Entre átomos y tarifas: ¿Es hora de hablar en serio de energía nuclear?

La energía nuclear ha entrado ahora también al portafolio de
alternativas para el abastecimiento seguro, confiable, económico
y con menos emisiones para un país que quiere crecer.

Energía nuclear y Colombia parecían conceptos destinados a no encontrarse. Como agua y aceite contenidas en diferentes recipientes.

Un sistema eléctrico como el colombiano que se bastó por décadas utilizando hidroeléctricas y plantas térmicas no había necesitado dar una mirada a la energía nuclear.

¡Las condiciones han cambiado! El sistema eléctrico colombiano enfrenta retos enormes debido al retraso en su expansión en generación tanto de fuentes tradicionales como no tradicionales, las renovables y no renovables, las que se construirían en el interior del país o en la Guajira. Un país rico en carbón que no avanza en su uso para producción de electricidad, un país rico en recursos hidráulicos que reduce su construcción de nuevas hidroeléctricas, un país con viento que aún no logra despegar con fuerza la entrada de proyectos eólicos, un país con plantas a gas natural que no tiene producción suficiente de gas natural, un país con radiación solar que desearía consolidar con más fuerza los proyectos de generación fotovoltaica.

Un buen sistema de energía eléctrica busca excelencia operativa, autosuficiencia financiera, accesibilidad y armonía con la naturaleza. La energía nuclear es una apuesta al logro de estos objetivos.

En coautoría con el estudiante Alejandro Barrera y los profesores David Galeano y Daniel Morales, hemos publicado el documento «Economic and policy assessment on nuclear energy for Latin America’s energy transition» en la revista Energy Policy de Reino Unido, luego de un proceso de revisión por pares. En este documento mostramos cómo el costo nivelado de la energía nuclear para electricidad en Latinoamérica se encuentra entre 71 y 159 USD/MWh, según condiciones, países y escenarios. Un análisis que involucró tanto el uso de variables determinísticas como inciertas.

De acuerdo con estos hallazgos, un pequeño reactor nuclear (SMR) es viable para generación de energía eléctrica en Colombia si vende su energía en un contrato por 78 USD/MWh que equivale a 312 COP/kWh. Valor que podría oscilar, según las posibles modificaciones de variables clave, entre 276 COP/kWh y 344 COP/kWh, rango donde se encuentra el 50% de los casos analizados.

Y si los números son importantes ¿Cómo se comparan con las condiciones en Colombia?

Los contratos de largo plazo se realizan entre dos partes; una vendedora, que en nuestro análisis sería el dueño de la planta de generación nuclear; y una compradora, que bien podría ser un comercializador que atienda clientes del mercado regulado, del mercado no regulado o un generador que desee comprarle la energía al dueño del reactor. Estos contratos se usan para fijar el precio de la venta de energía de tal forma que ni los ingresos del vendedor o los egresos del comprador presenten incertidumbre significativa, independiente de lo que ocurra en la bolsa de energía.

De acuerdo con la información reportada por el operador del mercado, el precio medio de los contratos de energía que se destinaron para el mercado regulado (hogares, comercios y pequeñas industrias) en Colombia ha estado alrededor de los 315 COP/kWh, con un mínimo en 308 y un máximo en 320. Valores que están dentro del rango para la viabilidad financiera para los pequeños reactores nucleares.

Las condiciones actuales de estrechez entre oferta y demanda de largo plazo en el mercado de energía eléctrica están entregando señales que invitan a la inversión, a la innovación, a la gestión, al trabajo individual, al trabajo sectorial y al trabajo nacional. Las tecnologías de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica han estado disponibles por más de un siglo para la humanidad, lista para llevar bienestar y progreso para aquellos que deseen integrarla en su cotidianidad.

Lograr que la tecnología abra caminos de prosperidad para los pueblos requiere voluntad, planeación, decisión y bastante trabajo para lograr: más generación, más transmisión y más distribución. Todo para que el sistema eléctrico colombiano no vuelva a vivir aquellas experiencias que ha jurado perdonar.

La energía nuclear ha entrado ahora también al portafolio de alternativas viables para el abastecimiento seguro, confiable, económico y con menos emisiones para un país que quiere crecer.

Con estos números ¿Es hora de hablar en serio de energía nuclear?

Gracias por leer,

Alfredo Trespalacios Carrasquilla

Doctor en Economía, Magíster en Finanzas, Ingeniero Electricista. Consultor y formador en temas de energía, finanzas y riesgos.

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