El estudiante de los cuarenta semestres en la UdeA

A raíz de las declaraciones emitidas por el Gobernador de Antioquia sobre los estudiantes que tardan 40 semestres para graduarse, se ha creado un imaginario sobre la realidad del Alma Mater que vale la pena analizar más a fondo, más allá de las reacciones emocionales que surgen desde diferentes ángulos.

La figura 1 resume el número de semestres que emplearon para finalizar sus estudios los estudiantes de pregrado de la UdeA matriculados entre los años 2007 y 2022. Este gráfico solo registra el comportamiento de los estudiantes que lograron graduarse. Para entender la figura es necesario aclarar que las graduaciones que toman 8 o menos semestres corresponden a las dobles titulaciones, a los estudiantes que homologan materias y a los cambios de carrera; también incluyen los programas que se cursan en 8 semestres.

 

 

Figura 1. Semestres requeridos por los estudiantes para obtener el grado entre los años 2007 y 2022. Fuente: Data UdeA

Dado que a la Universidad de Antioquia ingresan muchos estudiantes que trabajan medio tiempo o tiempo completo, es bueno notar que un estudiante que matricule 12 créditos por semestre (3 cursos) en un programa de 180 créditos, requerirá de 15  matrículas, siempre que no pierda asignaturas o no cancele algunas de ellas. La tabla 1 detalla cifras y porcentajes de las barras mostradas en la figura 1.

Al cabo de 10 semestres el 35,3% de los estudiantes ha obtenido el título. El 89,78% de los estudiantes requirieron a lo sumo 15 semestres para graduarse, cifra que se explica por los estudiantes que pierden materias o aquellos que por diversas razones no pueden tomar tiempo completo durante algunos semestres. En el semestre 18 se ha graduado el 97,13% de los estudiantes y solo el 2,87% de los graduados toman más de 18 semestres. Esta última cifra muestra que este comportamiento no es el del estudiante promedio de pregrado en la UdeA, pero tampoco es tan irrelevante como para descartar su importancia. Son 980 casos en la ventana de observación que ameritan una estrategia institucional de seguimiento desde las unidades académicas y sus oficinas de Bienestar Estudiantil.

Para ampliar un poco la perspectiva, vamos a comparar la situación de la UdeA con la Universidad Nacional sede Medellín. En la UN hay una reglamento estudiantil aprobado desde el 2008, que establece el número máximo de créditos que un estudiante puede matricular durante su vida universitaria, lo que en alguna medida limita las estancias muy largas y también pone un límite al número de cancelaciones de materias durante todos los estudios. Esta estrategia es una alternativa diferente a la que adopta la UdeA que opta por limitar el número de cancelaciones de cada materia, sin limitar el número  de créditos a matricular durante toda la carrera.  En la UN al estudiante se le asigna un cupo inicial de créditos, que corresponde al total  de créditos que exige el programa, más 16 o 20 créditos para cursar el requisito de Inglés y  una o dos materias que son requisitos de nivelación en esta universidad. Cada estudiante puede obtener hasta  80 créditos adicionales, pues la universidad le otorga a su cupo disponible 2 créditos por cada crédito aprobado, hasta llegar a un máximo de 80 créditos.  Estos créditos adicionales sirven de motivación para los estudiantes con buen rendimiento, porque les sirven para matricular cursos si optan por la doble titulación y además cada crédito que no consuma le queda como excedente al graduarse y es un punto que no paga si se matricula en un posgrado en la misma universidad.

Según cifras suministradas por la División de Registro y Matrícula de la UN-sede Medellín, para el semestre 2024-I aparecen 10.212 estudiantes matriculados y de estos hay 71 que llevan más de 18 semestres, lo que equivale al 0.7% de los matriculados. Si tomamos como referencia el trino del señor gobernador del 31 de enero del 2024, para esa fecha en la U. de A. habían 398 estudiantes con más de 18 matrículas, lo que corresponde al 1.13% de los 35.334 estudiantes matriculados en el semestre 2023-II. Es decir, porcentualmente hablando, no difieren mucho la cifras de ambas universidades; aunque es superior el porcentaje de la UdeA.

A nivel nacional y basados en el Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior -SPADIES-, que incluye información sobre las instituciones de educación superior a nivel técnico, tecnológico y universitario, tomaremos como  ventana de tiempo los años 2010 al 2021 para analizar la tasa de graduación acumulada, entendida como la proporción de estudiantes de todas las cohortes que se ha graduado de un programa académico de una Institución de Educación Superior hasta un semestre determinado; en otras palabras, es el conteo acumulado de estudiantes graduados hasta un semestre determinado de todas las cohortes, sobre el total de primiparos de dichas cohortes.La figura 2 evidencia que la Universidad Nacional-sede Medellín y la Universidad de Antioquia tienen un comportamiento similar en tasa de graduación acumulada y ambas instituciones están por debajo del promedio de todo el sistema de educación superior.

La tabla 2  detalla cifras y porcentajes de la Figura 2. En el décimo semestre, en promedio, se ha graduado el 22% de los estudiantes que ingresaron a la educación superior; el 2,5% de la UN sede Medellín y el 7,6% de la UdeA. Para el semestre 15 se ha graduado el 45,9% de los estudiantes del sistema, el 37,8% de la UN sede Medellín y al 35% de los estudiantes de la UdeA. Para el semestre 18, la tasa de graduación general es del 51,6% mientras que la tasa de graduación de la UN sede Medellín  es 2.4% más alta que en la UdeA.

Vale la pena reiterar entonces que el estudiante de 40 semestres que ronda en el imaginario de muchas personas, no describe la situación típica del estudiante de la UdeA. Aunque, estas misma cifras evidencian la necesidad de contar con estrategias institucionales para hacer seguimiento a los casos de estudiantes que toman por encima de los 18 semestres para obtener su título; no sin dejar en claro que hay otro tipo de problemas de orden académico que deberían ser el foco de atención: La deserción escolar, el decreciente rendimiento académico en las pruebas saber-pro y la decreciente demanda por cupos a los programas de pregrado y posgrado. En el caso de la UdeA hay una tendencia decreciente en las inscripciones de aspirantes en la última década; por ejemplo, para el semestre 2025-I los aspirantes disminuyeron alrededor del 9% respecto a los inscritos en el semestre 2024-I, lo que contrasta con el crecimiento de la oferta que se ha desarrollado en las regiones de Antioquia y que no ha significado mayor crecimiento en el número de estudiantes matriculados.

 

John Freddy Duitama M.

Profesor universitario.

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