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Para que la participación de las inmensas voces
que nunca tienen opinión en Colombia
puedan expresarse para la búsqueda de reformas mínimas”
“La razón de ser nuestra
es ser gobierno en este país”
Álvaro Fayad Delgado
Estos días los he pasado cavilando y pensando que me había metido en camisa de once varas al afirmar que el M19 no había sido de izquierda y que Petro tampoco lo había sido ni lo es, hasta que mirando podcast y otros archivos sobre la cruel toma y retoma del Palacio de Justicia, me encontré una entrevista al Turco Fayad que me salvo de tanta preocupación. Descanse, porque la historia me daba la razón y confirmaba lo dicho por Petro en el Consejo de Ministros que Benedetti televisó en un celada para acallar algunos de sus colegas y que luego los áulicos del gobierno convirtieron en un ejemplar ejercicio de transparencia. Pero antes de seguir unas precisiones:
- “Mecánicos” se les llamaba a los militantes del M 19.
- “Mamertos” eran los militantes del Partido Comunista de Colombia y sus múltiples expresiones: políticas, armadas, juveniles, agrarias y sindicales. La entonces izquierda revolucionaria de hace décadas los llamaban así porque predicaban la conciliación de clases y los llamados “Frentes” o alianzas con los partidos burgueses locales, especialmente con el partito liberal, al que consideraban progresista.
- En un ejercicio de esquizofrenia política he logrado escindir la personalidad del mandatario en Petro el Gobernante y Petrossky, el luchador. Soy muy crítico del gobierno de Petro y un gran admirador e Petrosky. En esta columna no me dedicaré a hablar mal de Petro, ni a realizar un perfil a la manera de Antonio Caballero, William Ospina o Mario Mendoza. Hablaré del Gobierno de Petro, en un sano ejercicio de la crítica y autocrítica, tal como lo exige mi amigo Oscar Fernández. No me sumo entonces al coro de los arrepentidos y plañideras que se solazan criticando al Presidente al cual le desean, además del infierno, todas las desertificaciones habidas y por haber. A aquellos que pregonan que este es el peor gobierno de la historia y repiten con rabia y hasta inquina, las mentiras y calumnias propagadas por Blu, Caracol, la W, la FM y el Tiempo, el Colombiano y Semala.
Esta columna, que repito, no es un retrato de Petro, recoge una línea de análisis que me gustó y quedó recogida en un lúcido artículo del “Negro” León Valencia, que a mi juicio da cuenta de la “idiosincracia” del M-19 y Petrosky. Además, tengo la certeza personal de que Petro no es ningún drogadicto ni alcohólico, sino un solitario y pobre depresivo ciclotímico.
Al grano entonces. Como buen militante del “M”, Petro es un desordenado a que le llueven ideas que va expresando merced a la impunidad que le otorgan su personalidad y el cargo de Presidente. ¿Qué tal el cuento de que el Gabinete no debe seguir El Plan de Desarrollo aprobado por el Congreso sino el Plan de Gobierno que presentó en su campaña? O el cuentazo de reformar una Constitución que dijo haber ayudado a elaborar y que permanentemente invoca para legitimar su discurciadera? Otro día les contaré en detalle mi paso como asesor la Constituyente, oficio en el que nunca me encontré a Petrosky por allí.
Que tal la designación de las momias del extinto el “M” para liderar las mesas de paz con los criminales que azotan nuestro país? ¿O nombrar como gestores de paz a una parranda de asesinos ahítos de niñas vírgenes y billetes que en su momento comandaron las ordalías de sangre que nos asolaron? En lo que los críticos de este Gobierno tienen total razón en la improvisación y fracaso de la Paz Total, que más que política, parece ser el pago de compromisos pre electorales!
Ausente de un discurso o narrativa, como ahora se le dicen al cuento político, Petro quiere meternos por ojos y narices su ancestro político: El “M-19”. En esa tarea quiere jubilar muy bien, a sus amigos de la viejísima guardia del “M”; “voliar” banderas del “M” en cuanta concentración convoca; recordar amañadamente al libertador Simón Bolívar o ignorantemente a García Márquez; y predicar falsamente que Pepe Mojica y la Presidenta de México, fueron fundadores o miembros de M-19 mientras ilusamente, refunda la Gran Colombia.
Petro ha alimentado, como el que más el discurso rancio, clasista y amañado de la vieja clase política colombiana que se opone con dientes y uñas a cualquier reformita. Uno de sus exponentes, el más chocante además, es un bobo que vende los artículos de la tienda de su mujer, promociona su sobrino y es heredero de su apellido. ¡Toda una nea!
Petro se ha equivocado en su Paz Total; ha sido muy vago en el tratamiento al tema de drogas y no ha atinado en las grandes reformas que necesitamos: acabar con la corrupción, reformar la Administración de Justicia y avanzar hacia la autonomía local y regional. Petro nos queda debiendo casi todo el discurso de Petrosky, pero aún así, ni ha sido el peor ni el mejor mandatario que hemos tenido. Digamos, benignamente, que este gobierno ha sido la prueba de que todos lo que se han montado nos pueden gobernar mal.
En resumidas, en la carencia de un discurso político que nos aglutine, el Gobierno de Petro ha tratado meternos el cuento del M-19, por el cual ninguno de nosotros votó y nos ha polarizado en demasía, asunto que dejo para la próxima. Como decía mi mamá: “¡bueno es culantro, pero no tanto!
Pienso ahora, que la mejor herencia de Petro es el genial Jhovanoty.
Medellín noviembre 13 de 2025
*Abogado de la Universidad de Antioquia.














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