Desear el bien al prójimo es gratificante. Cuando desmeritamos y bloqueamos a una persona por cualquier talento o virtud nos comportamos como cangrejos. El cangrejismo o mentalidad de cangrejo es un interesante comportamiento que sucede al colocar varios cangrejos dentro de un recipiente o tanque, algunos de estos cangrejos tratarán de salir, pero los otros evitarán que escapen.
En los humanos aparece el comportamiento de cangrejo cuando por envidia o celos intentamos sabotear el progreso de otros individuos. El instigador o saboteador podrá tener una sensación placentera por que su objetivo da resultados, al convencer al equipo que aquel que se destaca está haciéndolo mal. Este efecto donde participa un neurotransmisor llamado dopamina es transitorio, al final el equipo es el que se hace daño. El “hundirnos todos” será la norma para aquellos con la mentalidad de cangrejo.
El cangrejismo surge porque las personas se sienten bajo amenaza; la presencia de un nuevo actor en el equipo que marca la diferencia genera en los demás miembros ansiedad, temor y envidia. La conspiración es una alternativa que surge para detener al diferente, al que quiere mover el piso y alterarnos la zona de confort.
Líderes, jefes o directores deben estar alerta ante el comportamiento de cangrejo en los miembros menos capacitados de un equipo de trabajo. Cuando en una empresa o en cualquier escenario impera la mentalidad de cangrejo, todos pierden. Aunque estos cangrejos se confabulen para limitar a otro miembro del equipo, no crearán amistad entre ellos, la unión es transitoria y solo con un fin destructivo.
Para las personas víctimas del cangrejismo, no tienen otra salida, solo el persistir, al final la constancia todo lo vence. ¡No es fácil, pero no hay más opción en un ambiente de cangrejos! Cuando una persona conocida alcanza el éxito, con seguridad ese éxito no nos quitara el nuestro; el celebrar el éxito de alguien es celebrar doble, pero en un ambiente de cangrejos debemos ser selectivos al momento de considerar nuestras amistades, debemos ser prudentes y seguir trabajando en nuestras metas. No hay nada más doloroso para un cangrejo que ser testigo del éxito masivo.
Comentar