Más que insólito, resulta indignante que al Comandante General de las Fuerzas Militares, Helder Giraldo, se le acuse de violar los protocolos del cese al fuego con el ELN, por el solo hecho de informarle a la ciudadanía y medios de comunicación, sobre unos atentados que habría cometiendo este grupo terrorista en Arauca, Cauca y Nariño.
Según el General Giraldo, el ELN estaría, por lo menos, detrás de seis hechos violentos contra la Fuerza Pública en estos departamentos ¿A parte de que nuestras Fuerzas Militares y de Policía están impedidas para actuar contra estos terroristas, también están obligadas a guardar silencio por los crímenes que estos cometen?
¿Cuál es el afán del Gobierno Nacional de silenciar los hechos delictivos del ELN?
A esto se le suma la más reciente información de inteligencia, la cual revela que este mismo grupo criminal, estaría tras un atentado para acabar contra la vida del Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa.
Lo más grave es que estos no son hechos aislados, ya que tan solo en la primera semana de julio de este año, el ELN cometió 31 atentados y acciones ofensivas contra la Fuerza Pública, y si bien aún no se había pactado un cese al fuego, esto lo que demuestra es la nula intensión de paz de ese grupo armado ilegal. Recordemos incluso que recientemente alias Gabino, uno de los líderes de esta banda criminal, anunció que el objetivo de los diálogos no incluía la “dejación de armas ni la desmovilización”. Este “proceso de paz” deja más preocupaciones que certezas.
En reiteradas ocasiones he manifestado que el camino a la paz en el país, es el sometimiento de las estructuras ilegales ante el Estado de Derecho, y esto se logra teniendo unas instituciones fuertes ¿Pero qué fortaleza institucional puede haber cuando nuestros soldados están amordazados para denunciar y el gobierno central, encabezado por el propio Gustavo Petro, pareciera tener más intensiones de tapar el sol con un dedo antes que cumplir su deber constitucional de proteger al pueblo colombiano?
El presidente Petro se convenció de su propia quimera y en el camino está arrodillando a la Fuerza Pública y sometiendo a los ciudadanos al falso dilema de paz o guerra, cuando en realidad deberíamos estar dando captura a los ilegales y no robusteciendo la capacidad delictiva de las GAO -Grupos Armados Organizados- y GDO – Grupos Delincuenciales Organizados- por la inacción de las instituciones militares, so pretexto de un nuevo intento de diálogo de paz.
Decía Winston Churchill que quien se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra.
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