el soporte para que aquel nefasto gobierno, coronara sus cuatro años de ejercicio presidencial.

Retomo esa expresión para responderle a los medios escritos, ya mas volcados a lo digital que a lo impreso que pagar, para conocer las opiniones de respetables columnistas, no está dentro de mi presupuesto.  Ni que ese batallón de opinadores fuera el ombligo del mundo, la última gaseosa del desierto, la Palabra hecha hombre para yo sacrificar mis finanzas personales y así descifrar lo que piensan en virtud de sus escritos. ¡Mamola!: quédense con sus opiniones.

He creído que la selección de columnistas de reconocidos medios, no busca la pluralidad de pensamientos y expresiones y más bien son ese Plan B del director de turno para que vía «mandaderos» escriban lo que a él por pudor no le queda bien  hacer en los editoriales. Como en todo, también allí hay honrosas excepciones.

Trabajos de unidades investigativas que demanden mayores recursos económicos y logísticos merecen capítulo aparte y esos si justificarían el cobro por acceso a sus contenidos. Eso último es de sentido común.

A la humanidad le queda claro que con la virtualidad, los negocios todos,  o se repiensan o desaparecen, y lo más ordinario que puedan hacer El Colombiano, El Tiempo, El Espectador es decirle a su clientela: ¿quiere saber qué piensa mi columnista sobre x o y asunto?…pague y yo le comparto su escrito. Y es que pensando aquí en vos baja, y sin que nadie se entere, la producción de columnas va alentada también por el deseo fogoso y ególatra de su autor para que muchos lo lean y le reconozcan, y una buena mayoría de tales escritos llevan inmersos mensajes subliminales con destinatarios precisos.  Le escriben a Bolivar, para que Santander se dé por enterado.

Sí que me gustaría conocer lo que piensan los dueños de marcas que pautan en esos medios,  de lo que ha venido sucediendo con su publicidad lo que hace que esos tradicionales medios están cobrando por el acceso a sus contenidos. Me atrevo a creer que deben estar pensando en disminuir su presencia allí porque el volumen de lectores, irremediablemente tuvo que tener una caída impresionante.

Ya Yolanda Ruíz, la de RCN se las ingenió para leer su columna. Otros respetables columnistas, comparten en redes sociales sus enlaces para que sin restricción alguna, encuentre desprevenidos lectores… y eso está bien. Qué pereza escribir para que nadie lea.

A esos «centenarios medios» alguien tiene que alertarlos de que hay todo un contingente de medios alternativos en la red, listos para copar los vacíos que dejen. Al Poniente es uno. Finalmente verdades absolutas tampoco las hay como para pensar que son propiedad exclusiva de medio alguno.

Ahí les dejo…piénsenlo.

Norman Mesa Lopera

Comunicador Social de la Católica del Norte Fundación Universitaria. Activista de la cooperación como herramienta de crecimiento social y observador apasionado de la política. Las discusiones las termino con un silencio reflexivo.

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