“La reforma tributaria aprobada por mayorías tendrá efectos negativos sobre la inversión, el empleo y la inflación en el corto plazo además de un escenario de desaceleración de la economía”
Una reforma tributaria que ha sido aprobada por las mayorías del congreso en los últimos días por alrededor de 20 billones de pesos tendrá unas consecuencias negativas desde el punto de vista de la inversión, el empleo, la inflación y el crecimiento económico. Esto lo explicaremos con tan solo tres puntos básicos.
El primer punto es la inversión en un sector específico como el de hidrocarburos y minería y sus consecuencias en la sostenibilidad fiscal. Esto es claramente demostrable con la actitud del gobierno hacia el sector desde la redacción de los artículos en la reforma tributaria y los diferentes pronunciamientos (negativos) de la Ministra de Minas y del Presidente de la Republica recientemente en la COP27 en Egipto.
Uno podría decir que los sectores que están en una bonanza como este puedan llegar a aportar una sobretasa por los altos precios, pero, por el contrario, lo manifestado sobre la prohibición de contratos de exploración sumado a la eliminación de la posibilidad de no deducir las regalías del impuesto de renta, desincentiva nuevas inversiones y proyectos, al tiempo que nos pone en un nivel menor de competitividad frente a los demás países de la región. Solo por nombrar algunas de las cifras más cercanas: los recursos que dejan las regalías para los próximos dos años serán de 31.2 billones de pesos, más de la mitad de las exportaciones vienen de estos sectores; las utilidades de ECOPETROL de este año se proyectan sobre los 25 billones de pesos.
Todo esto lo digo para demostrar que los recursos que se obtienen de estos sectores son fundamentales para la sostenibilidad fiscal y la balanza comercial, pero sobre todo para la transición energética que debe financiarse con estos recursos. Si llegamos al punto de importar gas o petróleo podemos tener unas consecuencias muy negativas para la inflación, la seguridad energética y las garantías sobre nuevas inversiones, pero sobre todo para los colombianos más vulnerables en materia económica por cuenta de aumentos generalizados en la tarifa.
De otro lado, la sostenibilidad fiscal queda en el limbo por cuanto hoy pagamos el 4% del PIB en intereses sobre deuda, con unos ingresos tributarios estimados del 17% del PIB y ningún peso de los 20 billones de lo estimado de la reforma tributaria iría para ajuste fiscal sino todo se va para el gasto público (dicho por el Ministro de Hacienda).
El segundo punto es un menor crecimiento y mayor desempleo como consecuencia de la unión de los efectos de dos reformas tributarias. Una la aprobada a finales de 2021 como la ley 2155 de 2021 que estima recaudar 15 billones de pesos del sector productivo y que sus efectos se verán en el 2023 y a eso súmese la recién aprobada que recauda 20 billones de pesos que se proyecta hasta una meta de $50 billones, que con el aumento en los impuestos a las personas naturales, dividendos, ganancia ocasional, presencia significativa, y el impuesto al patrimonio permanente también en su gran mayoría lo estaría poniendo el sector productivo.
Si sumamos estas dos reformas tributarias son más o menos 35 billones de pesos que el sector real de la economía estará aportando adicionalmente en un momento que las proyecciones económicas del próximo año son muy negativas respecto a la del presente año sobre crecimiento del PIB (Banco de la República: 0.7% y Gobierno Nacional: 1.3%) esto tendrá unas consecuencias muy negativas en el empleo y en el crecimiento económico por cuanto nos quedaremos sin fuente de crecimiento ante este desincentivo a la inversión y la contracción monetaria por las altas tasas de interés por el banco central.
Sobre la progresividad del impuesto de renta a altos ingresos: Una persona que gana entre 25 y 35 millones va a tener un aumento del 66% mientras que una persona que gana entre 80 y 100 millones el aumento será del 20% esto no tiene ninguna característica de progresividad que es lo que tanto pregona esta reforma tributaria.
El tercer punto es el efecto inflacionario que pueda llegar a generar ciertos impuestos en un momento coyuntural de altos precios con un peso devaluado y con factores adicionales como los mencionados anteriormente de menos ingresos por hidrocarburos y minería, y un menor crecimiento.
Estos impuestos son a los alimentos y bebidas azucaradas: Se ha dicho pues que esta reforma es progresiva que solo las personas más ricas lo pagan. Resulta que no hay nada más regresivo que el impuesto que dejaron consignado en llevar un aumento al impuesto a los alimentos ultra procesados y bebidas azucaradas.
Es en este listado que les quiero contar cuales de estos alimentos son consumidos no por ultra ricos sino por los de la gran mayoría de la población colombiana (bebidas gaseosas, bebidas a base de malta, bebidas tipo té y café, bebidas a base de fruta, harina y polvo comestibles, patacones, chicharrones empacados, snacks o pasa bocas empacados, galletas dulces, ponqués y tortas, merengues, confites de chocolate, helados cereales.).
Este impuesto regresivo y que ataca más a los de menos ingresos también se tiene que mirar desde los efectos inflacionarios que llegará a generar en medio de la inflación más alta según la registrada en octubre del 12.22% desde hace 22 años.
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