“Debemos aprender lo que construyeron nuestros antecesores, admirar con respeto sus legados para estar a la altura y seguir engrandeciendo su historia”.
El pasado 28 de septiembre el municipio de Jericó, Antioquia (hay otro Jericó en Boyacá) cumplió 172 años de historia. Es uno de los municipios más lindos de Colombia. Está entre los 3 municipios de 125 que tiene Antioquia, junto con Jardín y Santa Fe, que son parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia. Es un pueblo fotogénico por el preciso trazado de sus calles, el orden, los balcones en madera, las casas, el carriel, los paisajes, sus iglesias, museos, y, sobre todo, su gente, que, como buenos antioqueños, son acogedores, serviciales y con profundo sentido de pertenencia por su pueblo y costumbres.
Dice la historia que Jericó no inició donde hoy está el casco urbano sino en el corregimiento Palocabildo, años atrás denominado Roblecabildo. Los primeros pobladores que fundaron el pueblo subían más fácil desde Puente Iglesias, corregimiento de Fredonia, pasando por empinadas trochas y caminos de herradura que caracterizan la carretera de La Cabaña, desde la que se bordea el fastuoso río Piedras. La ruta principal que conocemos hoy como La Cascada, para ese entonces, no existía.
Fue en Roblecabildo donde empezó la historia de cómo organizar el municipio: establecer unas reglas de convivencia, organizar las calles, las viviendas, los modos de vida. No es casualidad ese nombre. Los primeros jericoanos decidieron reunirse periódicamente en un roble, que le quedara central a la mayoría para “cabildear”, conversar, sesionar, dar ideas de cómo tener el mejor vividero posible y qué hacer para lograrlo. Dentro de esas discusiones, vieron que el mejor punto para establecer el centro poblado del municipio es donde se encuentra hoy.
Jericó fue departamento en 1908, Pueblorrico y Tarso, que hoy son municipios, fueron parte de su territorio. Empresas de renombre como Coltejer y Mesacé tuvieron sus orígenes allí, así como reconocidos personajes como León Londoño Tamayo “Tabaco” quien fue presidente de la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol; José Bernardo “JB” Londoño quien fue uno de los empresarios más importantes de Antioquia con la industria del textil y Héctor Abad Gómez que entre sus legados se encuentra la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, así como muchos otros.
Jericó es aún un municipio joven, que no ha tenido más de 10 generaciones, pero en el corto tiempo ha alcanzado grandes hitos en la historia nacional como ser el primer municipio verde de Colombia, tener a la primera santa de la Nación y producir el carriel, que hace pocos años fue declarado Patrimonio Cultural del país.
Los capítulos siguientes de la historia del municipio los escribiremos las actuales y futuras generaciones que vivimos y trabajamos por el bienestar del territorio y su gente. Debemos aprender lo que construyeron nuestros antecesores, admirar con respeto sus legados para estar a la altura y seguir engrandeciendo su historia. No debemos quedarnos únicamente mirando la grandeza del Jericó pasado, sino cómo seguirlo fortaleciendo acorde a las nuevas realidades y potencialidades y sobre todo desde la diversidad y la diferencia que es lo que enriquece. Si algo ha caracterizado a los jericoanos en sus 172 años de historia es su civismo, la tranquilidad de su gente y la resolución de los problemas de una forma pacífica.
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