El sábado 26 de octubre en la primera página de El Colombiano apareció este titular: “El fin del GEA: Sura y Argos acaban 40 años del enroque”. Estaba leyendo justamente leyendo el estupendo libro de Gloria Valencia, “El GEA: historia completa del grupo empresarial antioqueño”, publicado por la Facultad de Ciencias Económicas de la U de A y la Editorial Aguilar[1], hace menos de un mes.
El libro de Gloria está basado en una extensa bibliografía y, lo más significativo, en más de sesenta entrevistas a ejecutivos, hombres de negocios y conocedores de la historia empresarial de Antioquia, lo cual aporta a su relato gran cantidad de datos desconocidos o situaciones conocidas vistas desde otros ángulos. Gloria despliega su extensa experiencia en periodismo económico, incluida la publicación de varios libros sobre episodios de la vida económica nacional[2], para hacer en poco más de 300 páginas un entretenido y rico relato que inicia en la fundación de las empresas emblemáticas de Antioquia a principios del siglo pasado y culmina en el cambio de propiedad de Nutresa por las OPAS de los señores Gilinski y las consecuencias de ello sobre la estructura del GEA y su famosísimo enroque.
El enroque, es decir, el cruce accionario entre las empresas principales del GEA con el objetivo de mantener el control, fue vulnerado irremediablemente con las OPAS sucesivas de los Gilinski sobre Nutresa. Escribe Gloria: “Terminó así el histórico enroque de los tres grandes pilares que un día integraron el GEA. Sura y Argos quedaron enlazadas, pero no por mucho tiempo, pronosticaron algunos” (página 330). Según el titular de El Colombiano de ayer, se cumplió el pronóstico de Gloria y sus fuentes: se acaba el enlace de Sura y Argos. El GEA, como cruce accionario, ha dejado de existir.
A mi modo de ver, el “desenroque” abre el paso a una tercera etapa en la historia empresarial de Antioquia, la internacionalización de su estructura de financiación, que no sabemos a dónde nos llevará. La primera, recreada maravillosamente en el libro de Gloria, va desde la creación de las empresas pioneras a principios del Siglo XX hasta la apertura económica decretada por el gobierno de Gaviria. En ese lapso, las empresas se desarrollaron orientadas casi exclusivamente al mercado interno. Noel y la Nacional – con Zenú núcleo de Nutresa – exportaron su primera galleta y su primera chocolatina, respectivamente, cuando eran ya adultas mayores de más de 60 años. La apertura económica marcó el inicio de la segunda etapa, la proyección internacional de las empresas antioqueñas que acicateadas por esa apertura se lanzaron a conquistar el mundo[3]. Las OPAS sobre Nutresa son prueba del éxito de esa internacionalización de la actividad productiva y empresarial que no fue acompañada de una internacionalización de la estructura accionaria a causa del enroque que inadecuadamente se quiso mantener.
Es muy probable que, de haber estado cotizadas en la bolsa de Nueva York, directamente o por medio de un ADR, el precio de las acciones de Nutresa hubiese reflejado mejor los fundamentos de las compañías haciendo imposible o más costosas las OPAS. Entre la primera y la cuarta ronda el precio de oferta se duplicó. Se dice que hoy el valor del grupo Nutresa es tres veces lo pagado por los Gilinski para adquirirlo. ¡Vaya usted a saber!
Termino llamando la atención sobre uno de los asombrosos giros de la historia. A mediados de los 90, el BIC, que era un banquito, lanzó un ADR en la bolsa de NY y se hizo con tal cantidad de recursos que pudo venirse a comprar al Banco de Colombia, el primero del País y entonces controlado por los Gilinski[4], de ahí nació Bancolombia. Casi 30 años después, los Gilinski les dieron al GEA su propia medicina trayendo recursos del mercado internacional de capitales para comprarles sus empresas. ¡Así son las cosas!
[1] Valencia, Gloria. (2024). El GEA: historia completa del grupo empresarial antioqueño. Editorial Aguilar, Bogotá, 2024.
[2] Destaco dos de ellos: “Junta directiva de Banco de la República: grandes episodios en 30 años de historia” e “Interbolsa, historia de una élite que se creía demasiado grande para caer”, ambos publicados por Aguilar en 2023 y 2014, respectivamente.
[3] En mi blog publiqué un artículo titulado “La internacionalización de las empresas antioqueñas: 1994-2014” sobre la internacionalización del GEA y otras empresas de antioqueñas.
https://luisguillermovelezalvarez.blogspot.com/2024/01/la-internacionalizacion-de-las-empresas.html
[4] Gloria Valencia trata este episodio bajo los títulos “El BIC en las grandes ligas” y “El pez chico tras el grande”. En mi artículo citado lo analizo en “Descubriendo el mercado internacional de capitales”
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