“Hoy en día las calumnias, el odio y el rencor siguen marchitando nuestras vidas. No obstante, creo con ilusión que mejorar a Colombia es posible. Para ello, la patria debe estar por encima del bien y del mal, de murmuraciones, de tanta maldad y estar en una constante búsqueda del perdón, el progreso y la unidad.”
El óleo de la portada de esta columna data del año 1902. Esta pintura fue hecha Sebastián Villalaz, abogado y artista nacido en el Istmo de Panamá que para la época pertenecía a Colombia. Villalaz decidió denominar su obra como “Colombia asesinada”.
Es innegable que a lo largo de nuestra historia hemos vivido situaciones críticas y penosas. Cada época de nuestra aventura independiente ha estado manchada de violencia y sangre, por ejemplo, la era de “la Violencia”, las guerrillas, el narcotráfico y los paramilitares. En consecuencia, es inevitable sentir dolor a la hora de estudiarnos, pero ese dolor debe entenderse atenuado, comprendiendo que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.
Hoy en día las calumnias, el odio y el rencor siguen marchitando nuestras vidas. No obstante, creo con ilusión que mejorar a Colombia es posible. Para ello, la patria debe estar por encima del bien y del mal, de murmuraciones, de tanta maldad y estar en una constante búsqueda del perdón, el progreso y la unidad.
¿Cómo buscar el perdón? Es una pregunta difícil. Perdonar es supremamente complicado porque las personas son víctimas y en la mayoría de los casos adquieren un dolor insoportable, pero el dolor no puede solucionarse causando más dolor. Ese sentimiento, hasta ahora, creo que debe resolverse adquiriendo verdad y reparación.
Ahora bien, ¿cómo buscar el progreso? Esta pregunta en dificultad es similar a la primera. Yo creo que tenemos que entender que si al país le va bien a todos nos va bien. No podemos olvidarnos de quienes tienen una posición adecuada con trabajo, educación, acceso a la salud, acceso a la recreación y si de ellos no nos olvidamos, con mayor razón tampoco debemos olvidar a quienes no tienen acceso a lo anterior y a muchas cosas más. Es ahí donde progresamos primero resolviendo problemas sociales, los problemas de los menesterosos.
Finalmente, ¿cómo nos unimos? Es la cuestión más complicada de todas para mí. ¿Qué es lo que nos une como colombianos? ¿Cuál es nuestra identidad nacional? Tengo muchas preguntas y pocas respuestas, pero es mejor que todos tengamos las riendas de la nación como lo indica la soberanía popular, a que se la otorguemos solamente a un hombre, y amando a la patria participamos de ella y velamos por ella.
En conclusión, histórica y actualmente vivimos situaciones difíciles, situaciones que hacen que perdamos la esperanza. Pero, amando a nuestro país, cosa que implica participar, velar y proponer a la patria, podremos salir de aquellos terribles sucesos que nos llevan a las terribles aguas del pesimismo.
Colombia pudo ser asesinada en algún momento, pero nuestro amor le devolverá la vida.
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