Un golpe imaginario

ALDUMAR FORERO ORJUELA

“El presidente advierte sobre un golpe de estado que está en ciernes, sin embargo, no ha mostrado las pruebas. El objetivo del presidente es asustar a los colombianos y sembrar la idea de la desestabilización institucional”.


Gustavo Petro durante toda su vida pública se ha victimizado, es decir, todo lo que le ocurre es por culpa de otros y por lo tanto es una víctima más. En su juventud y desde su perspectiva puede que el estado haya sido injusto con él, sin embargo, ese estado le ha permitido ser congresista, alcalde de Bogotá, tres veces candidato presidencial y, finalmente, presidente de la República de Colombia. Visto de esa manera, Petro ha sido afortunado de ostentar tan grandes cargos en el país.

Como congresista fue acérrimo opositor al gobierno de Álvaro Uribe, como alcalde de Bogotá lo destituyeron y como presidente de Colombia NO ha gobernado. No se si su incapacidad de gobernar y liderar le hace pensar en su subconsciente que está siendo perseguido y que lo quieren derrocar. En lo personal, no creo que en Colombia haya un plan para desestabilizar al gobierno y con ello destruyan la institucionalidad del país.

Desde que se posesionó Petro como presidente NO ha habido ejecución gubernamental. Los indicadores sociales, de seguridad, económicos y políticos no son buenos, mientras tanto el gobierno gobierna a través de la demagogia, el miedo y la incertidumbre. No solo es un golpe de estado quien desestabilice la nación, también puede ser una protesta gigantesca o, desde el mismo gobierno, generando miedo y alentando una confrontación civil.

En estos instantes, en Colombia, se adelanta una investigación contra la campaña presidencial de Petro de 2022 por, posible, violación de topes electorales. Pero esto NO configura de ninguna manera un golpe de estado contra el gobierno de Petro. Además quien investiga es el Consejo Nacional Electoral – CNE – que si hallara algo tendría que compulsar copias a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes que es el juez natural de los presidentes de Colombia.

Así las cosas, el CNE no puede investigar ni juzgar al presidente Petro, no tiene competencia para ello, pero lo que si puede hacer y lo ha hecho siempre es investigar las campañas de los candidatos presidenciales. Para Petro ese podría ser el inicio de un golpe de estado contra él y su gobierno. No lo creo.

De otra parte, el presidente Petro denunció ante la opinión pública que, presuntamente, el gobierno anterior, compró un software para espiar a la oposición de aquella época y que seguiría en funcionamiento. Las autoridades están investigando, pero el presidente NO entregó pruebas de una denuncia hecha hace meses. También este caso lo relaciona con un posible golpe de estado. No lo creo.

Lo peor de todo esto, no solo es que el presidente anuncie como algo cierto que está en ciernes un golpe de estado en su contra y que, según él, previo al golpe se está “cocinando” una serie de hechos que posibilitaría un hecho de gravedad. Se compara él mismo con lo que le sucedió al entonces presidente de Chile, Salvador Allende, en donde lo derrocaron y ocurrieron previamente paros y manifestaciones.

La cuestión es que en todo el mundo ocurren paros y manifestaciones y no por eso se constituye una previa a un golpe de estado. En Colombia en casi todos los gobiernos ha habido manifestaciones y no precisamente pacificas y no tumbaron a ningún presidente. Las manifestaciones son legitimas y se hacen en contra de decisiones gubernamentales que no benefician a los individuos. El trabajo del gobierno es dialogar y zanjar esas diferencias para llegar a acuerdos y no desestabilizar al país. El presidente en ejercicio junto con su equipo deben ser conciliadores, no incendiarios y generadores de miedo.

Una de las maneras en que el presidente quiere detener el supuesto golpe de estado es a través de una Asamblea Nacional Popular, que no es otra cosa, que una reunión del gobierno con sus adeptos políticos para decir que el pueblo está con él y que si hay un intento de derrocamiento este se lo respaldará en las calles.

Lo que queda de esto es que el golpe de estado del que habla el presidente Petro no sería militar sino administrativo o político, es decir, a través de alguna institución y que el modo es destituirlo a él y a su gabinete, es por esto que en medio de sus discursos, acusa al actual presidente del senado, Efraín Cepeda, de sucederlo en el actual periodo presidencial.

Lo que está quedando en el ambiente es que existe un golpe de estado y mucha gente lo está creyendo, esto es muy grave porque puede desencadenar en enfrentamientos civiles o, que por esa aseveración de derrocamiento, el gobierno Petro liquide la democracia e instaure un régimen dictatorial.

Lo mejor que debería pasar es que el presidente Petro termine su mandato el 7 de agosto de 2024 como lo señala la Constitución y que sean los individuos quienes voten por su sucesor o sucesora. No hay motivos coherentes en advertir que existe un golpe de estado en Colombia.

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

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