Desaprender del llamado Estado de Israel

Ambos Estados se destacan en sus continentes por la violencia ejercida en la ocupación y control de territorios. El hecho de que Colombia e Israel sean destacados socios militares de los EEUU, los convierte en aliados con agenda común e intercambio permanente en los negocios de la guerra. Sin duda, la posición del presidente Petro frente a la masacre de civiles en Gaza es inédita en las relaciones geopolíticas en este triángulo del sector Defensa.

La historia reciente muestra la presencia del Estado israelí en asesores tácticos y estratégicos de las reformas a las FFAA, en armas y ciencia y tecnología. El fusil Galil creado en Israel terminó siendo una marca de la industria militar colombiana. Sus principales oficiales son formados en la línea de la Escuela de las Américas, luego trasladada a territorio de ambos países. La vinculación oficial con los instructores de paramilitares en la guerra contrainsurgente ha sido negada en los tres lados, cuando el acervo probatorio no deja lugar a dudas.

Así fueron convirtiendo la Defensa en un sector importante de la economía capitalista. Dicho de otra manera, la guerra como una oportunidad de negocio para un enfoque totalmente equivocado y contradictorio. El presidente Petro ha propuesto que el arma de Ingeniería Militar sea destinada al desarrollo y la construyendo de obras que conecten el campo para bien de la producción agropecuaria del país. Sumarle otras capacidades, medicas, por ejemplo, cuyas puertas deben ser abiertas al pueblo pobre.

Pero contrario a ganar la legitimidad de la autoridad en el territorio, en muchos casos las FFAA colombianas fueron vistas como fuerzas de ocupación. Y no puede ser diferente en un Estado cumpliendo solo la tarea de la expansión capitalista y no la del Bien Común. La tesis según la cual Colombia tiene más territorio que Estado tiene implicaciones en la aceptación de esa presencia militar. El Estado ha querido llenar esos vacíos en el espacio solo a través de la fuerza, lo cual lo convierte en fuerza de ocupación.

La resistencia a la ocupación arbitraria del territorio generó experiencias como la reacción con el Plan Colombia con consecuencias en la victimización masiva de civiles justificada con el manual anticomunista de quitarle el agua al pez. A su turno, el Estado de Israel justifica hoy los bombardeos indiscriminados con miles de civiles asesinados con el argumento de atacar al grupo Hamas. La expansión de ambos Estados se destaca en cada uno en sus continentes, por la violencia que ejerce en la ocupación y el control del territorio.

Reina el negacionismo oficial y el silencio internacional sobre las masacres cometidas por estos Estados motivados por la expansión de un sistema decadente como el capitalismo. Colombia e Israel demuestran una vez mas que es a través del despojo que crece su territorio y crece su economía, capítulo este que falta por tratar en la verdad, referido a la relación estrecha entre doctrina militar y modo de producción.


Todas las columnas del autor en este enlace:  Fredy Escobar Moncada

Fredy Escobar Moncada

Trabajador Social. Magíster en Ciencia Política.

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