Con benevolencia y respeto escribo esta carta a usted, dado que es la vicepresidenta, duélale a quien le duela. Vicepresidenta Francia Márquez, yo no tenía la fe puesta en usted, pero sí en que demostrará que las personas de abajo o de la pobreza, con MÉRITO y DISCIPLINA, podían llegar a cargos muy importantes dentro del gobierno colombiano u otras organizaciones tanto públicas como privadas, independiente del partido político al que pertenezca, del color de piel que tenga o provenga de la familia que sea. Me pregunto ¿dónde queda su humildad o humanidad?, ya que en esa entrevista no representa nada, absolutamente nada de lo que es o somos la gente de abajo, humildes no por nuestra condición de pobreza, sino porque entendemos que no tenemos que compararnos ni actuar y corresponder con las mismas estrategias humillantes o degradantes con las que responde la élite. Pero, ¿cuál élite, señora Vicepresidenta? No habrán más de 10 familias multimillonarias de élite en Colombia, y para ser honesto, una persona de élite o con dinero no respondería, así como usted lo hizo en esa entrevista con odio y resentimiento.
El problema no es que usted use un helicóptero del Estado, ya que su investidura lo requiere para poder llegar a los territorios y las comunidades, agilizar el cumplimiento de su agenda y poder estar en una hora determinada en el Amazonas y en la siguiente hora en La Guajira. El problema radica en que usted lo usa como si fuera un taxi o Indrive. Ahí está el verdadero problema. Entonces, ¿por qué los demás gobiernos malgastaban la plata del Estado, también usted señora Vicepresidenta? ¿Usted no representaba o representa el cambio? Ese cambio de usar las herramientas del Estado cuando se requieran y no por caprichos. Su capricho radica en vivir en Dapa, ubicado en una zona exclusiva al norte del Valle del Cauca. ¿Por qué no vivir en la casa vicepresidencial en Bogotá, ahí al lado de la Casa de Nariño? También es comprensible que usted tema por la seguridad de su familia. No hay problema, llévese a su familia a la casa vicepresidencial. ¿Por qué su familia no podría disfrutar de esa casa y la buena alimentación? Claro que pueden, porque es su familia y también importa.
Vicepresidenta, ¿por qué no dejar ese discurso mediocre de sentirse discriminada por su color de piel cada vez que un medio de comunicación o un ciudadano la interpela por su gestión, trabajo o actuar como vicepresidenta? ¿Por qué todo tiene que girar sobre sus raíces? No logro comprender qué tiene que ver su procedencia cultural con su trabajo. Usted es la vicepresidenta y una abogada, y usar su origen étnico como justificación para todo es una forma de pensamiento simplista y limitada. Cada persona es única y completa y no se puede reducir a un estereotipo cultural.
Además, me preocupa que usted pretenda justificar todo en función del histórico racismo, que tristemente ha vivido nuestro país; Vicepresidenta esa actitud puede ser dañina y perpetuar prejuicios raciales, lo que afecta negativamente a las relaciones interpersonales y a la sociedad en general. Respetuosamente, le pido que se decida: su color de piel no es un límite, y usted ya ha demostrado su valentía. ¿Por qué seguir aferrándose a esta razón y mostrando inseguridad ante los medios y el país? De ninguna manera puede seguir excusándose en su procedencia cultural y el racismo que enfrenta, incluso dentro del gobierno. ¿Por qué no responder con la misma firmeza que usó al responder la pregunta sobre el helicóptero: «lo seguiré usando duele a quien le duela”
Al final del día, no se trata de imponerse o de querer estar por encima de otros funcionarios. Ni mucho menos se trata de seguir justificándose por su posición económica y las vulneraciones que ha sufrido, antes y durante su vida pública. Usted se propuso crear un Ministerio de la Igualdad, pero parece estar demasiado ocupada haciéndose la víctima y preocupándose por sus raíces, que al final del día es un tema superficial. A los ciudadanos no nos importa su posición económica, sus raíces o su etnia; nos importa su gestión y sus resultados como vicepresidenta y futura Ministra de Igualdad.
Ya tiene claro el plan de acción del ministerio, está gestionando el presupuesto, conoce las comunidades que desea intervenir, ha establecido metas claras, ha revisado hojas de vida para ocupar cargos importantes en el ministerio, tiene una hoja de ruta para poner en marcha el ministerio. Todo eso es lo que realmente importa
Apreciada Vicepresidenta, es hora de dejar a un lado el papel de la victimización y dedicarse a hacer realidad lo que prometió a los 11 millones de colombianos que creyeron en usted y creen en usted. No deje que su tiempo en el cargo se acabe justificando su actuar por el racismo que vive y por lo que otros gobiernos hicieron o no hicieron. Vea el futuro con proyección y no con ánimo de castigo y justificación.
Un abrazo a usted, apreciada Vicepresidenta Francia Márquez. Si a usted le va bien en su cargo y gestiones, estoy seguro de que a todos nos irá bien.
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