Claudia López, a pesar de todo, la más sensata

Hace más de tres meses, en una columna sobre cómo iba la campaña por la Alcaldía de Bogotá, dije que lo más desalentador de todo, teniendo en cuenta la salida de Antonio Navarro y las coaliciones que se estaban formando, era que no parece existir un candidato que llenara las expectativas y fuera atractivo para una gran variedad de sectores. Hoy esto no ha cambiado en lo absoluto.

Esto lo digo porque, así como dije en la columna mencionada, en la actualidad hay dos coaliciones y un independiente, pero han cambiado varias cosas: se ha visto que las coaliciones que parecían ser amplias y fuertes no son tan grandes ni tan incluyentes y, como se ha mostrado en los últimos días, tampoco son muy estables; así mismo, el que se vendía de “independiente” parece que no lo es tanto pues mantiene sus antiguas amistades; y ahora se suma la Colombia Humana con candidato propio.

La debilidad de las coaliciones es evidente, por un lado, en la exclusión abusiva de Angela Garzón, quien según el propio partido que representaba, había sido elegida de manera democrática, y por mérito debía ser la candidata. Ahora, gran parte de la política tradicional, antidemocrática y autoritaria, ignorando el mandato que elegía a Garzón, está apoyando al nieto del presidente más autoritario que había tenido Colombia hasta antes de la llegada de Álvaro Uribe.

Por el otro lado, aunque con bombos, platillos y muchas sonrisas se quiso mostrar lo bien que se sentían juntos los sectores de la coalición de centro-izquierda, la verdad es que la unión duró más discutiendose y concretandose que en comenzar a romperse. Esto con la decisión de Jorge Rojas de separarse, mientras que Celio Nieves y Luis Ernesto Gómez quedan en veremos, todo por cuenta de que Claudia López, al mejor estilo de los políticos que le gusta criticar, no parece tener intenciones de respetar los acuerdos programáticos a los que se habían llegado.

Así mismo, como respuesta al apoyo mutuo de Sergio Fajardo y Claudia López, Colombia Humana, o al menos Gustavo Petro, decidió que su candidato sea Hollman Morris, dividiendo aún más los sectores que eventualmente hubieran apoyado a la coalición de centro-izquierda; por esto no sería de extrañar que Rojas terminará acompañando a Morris, aunque algunos sectores de la Colombia Humana no lo hagan por los incidentes personales del candidato.

Pero el gran problema de Morris no son sus incidentes personales, aunque son muy graves y por sí solos deberían bastar para que no aspire a la alcaldía. El verdadero problema es su dogmatismo que compite con los del uribismo. Esto aleja amplios sectores y no le va a permitir ganar; después de todo, siendo solo un títere de Petro, votar por Morris sería un acto de hipocresía de todos los que han criticado al presidente por ser la marioneta de Uribe.

Es por lo anterior que, aun con todos los reparos y tristemente siendo la única opción sensata, creo que todos los bogotanos debemos apoyar a Claudia López, pues mejor ella que el uribismo. Además, Claudia sigue siendo mejor que Galán, quien al parecer es solo una ficha de Cambio Radical, y de Germán Vargas Lleras, y ha estado más cerca del uribismo, que apoya al candidato de derecha, que de López y los otros sectores democráticos.

Por último, debo decir que al igual que algunos sectores que apoyaron a Petro criticaron el hecho de que no se apoyó a este en las presidenciales cuando era la opción más sensata, hoy muchos sectores se niegan apoyar a Claudia por tener algunos desacuerdos con ella; incluso se ha promovido el voto en blanco. Esta crítica es válida, pero si no quieren cometer el mismo error que nos llevó a tener el nefasto presidente que tenemos, deben apoyarla aun con sus reparos, que pueden ser válidos, y mantener una crítica constante y dirigida a que su eventual mandato sea el mejor que puede tener Bogotá.

Twitter: @CamiloADelgadoG

Camilo Andrés Delgado Gómez

Politólogo en formación en la Universidad Nacional de Colombia. Lector crítico de la dinámica política y la historia, dos cosas que en este país siempre se olvidan. Como Keynes, cuando los hechos cambian, cambio de ideas, ¿qué hace usted, señor?