Épico, cardiaco y dramático. Puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que esas son tres palabras que definen la final del Mundial Catar 2022 que reverberará de generación en generación. La Argentina campeona regresa con La Tercera y con un aproximado de USD$ 45 millones como premio otorgado por la FIFA. Así, después de que los argentinos celebraron y encontraron en El Obelisco, de pronto nos golpeamos con la realidad: el Estado, que no jugó ni un minuto del partido, se quedaría con más de la mitad del premio de la Selección Nacional por culpa de los impuestos. En Argentina, sin embargo, ello no es sorpresa, pues en el país de Lionel Messi, los impuestos terminan siendo un castigo al éxito, y su sistema tributario, un infierno.
¿Por qué sucede esto?
Es de conocimiento que en el caso de los mundiales de fútbol, una de las primeras condiciones de la FIFA es que la entidad de la selección ganadora recibe el premio libre de retenciones. Dicho ello, de haber ganado el mundial cualquiera de los otros países, la federación de fútbol del país ganador recibiría la suma exacta que la FIFA enviase. No obstante, eso no sucede en Argentina.
Adam Smith muy acertadamente nos dijo que lo que aprenden los Gobiernos con mayor rapidez es a sacar dinero de los bolsillos de las personas. De esta forma, en Argentina hay dos (2) tipos de cambio: el oficial que impone el Estado en el que USD$ 1 es 172,70 pesos argentinos, y el de mercado de capitales, en el que USD$ 1 tuyo vale más (324 pesos). Esto significa que la AFA (Asociación del Futbol Argentino) cuando reciba el dinero lo tendrá que cambiar al tipo de cambio oficial; es decir, los muchachos campeones del mundo saldrán castigados. Pero, ¿por qué sucede esto? debemos recordar que los dólares que ingresan a Argentina y pasan por el Estado son convertidos en pesos argentinos a la tasa oficial.
Por otro lado y respecto a los impuestos, el Banco Central de Argentina indica que el premio de USD$ 42 millones y los USD$ 10 millones de la Conmebol, son considerados como un impuesto a las exportaciones de servicios sujetos al 7,25%, y cuando se reparta a los jugadores, este estaría sujeto a tasas impositivas fiscales propias de Argentina de hasta el 35% para los residentes fiscales de dicho país. Así, en sencillo, el premio estará sujeto a un impuesto y también a la conversión de los dólares recibidos a pesos argentinos al ficticio tipo de cambio oficial.
¡Imagínense! La Argentina Campeona del Mundial luego de 36 años apenas podrían recibir 7.650 millones de pesos argentinos. Dado que la actual brecha cambiaria es prácticamente del 100%, la AFA recibiría, en dólares, la mitad de lo que le habría correspondido. Encima de esto, al girar el monto de los premios a cada jugador, va a tener que pagar el impuesto a los débitos y créditos en cuenta bancaria. Por ello, los jugadores en vez de recibir aproximadamente USD$ 2 millones, recibirían la mitad. Para la ley argentina, estamos ante ganancias de fuente extranjera.
Si bien hoy le toca a la Selección Argentina pasar un mal momento, lo cierto es que todos los días el Estado argentino se queda con gran parte de los ingresos de sus ciudadanos.
Argentina: un infierno tributario
Como es de conocimiento, Argentina atraviesa un fuerte proceso inflacionario hace más de una década, acentuado por la actual crisis económica y los efectos de la pandemia. Si bien en esta columna no nos ocuparemos específicamente del proceso inflacionario y de los diferentes tipos cambiarios, recomiendo leer dos informes del Grupo Joven Fundación Libertad titulados Inflación, salarios y distorsión de precios relativos (Aranguiz, 2022) y El laberinto de los tipos de cambios en Argentina (Aranguiz et al., 2022), en aras de una mayor reflexión. Dicho esto, ocupémonos de lo nuestro.
Los argentinos hace años conviven entre crisis, problemas sociales e instituciones débiles. Y así, más allá del relato que trata de imponer el Gobierno, la realidad los golpea estrepitosamente. Además de su tasa de variación anual de inflación que llega al 92,4% (INDEC, 2022), el último informe de 1841 Foundation (2022): Índice de infiernos fiscales, con respecto a los impuestos, posiciona a Argentina dentro de los primeros lugares en el ranking de infiernos tributarios. El Índice es elaborado con base en datos como: impuestos totales en relación al PBI, presión fiscal inflacionaria, estabilidad política, eficacia del Estado, control de corrupción, entre otros.
El fundador de la Fundación en mención, Martín Litwak, muy acertadamente señala que “un «infierno fiscal» no es únicamente un país con altos impuestos, sino más bien, uno cuyo Estado de derecho es débil y en el que los derechos a la privacidad y a la propiedad no se aplican o protegen como es debido”. Así, en Argentina, a noviembre de 2022, existen 170 impuestos. Las altas cargas tributarias y la errada distribución de la recaudación, la excesiva y creciente burocracia, y la continua falta de seguridad jurídica, han convertido a la República Argentina en un pozo de desincentivo para la inversión privada retrayendo la economía y el trabajo. Como vemos en el siguiente cuadro, Argentina se encuentra solo a 0,80 puntos de alcanzar a la Venezuela socialista de Maduro.
Por su parte, el Índice de Libertad Económica 2022 de The Heritage Foundation (Tyrrell et al., 2022) ubica a Argentina en el puesto 144 de 177 países analizados. Así, se logra clasificar en la categoría de países “Mayormente no libres” de acuerdo a la escala utilizada en el Índice. En la desagregación por variables, el país obtiene el peor puntaje en “Salud fiscal” con 16,8 puntos. Por el contrario, la puntuación más elevada la obtiene en “Carga fiscal” con 73,3 unidades de 100. De esta forma, el informe concluye que, “en los últimos cinco años, la economía argentina se ha ido contrayendo con la mayor contracción en 2020. Una tendencia de cinco años de expansión la libertad económica se ha roto. Arrastrada por una gran caída en salud fiscal, Argentina ha registrado una perdida general de 0,3 puntos libertad económica desde 2017 y ha caído al fondo de la Categoría «Mayormente no libre». Derechos de propiedad, salud fiscal y monetaria libertad son particularmente débiles (…)”.
Sin lugar a dudas, como señalamos anteriormente, tener 170 impuestos es costoso para los ciudadanos. Al final del día, los argentinos trabajan la mitad del tiempo para el Estado, es decir, para pagar impuestos, y recién después, trabajan para su propio disfrute. Es inviable un país con tantos impuestos. Lo peor de todo, es que ese es un número que varía año a año. La pregunta es: ¿quién va a querer invertir en un país donde no hay ni siquiera seguridad jurídica? La respuesta es absolutamente nadie.
Como expresó el mismo Litwak (2022) en su columna de Infobae: “(…) en Argentina hay otros impuestos, tasas y «contribuciones» nacionales, provinciales y municipales que provocan un listado interminable de alícuotas y que incrementan los valores de todo lo que se consume, empobreciendo a los pagadores de impuestos y quitando toda competitividad posible”. Ejemplo de ello, son los impuestos para quienes apuestan, los derechos de cementerio, el impuesto al débito y crédito, al uso de playas y riberas, a la “plusvalía urbanística”, entre otros más. Así, no solo es impensable pagar todo eso, sino que además, el simple hecho de estar informado de cada uno de los impuestos, ya es un costo grande para los ciudadanos (Calim, 2022).
Indubitablemente, la estructura del sistema tributario de un país es un factor determinante para su desempeño económico. Un sistema tributario bien estructurado (y no ridículo) es fácil de cumplir para los contribuyentes y puede promover el desarrollo económico, al tiempo que genera ingresos suficientes para las prioridades de un Gobierno. Indiscutiblemente, el sistema de Argentina no es uno de ellos.
Un enfoque de libertad
Si Argentina quiere volver a ser el país próspero que en un momento fue, lo primero que tiene que hacer es reducir los impuestos y la burocracia. Si bien eso es trabajo del Gobierno, aunque al actual no le queda mucho tiempo y no creo que consideren nuestro consejo, la buena noticia es que el próximo año hay elecciones en Argentina. De esta forma, si los argentinos quieren volver a ser libres, deberán escoger bien y sin sentimentalismos. Así, no caben dudas de que la primera tarea del próximo mandatario será liberar a sus ciudadanos de esos 170 martirios llamados impuestos.
Ahora, más allá de tal titánica tarea, a nivel social tenemos que entender que un país como Argentina, no es Suecia ni Dinamarca, pese a tener impuestos igual de altos. Al final del día, creo que los argentinos y latinoamericanos que estamos acostumbrados a un Estado grande deberíamos entender algo simple como lo que señala Antonella Marty: “cada centavo que tu Gobierno gasta es un centavo que dejaste de ahorrar, gastar o invertir en algo que tú querías”. Por tanto, a mayores impuestos, menos recursos disponibles.
Como hemos demostrado, con excesivos impuestos es insostenible hablar de seguridad jurídica, y sin ello, ninguna empresa va a querer mantenerse en el país o invertir en él. Es sencillo, si hay menor inversión, habrá menos empleos y productividad, por tanto, menores salarios reales y menor crecimiento. No cabe duda de que los impuestos son un castigo al éxito.
Finalmente, debemos entender que la economía es acción humana y no un monstruo que va a venir a saquearnos. El mercado somos todos nosotros como individuos interactuando según nuestros gustos, preferencias y necesidades, a partir de las leyes de oferta y demanda. Esto, en contraposición de lo que muchos señalan, incluyendo al Gobierno argentino. Disminuir el excesivo gasto público que al final del día lo pagan los argentinos como contribuyentes, reducir los impuestos que castigan el éxito y el bienestar ciudadano, y abrir la economía implementando políticas públicas que funcionan, harán que los ciudadanos argentinos sean más libres y que su país se convierta nuevamente en esa nación desarrollada y modelo que aún todos recordamos.
Otras columnas de la autora en este enlace: https://alponiente.com/author/dravelo/
Referencias
1841 Foundation. (2022). Índice de infiernos fiscales. The 1841 Foundation. https://the1841foundation.com/wp-content/uploads/2022/11/Tax-Hells-Index-2022-The-1841-Foundation-SPANISH.pdf.
Aranguiz, J. E. (2022, marzo). Inflación, salarios y distorsión de precios relativos. Grupo Joven Fundación Libertad. https://grupojovenfl.files.wordpress.com/2022/03/inflacion-salarios-y-distorsion-de-precios-relativos-aie-gjfl.pdf.
Aranguiz, J. E., Argibay, F. N., Beltramone, F., Chiavassa, E., Loeschbor, B., Fernández, F. (2022, octubre). El laberinto de los tipos de cambios en Argentina. Grupo Joven Fundación Libertad. https://grupojovenfl.files.wordpress.com/2022/10/el-laberinto-de-los-tipos-de-cambios-en-argentina-aie-gjfl.pdf.
Calim. (2022). Lista de los 167 impuestos que tiene Argentina 2022. Calim Estudio Contable Digital. https://calim.com.ar/lista-167-impuestos-argentina-2022/.
Fundación Libertad. (2022). Índice de libertad 2022. Fundación Libertad. https://libertad.org.ar/web/wp-content/uploads/2022/02/Indice-de-libertad-2022-1.pdf.
INDEC. (2022, 15 de diciembre). Índice de precios al consumidor (IPC). INDEC: Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_12_22C72C843A97.pdf.
Litwak, M. (2022, 31 de julio). La Argentina es un infierno tributario. Infobae: Hacemos periodismo. Recuperado el 21 de diciembre de 2022 de: https://www.infobae.com/opinion/2022/07/31/la-argentina-es-un-infierno-tributario/.
Tyrrell, P., Miller, T., Kim, A. B., Roberts, J. M. (2022). Highlights of the 2022 Index of Economic Freedom. The Heritage Foundation. https://www.heritage.org/index/pdf/2022/book/2022_IndexofEconomicFreedom_Highlights.pdf.
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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