Chapinero en Su Justa Medida. Primera parte: Academia en la tierra de la discordia

Inicio de la construcción en el sector de El Bagazal, Chapinero cerca de 2015-2016. Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá.

Bagazal: cronología del  liberalismo progresista vs. corrupción ambiental.


Las entregas de este informe especial son el recuento histórico, académico y legal de los hechos luctuosos para el medio ambiente bogotano con la invasión de los terrenos del sector de El Bagazal en la zona de Cerros Orientales de la localidad de Chapinero, punto crucial del desarrollo ambiental, económico, educativo y empresarial no solamente de Bogotá sino del país. El entramado de negligencia institucional, corrupción, choque de competencias entre las autoridades ambientales y falta de presencia institucional del Estado en material ambiental y de manera grave en el territorio de la capital del país, se manifestó de manera grave ante las amenazas de muerte recibidas por el edil liberal Juan Felipe Namen, denunciante de estas gravísimas fallas institucionales, con constancia, pruebas y un sentido de pertenencia hacia los derechos fundamentales, la dignidad humana y conservar la memoria histórica cultural y natural de Chapinero, y de todos los colombianos.  


DEDICATORIAS ESPECIALES

A los efectivos femeninos y masculinos de la Unidad Administrativa Especial de Análisis e Información Financiera-UAIF, que por directrices del nuevo Gobierno Nacional tienen la compleja misión no solamente de cuidar los recursos públicos en lo económico, sino de proteger nuestros ecosistemas de los delitos ambientales. Inteligencia y Contrainteligencia civiles, héroes sin uniformes, anónimos, sufridos y muchas veces olvidados, pero Colombia ni ningún país civilizado existiría sin su sacrificio. ¡Gracias hermanos!

A el territorio y la gente de Chapinero, mi primer amor. El lugar al que realmente pertenezco de por vida.


RETROSPECTIVA DE UNA AMENAZA

Estos informes especiales quieren marcar la diferencia, en que el caso de las recientes amenazas contra la vida e integridad del edil liberal de la localidad de Chapinero Juan Felipe Namen, se deben apartar del inmediatismo y a veces sensacionalismo que en medio de las actualmente comunes malas noticias de seguridad en la cotidianidad bogotana, deja al morbo del ciudadano común una mezcla de autocompasión, esa sensación que se siente al ver a otros con problemas de decirse “no soy el único”, con el mismo temor que ante la caída de la Ley, cualquiera puede ser víctima de la barbarie, cuando en el imaginario popular los que tienen cargos o responsabilidades de poder deberían estar más “protegidos”. Algo orwelliano y aterrador a donde nos ha llevado el miedo en nuestro subconsciente colectivo.

Por esta razón, durante las entregas de este reportaje, que irá en orden en dar un contexto histórico, ambiental y político de los hechos de destrucción del patrimonio natural de los Cerros Orientales bogotanos, para que la opinión pública y las autoridades ambientales competentes -y eso incluye a los organismos de seguridad del Estado- tengan un contexto para proceder más allá de proteger la vida e integridad tanto del edil Namen, así como de su núcleo familiar -y de todos los líderes y lideresas defensores del ambiente-.

Reiterando el punto inicial de no estar con el amarillismo ni el sensacionalismo, sino generar una prueba de memoria histórica para la posteridad de unas profundas raíces de las problemáticas sociales que confluyen resumidas en el mayor atentado ambiental realizando contra el ecosistema de bosque altoandino y de páramo en Colombia.

EL BAGAZAL: LA ACADEMIA EN LA TIERRA DE LA DISCORDIA

En esta primera parte, vamos a realizar un arqueo sobre los trabajos académicos realizados sobre el sector del Bagazal en la localidad de Chapinero desarrolladas por estudiantes de diferentes disciplinas de las Universidades Santo Tomás y Francisco José de Caldas, ambas con arraigo de al menos sus sedes principales en la jurisdicción local. Dichos trabajos académicos tratan de manera separada y en períodos de tiempo aspectos relevantes como la historia de declaración de Reserva Forestal de los Cerros Orientales de Bogotá de carácter nacional -y la evolución jurídica hasta la incorporación plena de los derechos ambientales dado el marco normativo emanado de la Constitución de 1991-, el desarrollo del concepto de medio ambiente y el movimiento ambientalista en el país, y el origen del conflicto ambiental de las intervenciones antrópicas de vivienda y desarrollos rudimentarios de infraestructura -para no estigmatizar con el término “invasión” a dichos procesos que se generaron a razón de las ya conocidas migraciones generadas a las grandes ciudades del país desde los años cuarenta hasta los años ochenta tanto por la violencia políticas y nuevas formas de violencia, como por la búsqueda de un supuesto de mejor calidad de vida-; haciendo una clara diferenciación con las dinámicas urbanísticas que dieron antecedentes y origen al polémico proyecto urbanístico en el sector del Bagazal.

En el próximo artículo tendremos la estructura empresarial que se encuentra alrededor de los Cerros Orientales, su origen y arraigo local.

1. DEL TERRITORIO AL AMBIENTE: EVOLUCIÓN DE LAS LUCHAS SOCIALES

Para este punto es vital la consulta del trabajo de grado académico “Análisis de la participación ciudadana en la defensa de los cerros orientales en el caso el Bagazal en la localidad de Chapinero (2015-2017)”, para opción de grado de la Especialización en Educación y Gestión Ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas -carrera de posgrado pionera en Colombia en la formación interdisciplinaria de profesionales por fuera de las Ciencias de la Educación de la dimensión ambiental- , por parte de la profesional Lina Constanza Tamayo Oliveros.

Dentro de los antecedentes del trabajo académico, se encuentran los inicios de la participación ciudadana en defensa del territorio en la siguiente cronología, desde luego con los detalles más importantes:

“Es difícil ubicar en el tiempo el surgimiento de un movimiento ambiental en Colombia, Para Tobasura (2003) ubica sus orígenes desde las luchas comuneras y de nativos y criollos por la independencia de la corona española, la expedición botánica, los decretos del libertador sobre conservación de los recursos naturales, pero las características desde lo que hoy se conoce como movimiento social ambientalista se reconocen hasta en los años 60 dando orígenes a múltiples foros y conferencias, en Colombia se constituye una lucha sobre el manejo de los recursos, es por eso que a lo largo de la historia las luchas en nuestro país están ligadas a la superación de los las necesidades básicas materiales y la defensa de los derechos de la tierra.

La participación ciudadana en defensa del ambiente en Bogotá se ha presentado en un contexto de lucha en contra intereses económicos particulares. Durante los años 90 se dieron movimientos sociales de participación ciudadana en defensa de los territorios deteriorados por la expansión urbana, la urbanización legal e ilegal en las rondas de los ríos, cerros y además la problemática del mal manejo de los residuos sólidos fomentado por políticas ambientales débiles. Se empezaron a organizar grupos de participación ciudadana en las localidades del sur de la ciudad para frenar el deterioro y comenzar a recuperar los ríos Fucha, Tunjuelo y Bogotá.

En el año de 1993 un movimiento de participación ciudadana en la localidad de Suba liderada por el señor Germán Galindo Hernández dio origen a lo que hoy se conoce como la fundación humedal de la Conejera. Con un proceso de participación ciudadana en 1993 conocido como asamblea territorio sur, se creó un comité con el fin del reconocimiento del parque entre nubes y el manejo adecuado del rio Tunjuelo, esta asamblea estaba integrada por el Sindicato de Trabajadores de la ETB, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Distrital, el movimiento agrario de Usme y Sumapaz líderes comunales y redes de jóvenes ambientalistas del sur. (Vargas, Ramírez y Moreno, 2016). Todos estos movimientos ciudadanos de principios de la década de los 90 para la defensa del territorio y el medio ambiente sirvió como punto de partida para una creciente participación ciudadana en temas ambientales en la ciudad de Bogotá D.C.  (Tamayo Oliveros, 2018).

2. LA COMUNIDAD Y LOS CERROS: CONFLICTO ENTRE INSTITUCIONES DE NO ACABAR

El proceso organizativo que se da en las comunidades aledañas a los Cerros Orientales, es un factor clave porque se genera dentro de una escala sui generis, dado que los procesos organizativos en estas zonas no solamente en Bogotá, sino en la mayoría del país, era por la reivindicación del derecho a la vivienda y el reconocimiento de condiciones para la vida urbana digna, que lógicamente venían de sectores vulnerables que habían migrado a dichos sitios inaccesibles a las antiguas estructuras urbanas más pequeñas, creando los denominados cinturones de miseria o como se denominaban inclusive en libros de texto hasta la década del año 2000 los tugurios, y al proceso de ocupación irregular de dichas zonas de ladera, casi siempre por impulso de movimientos provivienda -casi siempre vinculados a estructuras políticas de partidos y sindicatos de izquierda, e inclusive a grupos insurgentes armados-, urbanizadores irregulares, en algunos casos vendiendo de manera fraudulenta terrenos o proyectos inexistentes de vivienda, o en mucha menor medida, de manera espontanea del voz a voz a través de parientes o paisanos de diferentes regiones del país a sus coterráneos.

Aquí, dada la entrada de consciencia, o al menos la interiorización de discurso sobre el ambiente a través de medios de comunicación, cultura popular o el sistema educativo fue tan intensiva durante los años noventa del siglo XX precisamente fue mayormente comprendida y adoptada por una clase media alta y alta, concentrada en los estratos socioeconómicos 4, 5 y 6, cuyas mayorías de población se encuentran en el caso de la ciudad de Bogotá principalmente en las localidades de Chapinero, Suba y Usaquén, todas éstas contiguas a los Cerros Orientales y otros ecosistemas sensibles como serranías, humedales, quebradas y ríos gregarios, dado el acelerado proceso de crecimiento de proyectos urbanísticos que expandieron la ciudad hacia el Occidente desde finales de los años setentas. He aquí una mezcla un tanto bucólica de una promesa de “aire puro, tranquilidad y ausencia de problemas de movilidad” (como se vende hoy en día vivir en los municipios del área metropolitana, aunque se conviertan en ciudades dormitorio y haya que hacer desplazamientos laborales o de obtención de servicios hacia la ciudad) y un estatus de vivir fuera de lo que caracteriza estética y paisajísticamente las zonas más marginadas. ¿Clasismo implícito?…No quiero concluir nada, los hechos hablarán solos….

Sobre esto, Tamayo Oliveros expone:

“(…) Desde el año 2015, la comunidad del barrio los rosales con ayuda de ONGs como amigos de la montaña comenzaron a visualizar una problemática ambiental de urbanización en la reserva forestal de los cerros orientales de Bogotá por medio de una imagen satelital se evidencia la degradación de la zona (Figura 1) , estos movimientos ciudadanos ayudaron a que se generara una orden de suspensión de esas obras por parte de la alcaldía mayor de Bogotá basados en informes técnicos que comprobaban la ilegalidad de la obra, esta suspensión tiene fecha del 6 de marzo de 2015. Luego de esto, el 05 de octubre de 2015 la secretaria de ambiente-subdirección de ecosistemas y ruralidad emitió el concepto técnico sustentado en las vistas, material cartográfico, material fotográfico, caracterización de componentes biofísicos que evidenciaron la degradación del ecosistema que está dentro de los límites de la reserva forestal de los cerros, incluyendo una grave afectación a la quebrada los rosales en el tramo que atraviesa el Club Metropol Calle 76 con Cr 2, este concepto técnico fue remitido a la corporación autónoma de Cundinamarca CAR y a la alcaldía local de chapinero para que se tomarán las medidas y/o sanciones pertinentes desde sus competencias, otro concepto técnico con la misma fecha fue emitido por secretaría distrital de ambiente dirección de control ambiental subdirección de control ambiental al sector público, según este último concepto, se sugiere al grupo jurídico de la Secretaría Distrital de Ambiente la imposición de una medida preventiva para cuidar y salvaguardar por las presuntas afectaciones generadas a los recursos agua, suelo, aire, flora, paisaje como se describió en el presente concepto técnico, que atentan contra el ambiente”.  (Tamayo Oliveros, 2018).

3. CHAPINERO: URBANISMO Y POLÍTICA AL SERVICIO DE LA GENTRIFICACIÓN

De allí,  puede deducirse que junto a la conciencia de la conservación del entorno natural como bien o derecho fundamental colectivo, existe un hecho implícito en la psique e idiosincrasia socio-económica del entorno, es una mezcla de conservación del disfrute de la naturaleza como el disfrute de un lujo cada vez más ajeno a las clases populares como las casas con entornos verdes, familiares y con espacio amplio para el desarrollo de la personalidad y la vida en las edificaciones familiares (No se nos olvide que Rafael Uribe Noguera, señor padre del condenado por feminicidio y acceso carnal violento a menor de 14 años Uribe Noguera, quien fuera decano por más de una década de la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica Javeriana es regularmente citado como la fuente principal del horroroso pero eficiente sistema de menos metros cuadrados, más torres, menos parques, más plata para los constructores).

En las próximas entregas este dato servirá para vislumbrar una teoría que hace que la criminalidad y la marginalidad sigan juntas afectando la vida del común bogotano, menos de las élites, y cómo el Bagazal es a la corrupción en materia ambiental y urbanística, lo que el caso de Yuliana Samboní al feminicidio y la pederastia en Colombia: la punta del iceberg y la gota que rebosó la copa. Los vasos comunicantes de la oscuridad de dinámicas sociales entre intereses de clases sociales totalmente diferentes se evidencia en fenómenos como la gentrificación que se presenta en un aumento de la población local, con aumentos en nuevas construcciones y subida de precios de las rentas y el costo de vida como en todo el país.

La dinámica urbana de la localidad de Chapinero se puede evidenciar en el trabajo EL DERECHO A LA CIUDAD. LA CIUDAD HACIA EL DERECHO: UNA MIRADA DESDE LAS ACTUACIONES URBANÍSTICAS DE LA BOGOTÁ HUMANA, donde curiosamente se comienza a evidenciar que durante la Administración Distrital de Gustavo Petro Urrego, actual Presidente de Colombia (2012-2016) conocido por su lema “Bogotá Humana”, una serie de giros en las dinámicas de ordenamiento territorial derivadas en el aumento de barrios especiales para altos estratos, sin medición de los impactos ambientales y sociales de los mismos:

“(…) Sin embargo, en esta diferenciación influyen factores como el empleo, el género, el origen étnico, la ocupación y la edad. De esta manera se explica por qué personas de la tercera edad eligen determinadas regiones como la Florida en los Estados Unidos (Corti, 2015), o en el caso colombiano, el barrio Chapinero en Bogotá, el cual es apetecido por la población LGBTI (Castellanos, 2016).  

(…) En otras palabras, la población nativa pobre que vive en la centralidad es expulsada y sustituida por ciudadanos con mejores ingresos. A nivel mundial existen varios ejemplos: el barrio Soho en New York, USA, el sector de Puerto Madero en Buenos Aires, Argentina, o el barrio los Olivos en la localidad de Chapinero, Bogotá.

(…) En el caso de Bogotá es evidente el proceso de gentrificación del barrio los Olivos, sector de la Salle entre carrera 7° y avenida circunvalar, localidad de Chapinero, donde convergen lujosos apartamentos con infravivienda. Debido a su ubicación, es un espacio apetecido por el sector de la construcción, puesto que se encuentra rodeado por algunos de los barrios más costosos de la ciudad, como Rosales, Chicó y la Cabrera (Benavides, 2017)”. (Gnecco Quintero, 2020)

Y finalmente, no por la Alcaldía Local de Blanca Ines Duran (2007-2012) -quien es conocida por ser una de las primeras gobernantes regionales de la comunidad LGTBI Q+ en el país, y que sería directora del Instituto Distrital de Recreación y Deporte-IDRD- la localidad desde inicios del siglo XX en el proceso de expansión local, que mezcla una ventaja supuesta del centralismo (y los micro centralismos en torno a otras capitales desarrolladas como Medellín, Barranquilla, Cali, etc.) , un crecimiento sin miras y el no haber propendido por un desarrollo igualitario, equitativo y justo para todo el territorio nacional. Pero eso será para la próxima entrega.


Todas las columnas del autor en este enlace: Jhon Jairo Armesto Tren

FUENTES

  1. Tamayo Oliveros, Lina Constanza.Análisis de la participación ciudadana en la defensa de los cerros orientales en el caso el Bagazal en la localidad de Chapinero (2015-2017). Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Facultad de Ciencias y Educación. Especialización en Gestión y Educación Ambiental. 2018 Enlace virtual: https://repository.udistrital.edu.co/bitstream/handle/11349/14923/TamayoOliverosLinaConstanza2018.pdf?sequence=1&isAllowed=y (Consultado el 26 de marzo de 2024).
  2. Las 2 Orillas. «Yo fui alumna del papá de Rafael Uribe Noguera». Diciembre 12 de 2016. Enlace virtual: https://www.las2orillas.co/fui-alumna-del-papa-rafael-uribe-noguera/ (Consultado el 26 de marzo de 2024).
  3. Gnecco Quintero, Carlos. EL DERECHO A LA CIUDAD. LA CIUDAD HACIA EL DERECHO: UNA MIRADA DESDE LAS ACTUACIONES URBANÍSTICAS DE LA BOGOTÁ HUMANA. Universidad Libre de Colombia. Seccional Bogotá. 2020. Enlace virtual: https://repository.unilibre.edu.co/bitstream/handle/10901/17933/TESIS%20EL%20DERECHO%20A%20LA%20CIUDAD%20-%20CARLOS%20GNECCO.pdf?sequence=3

Jhon Jairo Armesto Tren

Con estudios en Administración ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas-Bogotá. Veedor ciudadano en presupuesto electoral de la Universidad desde 2011 hasta hoy registrado ante la Personería de Bogotá. Columnista de opinión en varios medios de comunicación digitales desde 2013. Actualmente director publicitario de El Nodo Colombia y columnista habitual, además en El Quindiano (Armenia) y Diario La Piragua (Montería, Córdoba)

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