Esto se acabó, chao puente, chao bandas, chao Altavoz Fest 2015. Mucho hay para decir, pues mucho se vivió el último día que como dato nada novedoso estaba gris, quiso llover y unas pocas gotas muy tempraneras amenazaron con hacernos mojar desde muy pronto, pero puro jeribeque, a la larga el cielo abrió y en todo el resto del día no se asomó la lluvia y así pues pudimos gozarnos el tercer y último día de Altavoz con toda y sin agua.El día empezó así; estaba muy temprano aún, pero pude contar más 200 cabezas al entrar a tocar Sonicals que al parecer llevan un proceso fuerte y ya tienen varios seguidores. Cuando la primera banda acabó el público esperaba a Braille y doy fe del excelente show, que banda local más prometedora. Pedrina y Río un poco más tarde llenarían de tonalidades completamente diferentes el Altavoz, con su dulzura y sonido folclórico pusieron a más de un metalero a cantar.
Más o menos a las tres de la tarde el Altavoz cambiaba abruptamente de sonidos y con Perros De Reserva llegó el Metal, su espectáculo es digno de resaltar por su maquillaje y vestuarios, pero lo más sorprendente fue la propuesta de matrimonio que el vocalista le hacía a su novia en pleno concierto. Ella, que hacía parte del show quedo igual de asombrada que todos nosotros. nunca se había visto una cosa de esas en el Altavoz, en éste hubo espacio para todo.
Catfish y Gogol Bordello, nos impactaron de todas las maneras posibles. Con los primeros comprendimos lo diversa que es la creación musical, bien es cierto que no tienen definido un estilo, pero no es necesario para que aquellos franceses hagan música impresionante. Para la banda internacional que cerraba el festival, Gogol Bordello no hay palabras exactas, pusieron a bailar a todo el mundo con su increíble propuesta, que fiesta armaron los señores. Mis respetos por sus excelentes músicos, el bajista, el violinista y el morenito que hacía de todo, un señor espectáculo como todos nos esperábamos. Son necesarios dos minutos paradejarse convencer de esta banda, lástima por quien se lo perdió.
Después de todo en el espacio sí cupo todo el mundo, me da a mí la sensación de que éste año faltó gente y me apena pensar que es posible que el Altavoz esté perdiendo público por abrir un poco el espacio visual y proponer cosas que aquí no se habían visto antes. Parece que nos falta aprender y vivir las diferencias, ir al festival nos permite conocer cosas nuevas y expandir nuestros horizontes musicales, escuchar de todo un poco es bueno, respetar la musicalidad del otro es importante. Hay que recordar que ese espacio es nuestro, de los jóvenes a quienes no les suena su música en emisora ni tienen dinero para ir a un concierto de Steel Pulse o Gogol Bordello o Catfish o Miguel Botafogo, a duras penas para ver una banda local.
Gracias a todas las bandas y agrupaciones que lograron sorprenderme musicalmente hablando: Medellín Hardcore, El último Ke Zierre, Last Black Revolver, Colombian Blues Society, Miguel Botafogo, SFDK, Steel Pulse, Braille, La Tifa, IV Tiempos, Pedrina y Río y por supuesto a Gogol Bordello.
El otro año vendrá un Altavoz más y aquí estaremos esperando a las bandas y agrupaciones locales que hagan el proceso para poder llegar a las tarimas, a artistas que nos impacten de maneras asombrosas y que el Altavoz siga realizando el Altavoz Lab, eso de educar a los artistas para que trabajen en equipo y se propongan cosas nuevas es todo un proyecto de valor, que bueno que se dio ese espacio. No siendo más y acabado este asunto a esperar el próximo Altavoz que llegará con el próximo año.
Por: Ana María Fresneda
Fotografía: Juan David Duque
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