Quebranto

Durante años la única esperanza de mi ser tuvo como depositaría a las letras. Luego volaron de mi imaginación como una migración de mariposas, dejando una terrible migraña.

Una tempestad mítica, de las que bien podrían hablar los historiadores antiguos como Ennio y Aulio.

Solo quedó un reino en sombras, una mancha que no se mueve, como esos regueros de sesos en el piso luego de un accidente, una oscuridad que ninguna luz puede atravesar, pero que todo lo abarca; no hay luz que la proyecte o la cree, no hay giros de astros que cambien su profundidad y amplitud; sólo existe como una dimensión propia, plagada de hydrax y carydis.

De Calipsos y Circes, de hechiceras, de metaformosis monstruosas; pero también de alegrías eróticas, de tenues siluetas que se acarician, de constricciones dolorosas pero también de placer, de chillidos y chirriar de dientes, espasmos de coitos, ataraxias lascivas, paraísos artificiales regodeándose en la maravillosa mundanidad que envidian los dioses.

Mi mente es una de esas cavernas plagadas de pinturas rupestres. Ya no hay un pensamiento ordenado, solo muestras de primitivos instintos, solo esta impulsividad, matriz de pecados, embrión de milagros.

Vicente Rojas Lizcano

En mis inquietudes esta la búsqueda de una forma autentica y novedosa de retratar las problemáticas sociales (conflictos armados, emergencias ambientales, actualidad política, la cultura). Ello me ha llevado a incursionar en la novela de ideas, el cuento, y demás formas narrativas como herramienta de teorización sobre la política y la sociedad.

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