Cagaos y el agua cerca

Para casi la mayoría de personas residentes en Medellín, es casi seguro que las elecciones señalarán a un candidato que prácticamente compite solo.

Todo, o en parte, porque el actual alcalde resultó un tramador de primera, un trabajador de calle que engañó al electorado y que ha realizado la mas pésima gestión de que tengamos noticia.  Aunque no es posible que el actual proyecto mentiroso y corrupto del actual alcalde prospere, aun cuando sus calanchines ya andan con los bolsillos repletos y las panzas a reventar, para  este caso, cabe preguntarse si es mejor el remedio que la enfermedad. Puestos a elegir entre el Sida de Quintero y la Hepatitis B del próximo alcalde, de todas maneras vamos al cadalso.

Por doquier, la resignación por lo que nos pasará cunde y no son pocas las personas que avizoran que es posible que el aliado de los grandes empresarios, así los mismos sean de la ilegalidad, el que se gastó miles de pesos en propaganda para si mismo y luego tener un opinadero en los grandes medios de comunicación, el que compartía edificio de residencia con los grandes mafiosos de la ciudad mientras perseguía ladronzuelos por ella, y el que gobernó con un aliado de la “oficina de envigado”, sea el alcalde de la ciudad. Si, ese mismo, de “hablao” impostado y chabacano que se paseaba por las calles saludando al perro y al gato, volverá a dirigir nuestros destinos.

El próximo alcalde va a manejar más de 8 billones de pesos anuales y con ellos, va a pavimentar su carrera hacia la presidencia, aprovechando su cuarto de hora en la alcaldía para hacerse propaganda, aceitar los grandes medios de comunicación y pasados dos años, arrancar la campaña presidencial. Con el presunto ganador de la alcaldía elegiremos entonces no un alcalde, sino un precandidato presidencial que usará su poder en influencias para ser candidato presidencial. La pelea y los tropeles con el presidente estarán al orden del día y al final de los dos primeros años, la ciudad estará peor y es posible que por puro descarte, compita por ser el reemplazo del gobernante actual.

Es más de lo mismo. El uno se inventó una pelea con los blancos de la ciudad y el otro les sirve cual humilde lacayo; el uno trabaja para su familia y amigos y el otro trabajó para él y sus amigos, Ambos representan lo peor de la paisanidad: el avivato, el vivo que vive del bobo, el engaño y el enriquecimiento a toda costa. Son lo peor de nosotros mismos.

Ambos candidatos vienen de la vieja clase política que ha sumido al país en la desesperanza. El uno es amigo del Expresidente Gaviria y de todos los corruptos habido y por haber: los Suarez Mira, el Trujillo y Julián Bedoya, por solo nombrar los del cartel de los mas buscados; el otro, se abraza con los Char, con Sarmiento Angulo y con Vicky Dávila. Son la misma porquería en distinto envase o como decía mi mamá, la misma perra con distinta guasca. Claro que en algo si se parecen, y mucho. Ambos gobernaron con el silencio pactado con los pillos y ambos nos dejaron en sus manos. (Ver: Cristopher Blattman, Gustavo Duncan, Juan Pablo Mesa, “Gobierno Criminal en Medellín”).

Significa lo anterior que al perverso de Quintero hay que reemplazarlo por otro igual o peor?. Pues no. Aunque en esta ocasión también estamos cagaos, la diferencia es que el agua está cerca. La Constitución de 1991, en su articulo 258 estableció que el voto es un derecho y un deber ciudadano y en su parágrafo primero, consagró el VOTO EN BLANCO de la siguiente manera:

“Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde  o la primera vuelta  de las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan la mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos…”

El Voto en blanco es el ejercicio ciudadano que hace gala del deber de votar y materializa el derecho a elegir o no, en una primera ocasión. Como bien lo dice el parágrafo, si la mayoría absoluta, de quienes votaron los hacen en blanco, la elección se repetirá, pero con otros candidatos. En las pasadas elecciones el voto en Blanco espontaneo, porque nadie asumió la tarea de promoverlo, pasó de 80 mil. Según una encuesta reciente, el VOTO en BLANCO se posiciona en el tercer lugar de la opinión y se encuentra en el margen de error del segundo candidato. Los votos en blanco de la pasada elección mas los nulos y los que no marcaron, suman en total mas 120.000. Acaso Medellín no se merece excelentes candidatos para escoger entre ellos un mejor alcalde???

Hay que aclarar que el VOTO en BLANCO no se suma a ningún candidato, que la mitad mas uno de los votos válidos depositados son el requisito definido por el parágrafo del artículo constitucional, no es la mitad más uno del censo electoral sino de los votos válidos depositados en la respectiva elección. Que la consecuencia de ser mayoría el Voto en blanco es que los candidatos deben hacerse a un lado y permitir que otros lleguen. Para quienes son escépticos y dicen que es imposible ganarle al candidato de las encuestas y la manipulación informativa, tenemos para decirles que así no gane el blanco, el nuevo mandatario sabrá que hay un grueso de la población que ya le notificó que no puede hacer lo que quiera y que su elección no contó con el apoyo ciudadano  que mostraban las encuestas amañadas.

Podemos y estamos en capacidad de hacer historia política en este país. No todo esta decidido, no estamos frente a la fatalidad de repetir el error, podemos cambiar las cosas votando en blanco. El VOTO en BLANCO es útil… Y necesario. Un gran movimiento ciudadano, sin distingos de credos políticos o religiosos, sin importar la clase social a que pertenezcan los ciudadanos y ciudadanas, deberíamos converger en torno al VOTO en BLANCO. Medellín se merece más.

Medellín. Septiembre 20 del 2023


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Jesus Ramirez

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