Según analistas, 51 mil personas, participaron de las marchas convocadas por el ejecutivo nacional el día 27-09-23. Los gastos de esta movilización fueron asumidos por el Estado según versiones oficiales y aún no han sido cuantificados en su totalidad, o no han sido dados a conocer, para evitar que, como integrantes de la sociedad, nos enteremos cómo despilfarran el dinero público y manipulan la reforma tributaria.
Se conoce que en Medellín y municipios del área metropolitana, llegaron a ofrecer hasta $200.000 por marchar y lanzar arengas a favor de Petro, de ñapa iba el almuerzo; estos valores agregados, nunca van a ser reconocidos, por lo que es oportuno tener en cuenta los rumores de dineros que ingresaron del exterior, una parte por Rionegro y la otra por transferencias, todo manejado tal cual lo hacen los carteles narcos.
La tarea de las autoridades será de gran valor para confirmar y/o desvirtuar esos datos; sobra decir que se necesitan varios cientos de millones para adecuar la logística del movimiento de 80 chivas desde el Cauca a Bogotá, además de aspectos como alimentación, hospedaje, imprevistos, el asalto a las instalaciones de la revista Semana y el regreso de los marchantes a su lugar de origen.
Los marchantes, equivalen al 0,10% de la población, no por ello se van a menospreciar, todo lo contrario, hay que analizar que al desplazarse desde áreas rurales distantes, merecen especial atención y esfuerzo para atender y entender sus peticiones, lo que no significa que al buscar una solución para ellos se vean afectados los conglomerados urbanos; el bien común, resume el objetivo final del Estado.
Las preguntas que nos hacemos, tienen que ver con la manera como el presidente piensa que debe ser respaldada su gestión ¿Si las reformas fueran tan buenas como dicen, por qué razón debe acudir con tanta frecuencia a unos resguardos indígenas del Cauca, para presionar su aprobación? ¿cómo o por qué, esos indígenas, siempre están disponibles a este tipo de convocatorias? ¿tienen alguna remuneración para mantenerse en alistamiento permanente? ¿de dónde provienen y cómo se manejan los dineros para esos gastos? ¿porque consideran necesario hacer un despliegue tan vistoso? ¿qué servicio de salud asume los riesgos en el trayecto?
Recordemos que las comunidades indígenas reciben auxilios económicos y se desconoce como planean, se invierten y se auditan. Esto abre una brecha en la administración que es inadmisible en época de estreches económica; el país no puede darse el lujo de dar tratamientos especiales, porque las finanzas de la nación sencillamente no aguantan.
Igualmente es indispensable saber cómo va a actuar el legislativo ante este tipo de presiones indebidas, necesariamente será al interior del Congreso y con el lleno de las formalidades legales el escenario para discutir y aprobar o no, los proyectos con que el Gobierno Nacional busca atornillarse en el poder, recordemos que eso lo han manifestado, desde que en agosto del 22, se produjo “el cambio”.
Los proyectos de ley deben ser claros en el qué y el cómo, algo en lo que el gobierno falla permanentemente, convirtiéndose este hecho en la principal razón, para no obtener las mayorías al momento de llevar a cabo las votaciones de los mismos.
Extrañamente y dependiendo del escenario, el lenguaje del presidente tiende a cambiar, entonces los reproches ocupan la primera plana y el fondo pasa a ser secundario, en ese proceso llevamos 14 meses y la verdad los avances son paquidérmicos.
El proceso demanda comunicación eficaz y efectiva, en esa interacción no puede haber lenguaje impositivo, provocador o irrespetuoso, todo lo contrario, al coordinar, analizar y evaluar, se llega a una propuesta de solución y si es acordada, consecuencialmente será apoyada.
Adicionalmente hay que decir que pareciera evidente una complicidad manifiesta del jefe de Estado con las diferentes modalidades del narcoterrorismo y el crimen organizado, lo que le ha dado respiro a esas estructuras, pero le resta apoyo institucional y del constituyente primario; el discurso del presidente incendia, divide, propicia la lucha de clases, genera odios, rencores y deja un ambiente de incertidumbre muy complicado de aceptar y, donde la sociedad es la más perjudicada ¿Cómo impulsar una agenda legislativa en medio de ataques a algunos actores políticos y alabanzas a los criminales?
Petro y sus ministros no pueden sostener el Gobierno, cuando los reclamos son diarios y permanentes. Eso le debe quedar muy claro al presidente y el pueblo entero está en la obligación moral de recordárselo mediante una genuina presión social.
El presidente, en últimas, deberá esforzarse en demostrar que puede mantener su ideología controlada, al igual que el sectarismo de sus propuestas; romper esos estrechos lazos con los narcoterroristas y retomar con seriedad el juramento de cumplir con los deberes de su cargo, con apego a las normas y respetando la constitución nacional, la autoridad y facultades que por ley le otorgan el cargo que desempeña.
Queda la sociedad, que, aunque amenazada y chantajeada, el 29 de octubre se va a manifestar en las urnas. Esperamos que los intentos por dañar la jornada y corromper a los sufragantes, no tengan éxito, que los abstencionistas e indecisos adopten la responsabilidad que como ciudadanos les compete, y que los elegidos, asuman la tarea de recomponer el Estado desde las regiones, con responsabilidad, seriedad, sin vacilar, en asocio con las instituciones, desbaratando el trasbordo ideológico y cultural a que nos sometieron con énfasis descarado en los jóvenes; solo así podremos asumir los retos del futuro; si estos propósitos se cumplen, difícilmente habrá quien quiera volver a vivir la experiencia de un gobierno comunista, así se disfrace de un progresista papá Noel, que traiga como promesa vivir sabroso.
El presidente Petro no puede seguir gobernando cual si fuera guerrillero resentido, y mucho menos, malgastando los recursos públicos para tratar de demostrar una aprobación que no tiene. Tal parece que el capitán del barco tiene madera de bucanero de tercer nivel, en Antioquia decimos, le hace falta pelo pa’l moño.
Todas las columnas del autor en este enlace: CR (RA) Augusto Betancourt Llanos
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