¿Qué es la cirrosis?

A propósito del día del padre, queremos hacer conciencia sobre una enfermedad que se oculta entre fiestas, gustos y con la frase:

¡Solo se vive una vez!

El hígado graso (EHGNA) es la puerta para la terrible cirrosis, que creemos que solo se da por consumo excesivo de alcohol, pero en realidad existen factores como el sobre peso y la obesidad.

Así que es hora de revisar esa curiosa barriguita cervecera de papá y pedir al médico estudios más detallados, como una ecografía de hígado, que permitan identificar en qué estado se encuentra.

¿Qué es la cirrosis?

Es una afección en la que el hígado se cicatriza y no puede funcionar correctamente. Puede ser causado por una serie de hábitos, incluido el abuso de alcohol, mala alimentación o como resultado de la infección por hepatitis C.

¿Cómo se desarrolla la cirrosis?

La enfermedad hepática crónica se desarrolla cuando el hígado se daña con el tiempo. Se produce cicatrización, lo que impide que el hígado funcione correctamente.

La cicatrización puede volverse tan severa que hace que el hígado deje de funcionar por completo; también puede causar acumulación de líquido en el abdomen y las piernas, lo que provoca hinchazón, aumento de peso y fatiga.

 Síntomas:

• Ictericia (color amarillo de la piel y los ojos)
• Picazón en la piel
• Náuseas y vómitos
•  Pérdida de apetito
• Dolor abdominal e hinchazón y el abdomen
• La piernas también pueden sufrir de inflamación, los pies y tobillos.

¿Qué son las pruebas de diagnóstico para la cirrosis?

Los análisis de sangre se pueden usar para detectar niveles elevados de ciertas enzimas en la sangre (lo que indica daño en el hígado), así como otros signos como disminución de la función de los riñones o el bazo debido a la obstrucción por tejido fibroso formado por tejido cicatricial dentro de su abdomen. cavidad (causando acumulación de líquido). Las pruebas de imagen como el ultrasonido también se pueden usar para detectar la acumulación de líquido alrededor de los órganos debido a la obstrucción.

 Según la Clínica Mayo, estas son las recomendaciones para prevenirla:

No bebas alcohol si tienes cirrosis:

Si tienes una enfermedad hepática, no debes beber alcohol.

Mantén una alimentación saludable:

Elige hábitos alimenticios que tengan muchas frutas y verduras. Escoge granos o cereales integrales y fuentes magras de proteína. Reduce la cantidad de comidas grasas y frituras que comes.

Mantén un peso saludable:

Demasiada grasa corporal puede dañar el hígado. Consulta con el proveedor de atención médica sobre un plan para perder peso si eres obeso o si tienes sobrepeso.

Reduce el riesgo de hepatitis:

Compartir agujas y tener relaciones sexuales sin protección puede aumentar el riesgo de hepatitis B y C. Pregunta a tu proveedor de atención médica sobre las vacunas contra la hepatitis.

Mujeres:

Las mujeres no están exentas de padecer esta enfermedad y aunque es menos común la cirrosis alcohólica, puede presentase al igual que Cirrosis autoinmune que se produce una inflamación hepatocelular  de patogenia desconocida, que si no es tratada correctamente genera una cirrosis.

Afecta fundamentalmente a mujeres y suele acompañarse de otras manifestaciones autoinmunes. En la analítica suele aparecer hipergammaglobulinemia y autoanticuerpos, es la denominada cirrosis biliar primaria.

¿Sabías qué?

• El hígado es e segundo órgano más grande del cuerpo, se encarga de purificar la sangre y eliminar las toxinas.
• Produce la bilis y la almacenas en la vesícula
• Es el único órgano que tiene la capacidad de regenerarse

Recuerda nunca recurrir al autodiagnóstico, ante los síntomas consulta a tu medico y sigue sus indicaciones, este artículo es netamente informativo, basado en investigación  y no debe ser utilizado como una herramienta médica.