Cartas a Víctor Hugo

El Modelo Uber

Saludos Víctor. Acuso de recibido tu silencio, aun así seguiré escribiéndote estas cortas cartas. Espero no lo tomes como una impertinencia de mi parte, sino como una terapia de catarsis personal sobre temas que sabes de sobra, me acosan la cabeza sin cesar.

Hoy oficiaré de irresponsable o por lo menos de aventurero haciendo vagas elucubraciones. Algo no muy profesional dirás, pero no solo de ciencia están construidas las “verdades” que cimientan al mundo; asentirás que las especulaciones tienen su parte en esta edificación.

Los últimos 30 años, – podrás corroborarlo a partir de tu experiencia – luego de la popularización de la internet han sido tiempos de cambios exponenciales, de transformaciones aceleradas en la forma de hacer las cosas e interactuar con la naturaleza. De formas casi artesanales de afrontar el mundo, se pasó a la digitalización de todos los sectores sin distingo: la familia, la educación, la economía, la política y hasta el entretenimiento de las personas han migrado paulatinamente a la red, creando con ello nuevos ecosistemas compuestos por negocios difíciles – por no decir imposibles – de reglar y más aún de comprender en su totalidad.

La creación de una vida paralela en la que se distinguen dos capaz claras como la realidad palpable natural y la realidad intangible en la red, han dado como resultado el modelo Uber, tomando como referencia el negocio de transporte que ha puesto en jaque a nivel mundial el oficio del transporte público, y que se replica de forma calcada en sectores como el bancario con las monedas digitales, el hotelero con el Airbnb, el educativo con los MOOC (Massive Open Online Course), la música con Spotify, el audiovisual con Netflyx o en la mensajería con WhatsApp, solo por nombrar algunos populares.

No podrás negar que este modelo se soporta en la red y que difícilmente es atendido por un hombre o una mujer -pues los chatbot con sus voces y forma de hablar cada vez más humana son los que ocupan ya los mostradores virtuales-, pronto ocuparán todos los espacios incluso de negocios que aparentemente serían imposibles de trasladar a lo virtual.

Hoy podría aventurarme a vaticinar que antes de terminar la próxima década, el negocio de los narcóticos como la Cocaína, la Marihuana y la Heroína, entrarán en franca decadencia; la popularización de las E-drugs,- drogas digitales en su traducción al español – ya existentes y libres en internet, serán en los próximos años toda una euforia, con la posibilidad de activar el cerebro produciendo a través de sonidos binaurales o frecuencias sonoras en 3D, efectos similares a los logrados con la ingesta de drogas; ya sea a través de la boca, la nariz o directamente en el torrente sanguíneo.

Dentro de los cambios que se vienen – mi amigo – en la próxima década, está la adopción de las drogas naturales, como drogas medicinales. Se liberará más endorfina con los videojuegos o con los contenidos en red, que lo que se hace en la actualidad con productos “irregulares”, reglados o penalizados por las leyes de casi todos los países en el mundo y todo esto auspiciado por una red difícil de asir, fiel representante de los mundos líquidos planteados por Bauman o por la expulsión de lo distinto, proclamado por Chul-Han.

Pues sí Víctor, y así digas que siempre resulto ser un hombre de posturas apocalípticas, he de terminar hoy como siempre lo hago, con una frase que podría resultar lapidaria. A tientas, si señor, así está afrontando la humanidad su destino.

Con aprecio, tu Amigo.

Felipe.

 

Felipe Jaramillo Vélez

Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana, Creador de la escuela de pensamiento Aún Humanos la cual reflexiona sobre el ascenso de la técnica sin reflexión desde el Humanismo.

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