Un uribista, un idólatra; el fracaso de la democracia

Imagen: @CoherenciaFavor en Twitter

Aristóteles decía que cuando la República se corrompe se convierte en democracia


El uribismo ha sido una de las fuerzas políticas más fuertes del siglo XXl, un movimiento político que en su momento dio la lista de senadores más grande, acertó la elección para que su candidato fuera el presidente de la República. Pero todos estos logros se dieron detrás de una figura: la del expresidente, o llamado por muchos todavía como «el presidente Uribe»; pero ¿llamarlo «presidente» a pesar de que hace 13 años dejó de serlo no es esa una prueba de que se sigue a ciegas la figura de un ídolo?

¿Cuales son los méritos del expresidente Uribe para tener una fanaticada durante tantos años? ¿darle bala a la guerrilla? muy bien, ese será un «pro» tan grande que la misma guerrillerada de las FARC en un comunicado de hace varios años, cuando lo invitaban a acercarse al proceso de paz, reconocieron que Uribe fue un contendiente verdaderamente difícil. Pero ese «pro» no tiene más méritos que el deber que tenía Uribe como jefe del poder ejecutivo, su obligación era contener, sino acabar con los enemigos del país a uso de la violencia legítima del Estado. En todo caso el expresidente Juan Manuel Santos también fue un gran estratega contra la guerrillerada, aunque después adicionó a sus antiguos adversarios al poder legislativo, pero nunca vamos a saber cómo hubiera terminado «el proceso de paz» que en su momento Uribe pretendía cuando estuvo en la presidencia.

Uribe es recordado hoy día por combatir la guerrilla, y entenderé a los campesinos que lo agradecen, pero desde hace varios años la figura del expresidente debe quedar atrás, porque una cosa es la gratitud por el deber cumplido y otra cosa es seguir a ciegas a un líder, puesto que si ese es un «pro» sus «contras» también tienen un gran peso, pero Uribe es un político, y la vocación del político es conseguir y quedarse en el poder, los culpables son sus seguidores que a ciegas los siguen.

A ciegas, lo digo muy claro, porque cuando a un uribista se le menciona los casos de corrupción (o su desinterés de combatir la corrupción) los niega y pone las manos al fuego por Uribe.

Que la yidis-politica, AIS, los señalamientos del cartel de Medellín, los señalamientos de lideres paramilitares, los doce apóstoles de su hermano, y el supuesto enriquecimiento de sus hijos, son la mitad calumnias y la otra mitad ocurrieron a espaldas del noble expresidente, si es que realmente ocurrieron ¿no es todo eso idolatría?

Y fueron todos estos idolatras los que lo han hecho tan importante, ¿qué dirán ahora cuando su ídolo fue más opositor de Santos que ahora del exguerrillero Petro?

Aristóteles decía que cuando la República se descompone se convierte en democracia. Y es verdad que ahora las repúblicas están contaminadas por diferentes ídolos, uno nuevo es el Presidente Petro (o ni tan nuevo), a sus fanáticos no les importa los señalamientos de corrupción cuando fue alcalde, ni los señalamientos de su propio hermano y su hijo, o la empresa propietaria de la narco-avioneta con la que paseó por todo el país.

Pero el poder ejecutivo seguirá trasteándose de ídolo en ídolo, mientras el pueblo siga creyendo que sus problemas se solucionarán cuando el «mesías político» de turno esté en el poder, pero esto no demuestra que la democracia fracasó, demuestra que la democracia es un fracaso, porque la democracia ha creado ídolos que se perpetúan o buscan perpetuarse en el poder. Bien lo diría Marco Tulio Cicerón:

El imperio de la multitud no es menos tiránico que el de un hombre solo. Y esta tiranía es tanto más cruel, cuanto que no hay monstruo más terrible que esa fiera que toma la forma y el nombre de Pueblo


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Alejandro Agudelo

Las letras son el sacrificio de miles de hombres que se perpetuaron en la historia.

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