APUESTAS POR LA PAZ

Buenos días, saludo a Los lectores del periódico Al Poniente desde la Hemeroteca de la Universidad Nacional de Colombia en la ciudad de Bogotá, uno de los espacios más amables que tiene el Alma Mater de los colombianos y por el cual han pasado innumerables generaciones de estudiantes en su búsqueda personal de formarse como ciudadanos.

 

El viernes pasado el periódico La República (1) presentó un ejercicio periodístico alrededor del proceso de paz, en el cual entrevistó a 50 líderes empresariales interrogándolos sobre su apuesta por la paz.

 

La lógica de los empresarios tiene dos capítulos infaltables, el primero, la lógica de la acumulación de riqueza; y el segundo, la lógica de la rentabilidad; y a veces tiene un tercer capítulo, dedicado a la lógica del desarrollo social. Ojalá este tercer capítulo tomara mayor fuerza entre nuestro establecimiento empresarial, lo cual permitiría fomentar la convivencia, la equidad y la solidaridad en un nuevo tejido social cada vez más incluyente.

 

Una lectura analítica de las apuestas de los empresarios sobre la paz, me permitió identificar cuatro grupos de respuestas, según el siguiente detalle:

 

Primero, mensajes donde la apuesta fundamental es la educación como motor de desarrollo en una nueva nación; segundo, mensajes con un compromiso social alto, porque vincularían al aparato productivo a los actores del posconflicto; tercero, mensajes con un compromiso medio o bajo; y cuarto, mensajes autistas y mensajes evasivos.

 

Desde mi subjetividad sólo encontré dos respuestas calificables para la primera categoría y nueve respuestas que ameritan ser clasificadas en el segundo grupo. Pero quiero, así mismo, resaltar que el setenta y ocho por ciento de los empresarios entrevistados, (treinta y nueve de los cincuenta interrogados), apenas clasificó para las categorías tercera y cuarta.

En un homenaje a la búsqueda de la paz quiero describir, en esta columna, las once respuestas que me generan optimismo, sin dejar de recordar que las técnicas proyectivas en investigación social nos enseñan que lo que  un entrevistado responde espontáneamente a una pregunta abierta, como es el caso que nos ocupa, refleja lo que descansa en el pensamiento y en el espíritu.

Las dos respuestas que califican en la primera categoría fueron:

  1. “Mi aporte seria la educación que es lo que permite dar el salto social a las clases más pobres de la sociedad”.|
  2. “La paz es un buen negocio porque permitirá destinar los recursos de la gran guerra a la salud, la educación y la infraestructura”.

Las nueve respuestas con un compromiso social alto, y que encajan en la segunda categoría, fueron:

  1. “Muchos recursos que hemos tenido que utilizar en defensa se van a poder usar en la población más vulnerable”.
  2. “Desde el 2006 trabajamos con población vulnerable. A septiembre, han pasado por ese programa 329 desmovilizados”.
  3. “Debemos seguir mejorando el acceso a las oportunidades de empleo, sobre todo con personas vulnerables”.
  4. “Una de las prioridades es brindar oportunidades de inserción laboral a las personas que se desmovilicen”.
  5. “Si el precio que tenemos que pagar por la paz son más impuestos sin duda lo haría, así como vincular excombatientes.
  6.  “Si se da el proceso de paz le daríamos trabajo a reinsertados y hasta pagaríamos más impuestos para el posconflicto”.
  7. “Con la vivienda de interés social ayudamos a disminuir las brechas y en el posconflicto vincularemos más reinsertados.
  8. “Yo creo que se debe generar empleo. Desde la construcción podemos contratar a desmovilizados o reinsertados”.
  9. “He asumido el compromiso de ayudar a promover, articular y desarrollar la plataforma de empresas para la paz”.

Es preocupante ver la ínfima participación en las respuestas de los empresarios del tema Educación, que es la gran puerta y la gran avenida para la construcción de una Colombia más justa en el posconflicto.

La nación merece una gran apuesta de la educación para el posconflicto, comenzando por la educación básica y rematando con la educación de nivel superior.

Como decía Diego Luis Córdoba:

Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad”.

Diego Germán Arango Muñoz Ingeniero, Psicólogo y Administrador Turístico, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y consultor en Mercadeo Gerencial.
Diego Germán Arango Muñoz
Ingeniero, Psicólogo y Administrador Turístico, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y consultor en Mercadeo Gerencial.

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