En su paper “Memory and perception: remembering snowflake” el filósofo de la Universidad de Adelaida, Jordi Fernández, presenta un modelo, el “verídicamente autorreferencial” (VSR) con el que pretende proporcionar una caracterización de los contenidos de estados de memoria. Como veremos, frente a propuestas como la aportada por el filósofo John Searle, este modelo, defiende Fernández, permitiría dar cuenta de las dos intuiciones preteóricas que en circunstancias normales suelen acompañar a nuestros recuerdos —que, en este artículo, siempre serán con respecto a la memoria autobiográfica y, además, el contenido de estas experiencias siempre será proposicional—: en primer lugar, siempre que tengamos un recuerdo de la proposición p (como que vi a “copito de nieve” jugando en su jaula), creemos que en el pasado fue el caso que p. Esta será la creencia que recoge el principio de “atribución de pasado” (AP). En segundo lugar, cuando un sujeto dice recordar p, este cree que ha experimentado, ha tenido la percepción, de p. Es esto consiste el principio de “atribución de experiencia” (AE). Así, las intuiciones que recogen estos principios son los pilares que el última instancia determinan las condiciones de verdad del test de veracidad RAI (“right amount of information”) de los recuerdos.
Jordi Fernández comienza su investigación por AE, el principio de atribución de experiencia. Un primer intento de dar cuenta de los contenidos de estados de memoria se encuentra, dentro de denominada “concepción reflexiva” (“reflexive approach”), en el “modelo causalmente autorreferencial” (CSR) defendida, entre otros, por Searle. Según esta concepción, existe una “compleja relación causal” entre, por ejemplo, “copito de nieve” jugando en su jaula y la experiencia perceptiva de “copito de nieve” jugando en su jaula. La relación causal se describe del siguiente modo:
One of them (the cause) is the fact that the event reported as being remembered caused the subject to have perceptual experience of it. The other one (the effect) is the event that consists in the subject having a certain memory experience, namely, the very experience whose content is constituted by the just specified causal relation (Fernández, 2006, 151).
Así, como dice Searle, si tengo el recuerdo de “copito de nieve” jugando, esto “representa tanto la experiencia visual como” (Searle, 1992, 107) a “copito de nieve” jugando. Lo que sucede según CSR es que cuando un sujeto recuerda p, el sujeto representa en t2, algo (p) que él representó en t1. Las experiencias de la memoria serían algo así como metarepresentaciones de las percepciones que experimentamos. Para que podamos decir que el recuerdo es genuino o verdadero se tienen que cumplir dos requisitos: que haya sido el caso que p y que el individuo haya tenido la percepción de p. Desafortunadamente, afirma Jordi Fernández, a la hora de contrastar esta concepción con RAI se muestra que esta atribuye demasiada información a nuestros recuerdos.
El principal problema al que se enfrenta CSR reside en la posibilidad de poseer “recuerdos” absolutamente indistinguibles, pero cuya relación causal es diferente. Imaginemos que, por un lado, tenemos el recuerdo de “copito de nieve” jugando en su jaula y, supongamos, en un determinado momento del pasado, tuve la percepción visual de tal situación. En este caso, según CSR, mi recuerdo de “copito de nieve” jugando es verdadero pues está causalmente relacionado con mi percepción de “copito de nieve” jugando en su jaula y el hecho de que “copito de nieve” jugase en su jaula. Ahora bien, supongamos ahora que tengo un recuerdo absolutamente indistinguible del que acabamos de indicar. Todo es exactamente igual: los movimientos de copito, el punto desde el cual yo habría percibido al animal… Pero, lo que aquí sucede es que no fue el caso que yo en el pasado tuviera la experiencia visual la situación. A pesar de que intuitivamente parece que todos diríamos que, si el primer recuerdo es verdadero, el segundo también debería serlo, según CSR esto no es así. En este último caso, al no respetarse la relación causal dicha, no podríamos decir que el recuerdo fuese verdadero. Por mor de lo visto, esta concepción tampoco podría dar cuenta de casos de alucinación verídica.
En el otro lado de la palestra nos encontramos con la ya mentada “concepción verídicamente autorreferencial” (VSR) defendida por Jordi Fernández. En aras de respetar la intuición original de que cuando tenemos un determinado recuerdo p creemos que p tuvo lugar en el pasado y percibimos p, esta propuesta introduce como elemento clave las “experiencias perceptuales verídicas”. Al contrario que CSR, VSR no precisa ninguna relación causal entre el evento que decimos recordar y nuestra percepción del mismo. En consecuencia, casos como los de las alucinaciones verídicas o como el recuerdo de “copito de nieve”, pero sin la experiencia visual en el pasado de copito (esta es la situación denominada en el artículo como W2), quedan así aceptados como verdaderos. Se consigue, de este modo, dar cuenta de RAI acomodando la propuesta a nuestras intuiciones.
Si aceptamos la base intuitiva sobre la que parte Jordi Fernández no hay duda de que la suya es una propuesta ventajosa con respecto a la defendida, por ejemplo, por Searle. Aquellos casos de recuerdos que intuitivamente consideramos verdaderos, pero que VSR no considera tal, dan buena cuenta de ello. No obstante, quizás se podría increpar al autor debido a los presupuestos de su concepción. Y es que, en estos, la base sobre la que se asienta su modelo, se encuentra la intuición. ¿Bajo qué criterio se puede afirmar que algo es intuitivo en “circunstancias normales”? La cuestión de fondo es que, por poner el ejemplo señalado más atrás, no terminamos de encontrar el por qué deberíamos aceptar que, intuitivamente, supuestos recuerdos acerca de situaciones que, en realidad, no hemos experimentado, deban ser verdaderos.
Todas las columnas del autor: https://alponiente.com/author/alejandrovillamoriglesias/
Referencias
FERNÁNDEZ, J., “Memory and perception: Remembering Snowflake”, Theoria, 56, 2006.
SEARLE, J., Intencionalidad: Un ensayo en la filosofía de la mente, Madrid, Tecnos.
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