Amelia Earhart fue la primera aviadora que cruzó el Océano Atlántico y la primera que atravesó el Atlántico y el Pacífico sola. También quebró varios records de altura y velocidad en vuelo. A pesar de estos records, se la recuerda principalmente por su desaparición, que se convirtió en uno de los grandes misterios del siglo XX.
Amelia Mary Earhart nació en la casa de sus abuelos maternos en Atchison, Kansas. En 1899, sus padres Edwin y Amy tuvieron otra hija, Grace Muriel. Amelia pasó gran parte de su niñez en casa de sus abuelos durante los meses escolares y luego pasaba los veranos con sus padres. Los primeros años de su vida estuvo expuesta a grandes aventuras al aire libre, combinadas con las lecciones de etiqueta habitual para una niña de clase media alta de la época.
Luego de una visita a la Feria Mundial de St. Louis en 1904, Amelia decidió que quería construir su propia montaña rusa en el jardín. Con la ayuda de su hermana lo construyó sobre el techo del taller de herramientas de la casa, usando tablones, una caja de madera, y grasa. Amelia fue la primera en lanzarse, lo que concluyó en un choque y varios moretones.
En 1908, Edwin Earhart había cerrado su despacho jurídico y fue a trabajar para una línea ferroviaria en Iowa, por lo que Amelia se mudó con sus padres. Ese mismo año, la llevaron a una Feria donde Amelia, con diez años, vio un avión por primera vez, aunque no mostró ningún interés.
Al principio, la vida parecía ir bien para la familia, pero muy pronto fue evidente que Edwin había comenzado a beber demasiado. Cuando su alcoholismo se agravó, Edwin perdió su trabajo y no consiguió otro.
En 1915, con la esperanza de un nuevo trabajo con la línea ferroviaria Great Northern en St. Paul, Minnesota, la familia se mudó inmediatamente, aunque al llegar la oferta de trabajo no se produjo. Cansada del alcoholismo de su marido y debido a los problemas económicos cada vez más serios, Amy se mudó con sus hijas a Chicago, dejando a Edwin en Minnesota. El matrimonio finalmente se divorció en 1924.
Amelia terminó la escuela secundaria en 1916 en Chicago y luego ingresó en Ogontz School en Philadelphia, pero lo dejó para cuidar a los soldados que regresaban de la Primera Guerra Mundial y a las víctimas de la epidemia de gripe de 1918.
No fue hasta 1920 que Earhart desenvolvió un interés por los aviones a los 23 años. Durante una visita a su padre en California, fue a un festival aéreo y las pruebas aéreas que presenció la convencieron de que quería aprender a volar.
Tomó su primera lección de vuelo el 3 de enero de 1921. De acuerdo con sus instructores Earhart no tenía habilidad natural para pilotar un avión. Sin embargo, con esfuerzo y una pasión profunda, Earhart recibió su certificado como piloto de aviación de la Federación Aeronáutica Internacional el 16 de mayo de 1921, un gran logro para cualquier piloto de la época.
Sus padres no podían pagarle las lecciones, de modo que Earhart trabajó para pagarlas. También ahorró dinero para comprarse su propio avión, un pequeño Kinner Airster al que llamó el Canario, con el cual quebró el record de altitud en octubre de 1922, para convertirse en la primera mujer que alcanzara los 4.300 metros en un avión.
En 1927, Charles Lindbergh hizo historia al convertirse en la primera persona que cruzó el Atlántico en un vuelo ininterrumpido de EEUU a Inglaterra. Un año después, el 17 de junio de 1928, Earhart cruzaría el Atlántico con dos copilotos, con un Fokker F7 llamado Amistad, desde Terranova a Inglaterra
Luego de 20 horas y 40 minutos en el aire, aterrizaba en el sur de Gales. La prensa le puso el apodo de “Lady Lindy” debido a Lindbergh. Earhart publicó un libro sobre su experiencia. Poco tiempo después Amelia voló en solitario de un extremo al otro de Estados Unidos, también primera vez en la historia.
El 7 de febrero de 1931 Earhart se casó con George Putnam. Junto con otras aviadoras, Amelia fundó una organización internacional para pilotos mujeres, siendo su primera presidenta. Se llamó las Ninety-Niners, porque comenzó con 99 miembros. Aún hoy representa y brinda apoyo a las pilotos. En 1932 publicó un segundo libro sobre sus logros, The Fun of It.
Habiendo Ganado varias competiciones y pilotado en varios espectáculos aeroes, Earhart comenzó a buscar un desafío mayor. En 1932 decidió volar en solitario cruzando el Atlántico, despegando de Terranova el 20 de mayo en un pequeño Lockheed Vega.
Fue un viaje peligroso, debido a las densas nubes, la neblina y el hielo que cubría las alas del avión. El avión también comenzó a perder combustible y el altímetro dejó de funcionar, de modo que Earhart no tenía idea a qué distancia del océano estaba. Así fue que Earhart aterrizó en un campo de ovejas en Irlanda el 21 de mayo de 1932, convirtiéndose en la primera mujer que atravesaba el Atlántico sola y la primera que lo hacía dos veces.
A raíz de ello, firmó para otro libro, y fue recibida por cabezas de estado, dando conferencias en todo el mundo. Luego de realizar el primer vuelo cruzando el Pacífico en 1935, Earhart decidió volar la vuelta al mundo. Un equipo de la fuerza aérea lo había logrado en 1924 y el piloto Wiley Post había volado alrededor del mundo en 1931 y 1933. Amelia quería volar cerca del Ecuador para cruzar el planeta en el punto más ancho, no como en vuelos anteriores sobre el Polo Norte donde la distancia es más corta.
La preparación fue difícil e implicó un largo proceso de gran costo. Debían instalar tanques de combustible adicionales, equipo de supervivencia, instrumentos científicos y un radio súper avanzado. Una prueba en 1936 terminó en un accidente que destruyó el tren de aterrizaje del avión.
Earhart y su navegador, Frank Noonan, planeaban el itinerario mientras reparaban el avión. El punto más difícil era aterrizar en Howland, una pequeña isla de coral a 2.700 km de Hawaii para reabastecer combustible, debido a la poca visibilidad de la isla desde el aire. Earhart decidió llevar una antena de radio más liviana pero menos potente en mal tiempo, para aligerar el peso.
El 21 de mayo de 1937, Amelia Earhart y Frank Noonan despegaron de Oakland, California. El avión aterrizó primero en Puerto Rico y luego en varios lugares del Caribe antes de dirigirse a Senegal. Cruzaron África y luego fueron a Indonesia, Nueva Guinea, donde se prepararon por el tramo más duro del viaje, el aterrizaje en la isla de Howland. Earhart retiró los paracaídas para facilitar el bajo consumo de combustible. Revisaron el avión varias veces, pero ambos estaban cansados habiendo viajado durante un mes sin parar.
El 2 de Julio de 1937, salieron de Nueva Guinea y durante las primeras siete horas, mantuvieron contacto por radio. Luego, mantuvieron contacto intermitente con un barco de guardia costero, el Itsaca, que patrullaba las aguas. Sin embargo, la recepción era débil y los mensajes se perdían o eran confusos.
Dos horas antes de la llegada prevista a Howland, el Itsaca recibió un mensaje confuso que indicaba que Earhart y Noonan no divisaban ni el barco ni la isla y casi no tenían combustible. La tripulación del Itsaca intentó enviar señales de humo negro pero el avión nunca apareció. Nunca más se supo de ellos.
El misterio no ha sido resuelto. En 1999 arqueólogos británicos dicen haber encontrado artefactos en una pequeña isla del Pacífico que contenían ADN de Earhart, pero la evidencia no es conclusiva. Cerca del ultimo lugar conocido por el que pasó el avión de Earhart, el océano tiene profundidades de hasta 5.000 metros. Si el avión se hundió a esas profundidades tal vez nunca pueda recuperarse.