Respecto a la entrevista realizada al locutor Carlos Mira en la que manifiesta su intención de demandar a la joven.
Lamento mucho el episodio de discriminación a las PCD (personas con discapacidad); lamento aún más que el victimario ahora se quiera transformar en víctima con argumentos falaces:
1. Prima el derecho de las personas con desventajas sociales (las PCD lo son); el locutor violó derechos fundamentales de ella y ahora sale a reclamar por sus derechos civiles que -en jerarquía- están por debajo de los fundamentales.
2. Cuando dice que ella ‘busca otra cosa’, está utilizando una estrategia de manipulación retórica que los lógicos llaman ‘cortina de humo’, con la que trata de desviar la atención del quid de la discusión , además se trata de una falacia ‘ad hominen’ pues claramente es un ataque a ella y no a sus argumentos.
3. Cuando dice que está sobre dimensionada la situación, también se equivoca: tiene problemas para asignarle carga moral a los actos humanos y, además, el argumento mediante ejemplo que usa incumple con toda regla de construcción.
4. Cuando trata de excusarse diciendo que ‘los colombianos somos así’, está haciendo uso de la falacia ‘ad populum’, pues pone en el uso común la justificación del acto, lo cual es error lógico y -ni que decirlo- moral. Además, esa clase de antivalores harán parte de la incultura de un pueblo, no pueden ser aceptadas como característica constitutiva.
5. Cuando resalta que la mamá oye el programa radial y se divierte con él, se equivoca por principio (falacia petitio principii o de petición de principio), ya que confunde a la agredida con su madre.
Después de estas 5 consideraciones, creo que queda claro el nivel intelectual y moral del locutor; además de que -cualquier juez sensato- la privilegiará a ella; fuera de ello, creo que queda claro también por qué los empresarios de la radio deben reconsiderar muy bien antes de poner en sus micrófonos a personas que no edifican una sociedad mejor (lo que no riñe nunca con el buen humor y la diversión) sino que promueven los antivalores y la incultura que nos impiden avanzar.
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