Ávido, el machismo

Júpiter (Zeus) y Jena

I.

De precios altos y el machismo

Quise escribir explicando lo que habitaba en mí mismo

La dualidad, disperso caos

Idea de ser la otredad encarnada en mi cuerpo femenino

Citar los espejismos de mi ego,

Era del consumismo sin más

Y me he dado cuenta que el poder conquista

Seduce, nos induce cómo pensar

Sobra arrogancia para querer ver como externa

Está, aquí inmersa, sociedad patriarcal

Ahí yo, buscando lo violento explicar

Sofocando los cristales con los que trazo esta cárcel moral

Y me encontré un dios

A la imagen y semejanza de un deseo por justificar

II.

Figuras literarias van a sobrar

Contradecir canciones y novelas insignia de la cultura popular

Creadas para el dogma del amor romántico implementar

Atrapada en el idilio olvidando que se gobierna la realidad

Recordé que yo mandaba en mi reino

El día que aquel monstruo destruyó también mi dignidad

¿A quién pertenece ésta experiencia de estar viva?

¿Por qué no importa lo que yo opino de mí misma?

¿Por qué me siento una impostora

Cuando no me resigno al rol de su tiranía?

Creerme ya condenada por nacer para ovular

Calor de cada mes en edad reproductiva, para tentar

Pero no era todo

¿Qué disfruta en lo frágil que encandila?

III.

No era mi útero

Más sí este falo que no es el pene

Sino la significancia del cetro, del tridente

Miedo como autoridad

Ideología de la violencia donde se consolidará

Crueldad que no empatiza

El dueño, el patrón, el mandamás…

Postrarlo sobre todo territorio posible de explotar

Todo lo que no es, le es cosa que desechará

Se alimenta de sus propios hijos

Mientras esclaviza evocando lo perverso

Amo de la acumulación y el exceso

Para él no hay violación

Porque no comprende de derechos.

María Mercedes Frank

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