Desde el triunfo de Gustavo Petro en segunda vuelta el 19 de junio de 2022, la opinión pública y los partidos políticos comenzaron a vislumbrar cual sería la oposición al recién ganador del primer gobierno de izquierda después de la Constitución Política de 1991. Pues desde que se promulgó la carta magna solo se había tenido en el país gobiernos de derecha o de extrema derecha. Pero nunca se tuvo un mandatario que se acercara tanto al sentimiento de la constituyente.
Lo más indicado era que Rodolfo Hernández encabezara la oposición al nuevo gobierno, pues así lo sentían y querían muchos militantes del uribismo después de la derrota obtenida con Oscar Iván Zuluaga, después con Federico Gutiérrez y luego con el mismo Hernández. Pero este último ya estaba dejando entrever que no sería la oposición recalcitrante que ellos querían o que al menos fuera parecida a la que ejercieron durante el gobierno de Santos y a la final terminó renunciado un tanto por sus escándalos y otro para encaminar su aspiración a las locales.
Pero cómo hacer una buena oposición si ya no tienen a su magnánimo líder en el Congreso, pues una cosa es la oposición con Álvaro Uribe como Senador y otra sin que él esté en el recinto del Congreso.
Una vez posesionado Petro, comenzaron a emerger las figuras que desde el Congreso han intentado liderar la oposición, desde María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Miguel Uribe Turbay como las más reconocidas del Centro Democrático, todas queriendo obtener la favorabilidad de su máximo dirigente. Pero ante esto Uribe no se quedaría quieto y ungió en el Congreso a Miguel Uribe Turbay como la persona a cargo de liderar la oposición y tal momento fue en su segunda reunión con el presidente Petro a la que fue acompañado con el delfín Turbay, quien por demás había sido la cabeza de lista al senado por esa colectividad.
Y por fuera del espectro del Congreso quién podría ser, ya que el mismo Uribe no pereciera estar en sus mejores momentos además de tener una imagen de impopularidad tan baja. Es así, como se viene pidiendo pista un Enrique Gómez Martínez que exagera su posición sin diferenciarse de la campaña, un Rafael Nieto que uno no sabe si entre tanto twit tiene tiempo de atender la notaría en la que Duque le nombraría y un Federico Gutiérrez que intentan madurarlo desde Semana y El Colombiano, y ni que decir de la fugacidad con la que Sergio Fajardo intento hacerlo.
En conclusión, los personajes de la política nacional que dejó la pasada elección presidencial y de Congreso, lo que significa el mismo Uribe, hoy lideran una oposición colegiada con la que se reparten los temas para tener varios frentes de ataque o todos en gavilla salen a contradecir al gobierno petrista también en una estrategia de desgaste. Pero no solo existe una oposición política, tal vez la que tiene mayor fuerza y que más cala en la opinión pública es la oposición mediática, además la de las redes sociales con sus bodegas y bots.
Es claro que un gran sector de las élites empresariales aun ven con desconfianza al presidente Petro y sus ideas progresistas, y al ser estos dueños de medios de comunicación masiva o al tener la capacidad de influir sobre los mismos, le apuestan a generar una influencia sobre la opinión pública para desprestigiar al gobierno si este desarrolla políticas que van en contra de los intereses económicos de estas élites. Es así como vemos que personas que trabajan para esos medios fungen como opinadores opositores a la actual administración progresista, rompiendo así con la imparcialidad en la información. Directores de programas de opinión o de noticieros, periodistas, comunicadores y demás. Enfilan baterías con posiciones claramente marcadas en contra del actual mandatario y su gobierno. Pero también es claro que la penetración del uribismo durante más de 20 años en el poder también ha posibilitado que periodistas o comunicadores adeptos a esa forma de gobierno hoy desde sus micrófonos, lentes y espacios de información, desplieguen mensajes y contenidos en contra de las políticas del mandatario actual que afectan los intereses de los grupos de poder económico de los cuales son sus empleados y que también van en contra de las ideologías de la doctrina uribista.
Casos como el de la mesa de mañanas Blu, Revista Semana, y algunos periodistas de reconocido nombre en medios como La W, caracol y RCN, por mencionar algunos casos. Además de otra serie de personajes que defienden intereses empresariales y doctrinarios son hoy tal vez la oposición más férrea y con la de mayor incidencia que tiene el Petro, ya que esta la hacen en todos los canales de información que poseen, desde el medio y sus propias redes sociales.
Es así como como estas élites de poder cuidan sus intereses ante la amenaza que sienten por el actual gobierno, para ello despliegan la capacidad de la política y de los medios con el objetivo de que el mandatario actual gobierne más con los postulados de la derecha del libre mercado de los gobiernos corporativistas y no con las ideas de la política progresista.
Ahora solo queda esperar que este gobierno despliegue una estrategia efectiva para contrarrestar la oposición, que la información sobre sus acciones sea bien comunicada y que su propia bancada entienda que está en el gobierno y no en la oposición. Porque a veces parece que este rol no lo ha asumido y no han sido capaz de entender que toca cambiar el chip. Que como dicen en otros escenarios, ¡la mejor defensa es el ataque!
Comentar