Mucho se habla sobre riqueza y pobreza, pero lo cierto es que no queda del todo claro a qué se hace referencia concretamente cuando se dice que alguien es rico o es pobre, pues el fenómeno de la pobreza y la riqueza es siempre cambiante. Como bien explicó Miguel Anxo Bastos en una de sus clases: “la riqueza y la pobreza son fenómenos relativos, no son absolutos en casi ninguna medida”.
Por ejemplo, en Colombia se considera que alguien es rico si gana más de 7 millones de pesos al mes, pero en Luxemburgo una persona es pobre si gana menos de 8 millones de pesos al mes, es decir, los pobres en Luxemburgo son los ricos en nuestro país.
Para evitar estas complicaciones e incongruencias hay que plantearlo de otro modo. Primero, entendiendo que la pobreza es la condición natural de todas las personas, ergo, toda persona nace desnuda y sin ninguna posesión más allá de lo que le brinda la naturaleza y su capacidad creativa para transformarla a su favor. Como bien concluye Henry Hazlitt en La Conquista de la Pobreza –lectura que recomiendo– es “la capacidad de transformar el entorno a su favor lo que permite que una persona supere la pobreza”.
No entraré en tecnicismos o palabras que terminen por enredarnos más. A lo que me refiero es que riqueza es poder transformar el entorno a nuestro favor y pobreza es no poder hacerlo. Me explico.
Riqueza no es tener una cuenta de ahorros repleta de dinero, el carro del año o una casa enorme en la mejor zona de nuestra ciudad; y pobreza no es tener los zapatos rotos, tener que ir al trabajo en bicicleta o comer salchichón con huevo al desayuno cada día. Riqueza apunta a poder mejorar las condiciones previas en las que nos encontrábamos; si antes caminaba sin zapatos y ahora los tengo, si antes no tenía un empleo que me garantizara un ingreso fijo mensual y ahora si lo tengo, y si antes no tenía que desayunar y ahora sí, podemos decir con gran certeza que mis condiciones actuales son mejores a mis condiciones iniciales.
En síntesis, la mejora constante de las condiciones de vida previas es lo que define que una persona sea más rica o sea más pobre. En la medida que cada persona pueda mejorar sus condiciones iniciales de vida será una persona más rica y si no las puede mejorar será una persona más pobre.
La mejora de las condiciones de vida se da por varios motivos, pero el más importante de todos es –a mi criterio– la libertad de poder materializar sus ideas creativas para transformar su entorno a su favor. Mientras se impida y dificulte el poder realizar esas ideas empresariales que mejoren el contexto actual y las condiciones de vida, existirán países condenados a la pobreza.
La libertad económica es justamente la herramienta que permite materializar las ideas creativas que mejoran las condiciones iniciales de los más pobres.
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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