“Nos encontramos a la deriva sin seguridad ni justicia, nos acostumbramos a vivir como una nación a punto de fracasar”
Nos bastaría con recopilar un tramo de información, para poder asegurar lo que la mayoría menciona, dice o piensa sobre nuestra fuerza pública, si hiciéramos un sondeo para saber que piensan las personas del común, y no sería de extrañarse que muchas de ellas nos mencionen que es una institución corrupta, que usa métodos violentos para reprimir al pueblo o que ostenta su abuso de poder.
Pero para abordar esto tenemos que tener un conocimiento básico de nuestra fuerza pública, para esto nos ubicamos en el capítulo séptimo de la constitución política de Colombia donde establece que la fuerza pública se compone en forma exclusiva por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional establecidas para la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional, y a su vez el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas; aquí hacemos el primer comentario cerrando la idea con lo último que menciona el capítulo séptimo y es asegurar la paz en los habitantes colombianos, no a un grupo, no a un partido, no a una familia, es asegurar la paz a todos los habitantes colombianos, que bello seria que cumpliéramos con nuestra constitución.
Este no es un escrito cargado de ideología progresista o con una tendencia de izquierda, el sesgo es lo menos que se requiere a la hora de recrear la memoria histórica, es por eso que con datos, artículos y opiniones demostraremos el por qué nuestra fuerza pública lastimosamente lo único que genera es miedo o inseguridad. Y causales por las cuales perdieron toda la credibilidad en todo el país.
La credibilidad en las fuerzas militares cada vez va reduciendo porcentualmente y va creciendo el miedo y la inseguridad por parte de la opinión de personas del común y no es de extrañarse, que el pilar más fuerte del Estado colombiano esté investigado, por violaciones de derechos humanos, crímenes de guerra y de lesa humanidad que hacen perder la investidura de esta institución. Las fuerzas militares han pasado por muchos escándalos, recordemos unos cuantos los cuales nos darán la razón: tenemos el caso de que militares vendían armas a el grupo guerrillero de las FARC-EP o también la complicidad de los militares en las “pescas milagrosas” de la mano también de guerrilleros, pero no todo es de un solo lado, también tenemos el registro de los apoyos a las masacres perpetradas por diferentes frentes paramilitares, como la masacre de Mapiripán, masacre del aro o la masacre de San José de Apartadó y si no fuera suficiente las conexiones de nuestras fuerzas militares también tenemos el registro de un falso operativo en el cual fueron partícipes miembros militares involucrados con el cartel de Cali, pero tranquilos ellos también trabajan solos, cometiendo uno de los peores actos que marcaron la violencia en Colombia como lo fueron las ejecuciones extrajudiciales, este oscuro secreto que por muchos años se mantuvo oculto tiene en jaque a coroneles y mayores de las fuerzas militares de nuestro país. Pero, para los que dicen que las fuerzas militares están cambiando recordemos el más recientes escándalo, donde viajan al exterior a asesinar al presidente de Haití.
Podríamos seguir recordando más hechos históricos de los escándalos en las fuerzas militares, no acabaríamos y por lo cual nos surge la siguiente pregunta: ¿Cuántos escándalos más existirán, pero no están documentados? Estos hechos lamentables destruyen completamente la credibilidad de la sociedad colombiana frente a nuestras fuerzas militares. Por si fuera poco es el turno de la policía nacional, la cual su credibilidad esta muchísimo más baja y es que los escándalos son semanales, la corrupción permeó completamente esta institución a tal punto que generan inseguridad y desconfianza, los escándalos en esta institución son ya tan comunes y normalizados que no generan ningún tipo de alarma, pero siguen causando un gran daño a toda la estabilidad social colombiana, si quisiera escribir todos los escándalos, casos y cosas que han sido documentadas no alcanzaría y esto se extendería demasiado, pero no es nada nuevo que no conozcamos.
Necesitamos un cambio estructural a nuestra Fuerza pública, si no llegara el día en el que la sociedad colombiana supere los límites que se le han impuesto para mantener el control y no habrá “ni ley ni Dios” quien los detenga, vivimos al borde del colapso y si no hacemos nada para cambiar ese estilo de vida, más que pronto fracasaremos como país, si es que ya no fracasamos, claro está, el cambio no será de un día para otro, hay responsables que tendrán que pagar, hay investigaciones que se tendrán que adelantar, existirá una justicia justa que no esté corrupta y los haga pagar, pero si no iniciamos, apague y vámonos.
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