La filosofía en escena: Los Eudaimones y El Cocuy I

“¿Eudai… qué? Sí, Eudaimones. ¿Qué significa eso? Bien, es un derivado que ellos hicieron de la palabra Eudaimonia. Esta proviene del griego antiguo y comúnmente se tradujo como “felicidad”. Sin embargo filósofos como Aristóteles hicieron de esta palabra una disposición filosófica que transcendía el placer. Para el Estagirita esta palabra significaba el más alto bien y la aspiración final de la vida humana. Sin dudarlo ellos tomaron dicha orientación por insignia y de ahí que su búsqueda sea la vida digna y la virtud.”


Domingo; día soleado. El clima nos ha sorprendido gratamente en El Cocuy. Desde aquí, en una casa que data de doscientos años atrás, se ha instituido una lucha constante contra las hegemonías culturales de nuestro país. La situación en concreto que abordaré en cada sección siguiente ha sido esta: desde hace cerca de tres años atrás dos estudiantes de filosofía, próximos a graduarse, decidieron empezar una empresa filosófica y cultural para buscar lo que comúnmente conocemos como ganarse el pan de cada día. Como a toda idea y empresa le pusieron un nombre, después de largas dubitaciones “creativas” y “cómicas” ésta tuvo por resultado el bautizo de Los Eudaimones. ¿Eudai… qué? Sí, Eudaimones. ¿Qué significa eso? Bien, es un derivado que ellos hicieron de la palabra Eudaimonia. Esta proviene del griego antiguo y comúnmente se tradujo como “felicidad”. Sin embargo filósofos como Aristóteles hicieron de esta palabra una disposición filosófica que transcendía el placer. Para el Estagirita esta palabra significaba el más alto bien y la aspiración final de la vida humana. Sin dudarlo ellos tomaron dicha orientación por insignia y de ahí que su búsqueda sea la vida digna y la virtud. Su lucha comenzó, sin ellos saberlo, cuando empezaron su primer proyecto filosófico y cultural: En el oficio de vivir, unos talleres de escritura que pretendían cultivar la vocación de la escritura en los niños, jóvenes y adultos de El Cocuy. Sin pensarlo hicieron de la palabra su cimiento para aquella lucha que aún no sabían que emprendían. Esto ocurrió hace ya algún tiempo y aunque estos talleres continúan, cada vez están más lejos de aquella finalidad propuesta.

¿Por qué escogieron el municipio de El Cocuy para comenzar esta lucha? Verán, esto no es ni una predilección ni un favoritismo alguno por la región. El Cocuy fue escogió por ser un lugar estratégico donde la vida y los gastos diarios pudieran mermarse. Uno de los Eudaimones nació allá y allí tenía su casa familiar y podrían ahorrarse aquel gasto. Al haber crecido allá sabía perfectamente que podrían improvisarse una oficina en la Biblioteca Pública Municipal. Ya no había preocupaciones por el techo y la oficina donde empezar a trabajar, fue así como unánimemente ellos tomaron la decisión de convertir El Cocuy en su fortín de lucha. Para aquellos que aún no han tenido la experiencia de venir a estas tierras quiero informarles que no se han perdido de mucho. Y créanme, que el lugar sea la cuarta villa republicana y que esté próximo a cumplir quinientos años solo hace este relato un poco más trágico. Hoy en día no hay nada que hacer ahí salvo subir al nevado.

Sabiendo esto igualmente lo escogieron, superando burlas de los profesores, compañeros e incluso de la misma gente del pueblo que no entendía qué podían estar haciendo dos filósofos en El Cocuy. Lo bueno de que no hubiera nada allí era que aquellos dos jóvenes podrían empezar a hacer de todo. Lo malo de que no hubiera nada allí era que al empezar a hacer todo, estos proyectos iban a necesitar más manos y más cabezas. Pero si allí no había nada era porque tampoco había gente dispuesta a empezar un cambio. O bueno, quizá la hubo, pero no estuvo dispuesta a aguantar la lucha que se vendría al intentar cambiar un pueblo con cultura. Los Eudaimones no tardaron sino un par de meses en darse cuenta de ello. Suceso que también implicó que lo que estaba establecido, las hegemonías, no los vieran con buenos ojos. Pero eso no los detuvo, de hecho les sirvió de impulso para sentar sus bases y seguir con esta lucha. ¿Qué ha ocurrido a lo largo de estos dos años? Pues hoy en día estos dos jóvenes han conseguido varios reconocimientos. Inclusive, gracias a ellos, la Biblioteca Pública Municipal El Cocuy ganó el VII Premio Nacional de Bibliotecas, pero eso no lo sabe ni el mismo departamento de Boyacá. Nadie sabe que ellos postularon, ingeniaron y desarrollaron el proyecto por el cual la biblioteca de El Cocuy ganó, siendo aquella la primera biblioteca de Boyacá en ganarlo. Nadie les agradeció, nadie los felicitó, ni siquiera en el pueblo saben que ellos estuvieron allí recibiendo el premio. Si aparecen en las fotos es gracias a la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia y a la coordinadora de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, quienes los hicieron subir al estrado para que su trabajo también fuese reconocido en la obtención de este premio.

Sin embargo, todo esto que le ha ocurrido a Los Eudaimones en El Cocuy no se hará por la fama que ellos puedan obtener, sino por el prestigio que caerá sobre este pueblo a orillas de la Sierra Nevada. Pues, esta idealización filosófica que han cultivado estos dos jóvenes en los últimos años ya tiene un nombre: El Cocuy la próxima Atenas de Latinoamérica.


Todas las columnas del autor en este enlace: Juan Camilo Parra Avila

Juan Camilo Parra Avila

Soy filósofo de la Universidad Industrial de Santander, escritor y gestor cultural en El Cocuy Boyacá. Director de la editorial independiente Espeletia Ediciones y representante legal de Los Eudaimones, empresa filosófica y cultura.

1 Comment

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.