“La resolución no comprende esos incentivos para volver productivo el campo, mientras que sí plantea prohibiciones a otras actividades económicas como el desarrollo inmobiliario”.
Para que el campo sea más productivo: es decir, que produzca en masa variedad de alimentos se requieren estímulos que lo vuelvan atractivo como la generación de empleo formal y bien pago; y facilidades, como tasas favorables en créditos y desarrollo de infraestructura y vías, para que los dueños de la tierra vean estimulante invertir en agricultura como lo mencionó un productor de cítricos del municipio de La Pintada en el suroeste de Antioquia a propósito de la resolución de ZPPA (Zonas de Protección para la Producción Agropecuaria) que expidió el Ministerio de Agricultura a finales del año pasado pero que sólo se conoció a finales de la semana pasada y que ha generado revuelo en la subregión (ver).
La resolución no comprende esos incentivos para volver productivo el campo, mientras que sí plantea prohibiciones a otras actividades económicas como el desarrollo inmobiliario y la minería. Es decir, no estimula la producción agrícola y encima prohíbe otras actividades económicas que están asentadas en la región desde hace décadas y que generan empleo formal.
El alcalde de Amagá, es uno de los alcaldes del Suroeste de Antioquia que junto con el gobernador del departamento manifestaron preocupación por esta medida donde su municipio es de vocación minera: “¿Qué vamos a hacer con más de 5.000 familias mineras que tendrán que dejar de trabajar?” expresó.
Más que atacar una actividad deberíamos pensar en cómo coexistir y apalancarnos entre sectores económicos para generar mayores empleos formales en las regiones. De nada sirve una resolución que destina una zona exclusivamente para agricultura si no hay quien quiera trabajar el agro por las condiciones de informalidad. Pocos niños y jóvenes se vislumbran trabajando en el campo, pocos son los que lo ven aspiracional y atractivo y es en parte porque no encuentran condiciones de empleo formal. Según reportes del DANE, en Antioquia, la creación de empleo agrario ha disminuido en los últimos 5 años.
Hay agroindustrias que sí generan empleo formal pero no los pequeños y medianos productores y seguramente no lo hacen porque no quieran sino porque no tienen las condiciones para hacerlo y la resolución tampoco lo subsana.
El trasfondo real de esta medida no es potenciar el campo y tampoco mejorar las condiciones de vida de los campesinos sino prohibir, por simple ideología, otras actividades económicas como lo expresó el presidente Petro en X (ver). Como si estuviésemos obligados a elegir entre una cosa y otra, cuando la diversidad de actividades complementa los territorios, contribuye a que sean más sólidos y prósperos. Es más riesgoso depender de una sola actividad, como lo demostró el Covid-19 donde muchos municipios que dependían del turismo vieron fracasar a muchos de sus negocios que dependían de esta actividad.
Debemos aprovechar responsablemente los recursos naturales renovables y no renovables con los que contamos y así contribuir a saldar las brechas sociales que tenemos. No es justo eliminar empleos que ya existen y que no se reemplazarían, como lo menciona el alcalde de Amagá. Eso sólo generaría una crisis social y de manera innecesaria.
*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no representan a mi empleador.
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