Según Ana Cristina Restrepo en Blu Radio, el próximo informe de Medellín Cómo Vamos mostrará un nivel de aceptación del ex alcalde Quintero de apenas un 24%, demostrando el porcentaje más bajo de aprobación desde que se realiza la encuentra en el 2006, y probablemente de la historia reciente de nuestra ciudad.
No es para menos, acorde con la periodista, el 83% de los encuestados cree que los niveles de corrupción en Medellín han aumentado en el último año, y adicional a eso, el hambre en nuestra ciudad pasa del 24% al 28%, siendo las zonas centro-oriental y nororiental las más afectadas.
La renuncia de Quintero ha sido catalogada como la evidencia necesaria para corroborar que a él no le importaba la ciudad, no obstante, pienso que las cifras que presenta Medellín Cómo Vamos, el malgasto de los recursos públicos, las numerosas denuncias de corrupción, su afán desmedido de dividir a la ciudadanía y atacar al empresariado, junto con un derroche institucional mientras programas importantes se quedaron desfinanciados, son ya muestras suficientes de que Medellín llevaba casi 4 años sin alcalde.
No obstante, hay que decir que es una pena que se ausente de su cargo, pues le debe muchas explicaciones a la ciudadanía sobre su mal manejo de los recursos, aunque claro, sus pataletas infantiles siempre buscan culpar a alguien más de sus decisiones erróneas.
Sin embargo, es necesario señalar que haber dejado intempestivamente la alcaldía de la segunda ciudad más importante de Colombia por hacerle campaña política a su pariente, carece de toda ética y vergüenza, y el pueblo medellinense castigará esta irresponsabilidad en las urnas el próximo 29 de octubre. Ya Medellín aprendió la lección.
Necesitamos líderes comprometidos con el desarrollo económico y social de Medellín, dispuestos a unir a la ciudad en torno a los proyectos fundamentales y a la protección del patrimonio público, así como en mejorar las condiciones de vida de los habitantes, y más aún, comprometidos con la dignidad que les impone su cargo y no utilizando éste para destruir lo que tanto nos ha costado construir.
Federico Gutiérrez es el llamado a tomar este liderazgo, pasar la página de estos amargos 4 años y devolverle a Medellín la dignidad que merece, con una clara apuesta por los social, la seguridad, la economía y la reconciliación de Medellín.
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