SONETO I: CUARENTENA
La particularidad de cada era, un año agitado y bisiesto
Instantes largos de sinsabor; distanciamiento
Retornos de lo habitual por el rebusque, poder en movimiento
Un virus circula declarando la transformación, para la humanidad, reto
Otra vez diciembre susurrando la añoranza de los comienzos súbitos, nuevos
Normalidad es un mito en la era de la postverdad, gobierno de medios
El Siglo XXI digitalizando la ensoñación y automatizando el pensamiento
El encierro son legislaciones desequilibradas, excesos sin contrapesos
La multilateralidad se parece a Estados en el ocaso por corrupción
Imperios arrasados por el absurdo, acaeciendo
Periferias – muerte y hambre – donde arriban impotencia y desasosiego
Centros educativos cerrados, generalizado desconcierto
Sistemas de salud pública probando la desigualdad y su politización
Economías en disputa, la democracia fracturada en sus cimientos
SONETO II: CUARENTENA
Los planes del entusiasmo son reducidos a las cuatro paredes de esta habitación
Los primeros días es una madriguera, con el paso de la nostalgia se hace prisión
La ocupación y la culpa, el silencio y una pregunta por quién soy yo
Empatía para vencer al miedo sosteniendo la esperanza en medio del dolor
No todo el tiempo estoy tan fuerte, soledad para llantos e inspiración
Dichosos quienes se abrazan el corazón, clave del cuidado para la recuperación
Coquetear con la locura es sumergirse en la crudeza de tanta información
Reconocer el espacio y conocer a los cercanos desde la no auto-evasión
Volver y partir, tocar al mundo en una pantalla desde la misma posición
Más privar los sentidos fue el gran triunfo de esta revolución
Entender poco es sufrir hasta aprender y hacer por adaptarse a la superación
Responsabilizarse de los detalles para que al mundo no le cueste el terror
Para el caos un hogar; cariño, valor y compresión
Amor, fe que es constancia, para re-construir(se) mejor
SONETO III: CUARENTENA
El pasado, cuando ya es lección, termina
Me recuerdo siendo otra con las mentiras que ingenua repetía
Voy en el camino descubriendo que la vida es justificación y la mejor alternativa
Asumir el alto costo de una sonrisa genuina
Desde marzo perecen las partes que de mí profundamente sabía
Observo la dinámica sistémica buscando convivir en ella tranquila
Me he dado cuenta que los errores son muchas lágrimas perdidas
Y que el mayor tesoro son las memorias sensatas que al propio perdón vaticinan
Posibilidades en abismos, mis circunstancias están sometidas
Más rescatarme de la ansiedad era una guerra no prevista
Vencer el paradigma para crearse una misma
Experimentar una generación que desea ser historia, en su limitación, activa
Escudriñar mis talentos para respirar pasión cuando el vacío asfixia
Levantar la cabeza y seguir en pie aunque hoy también esté confundida
SONETO IV: CUARENTENA
No cesan los contagios pero se anuncia la vacuna
La transición marcha al ritmo de la fortuna
Las dispensas del mercado son realidades que las brechas no ocultan
El porvenir son quienes ahora, alrededor del planeta, actúan
Como individuos somos cotidianidad y con ello el orden se configura
Pasan cosas allá afuera pero solo adentro existe la dicha y la penuria
Es romántico no saber qué se espera,
Sumergirse, disfrutar y desacertar en la búsqueda
Navegar el asombro para replantearse ideas obsoletas que perturban
Priorizar con pertinencia lo esencial,
Lo demás, cada cierta temporada, de la mente se anula
La productividad es una ilusión y pesadilla cuando de la salud abusa
La libertad es falacia si rige el miedo con voluntad injusta
Compromiso es labrar con prudencia el destino que se bifurca.
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