En Colombia existen cerca de 500 mil tenderos, y cada uno genera a su vez en promedio 1.3 empleos directos, es decir que subsisten de esta actividad más de un millón de personas, pero adicional a ellos el número de empleos colaterales es superior a los 5 millones, contando la cadena de producción y abastecimiento; es la magia del consumo masivo. En las ciudades capitales la venta de una tienda promedio día es de 667.000 pesos, lo que nos permite hablar de un mercado de más de 300 mil millones de pesos diarios.
La tienda fue el refugio de muchos comerciantes en la pandemia. Muchas discotecas cerraron y se transformaron en una legumbreria o tienda de barrio, muchos salones de belleza cambiaron su foco, pero no muchos quedaron en el gremio y regresaron a sus actividades, porque ser tendero no es fácil ni bien remunerado.
La inflación, reflejada en los altos costos de compra para los tenderos, las alzas en las tarifas de los servicios públicos, los impuestos, la inseguridad sumada a la baja capacidad de reacción de la fuerza pública que a su vez refleja un nuevo costo en los tenderos: las “vacunas” o vigilancia -como la llaman en los barrios- y que además obliga a abrir más tarde y cerrar más temprano los establecimientos por miedo a ser saqueados; la cantidad de requisitos de ley que hacen compleja la operación: impuestos de industria y comercio (más todas sus sobre tasas), predial, cámara de comercio, renta, y hasta Sayco y Acinpro, el difícil acceso al sistema financiero, hacen hoy completamente el negocio de la tienda de barrio casi inviable.
Aun así y el gobierno nacional quiere hacer aún más difícil la actividad del tendero con la reforma tributaria presentada y que entrará esta semana en sus últimos debates, pues se hará más alta la inflación, el costo de productos e insumos aumentará, la inseguridad al bajar el poder adquisitivo en zonas más necesitadas aumentará, los impuestos aumentarán, los costos bancarios también, la inversión se alejará, lo que dará como resultado el cierre de por menos 20 mil tiendas en Colombia.
Pese a todo el tendero sigue construyendo país, sigue siendo el que fía al vecino que no tiene con que alimentar a su familia, sigue siendo el solidario del barrio, el referente, el “buena papa”, el tendero sigue siendo un héroe no reconocido, ni valorado.
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