El terror en el camino, alias peaje y parqueadero

“Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo. Leonardo Da Vinci”


En este artículo, comentaremos brevemente sobre dos elementos que afectan el bolsillo de los colombianos y directamente el de conductores y transportadores, esto con el fin de remover conciencias, invitar a la indagación sobre la usura y la corrupción que puede tener implícita la adjudicación de peajes y el abuso de los parqueaderos en el territorio.

Para comenzar, sobre los peajes en Colombia como en distintas partes del mundo, existen estos puestos de cobro por el paso vehicular, con fines de inversión especialmente en lo relacionado con la construcción y mantenimiento de carreteras; de acuerdo con la información de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Instituto Nacional de Vías (Invías), a lo largo y ancho del país hay en la actualidad 168 casetas, la mayoría de estos están a cargo de privados, con la diligencia de la creación de leyes y resoluciones que establecen la creación de nuevos puntos y el aumento de la tarifa de otros tantos.

Según otros medios de información en el país, Colombia está entre los países con más peajes y costos elevados de Latinoamérica, lo peor es que esto parece no tener freno, ni indignar lo suficiente a la población para exigir una regulación más adecuada con respecto al costo de vida e inflación del mercado actual, mucho menos la exigencia del retiro, ni el permiso para poner otros nuevos, dado que no existen unas carreteras que demuestren que lo invertido desde hace muchos años se vea reflejado en la calidad de las vías.

A lo anterior se suma el precio elevado de la gasolina, impuestos, restricciones que aumentan la dificultad de utilizar un medio de transporte, ahora nos preguntamos ¿esto influye en los costos de los alimentos?, ¿por qué en momentos de crisis sobre los insumos importados, no hay mayor consideración para reducir los costos de quienes transportan los alimentos?, ¿será un negocio lucrativo en Colombia tener a cargo un peaje, una gasolinera, una notaría, un parqueadero ante la imposición de sus condiciones y precios?, ¿Por qué pareciera que para toda gran empresa pública o privada existe un cártel de mafia, en contra del bolsillo de los más necesitados?

Ahora, sobre el uso de los parqueaderos, estos son el ejemplo en la mayoría de los casos del dominio de la propiedad (como terratenientes urbanos), quien tiene un espacio, lo puede abrir al público e imponer su precio ¿y si no le gusta que debe hacer? Pues buscar otro lugar más considerado con su bolsillo o venderlo como un personaje público lo ha sugerido. Ahora, si la ley se pone muy reguladora del servicio, lo cierran generando caos en la zona, donde cada vez se ven más vehículos por entre las cuadras.

A partir de lo anterior, muchos pueden concluir que lo mejor es no tener carro particular, pero más allá de eso es como decir que no podemos tener un teléfono de alta gama, o una vivienda, porque le tenemos miedo a exigir un control sobre los impuestos, acaso debemos andar con el miedo a que nos roben, incluso usando las mismas leyes, por injustas que sean.

Señores dirigentes, banqueros, terratenientes, gobernadores, el costo de vida de la población es cada vez más alto, el caos y la delincuencia crecen donde sobrevive el más fuerte, mermen el crecimiento de sus bolsillos para contribuir a las oportunidades de las personas, sabemos que se pueden construir estrategias y empresas públicas mejor organizadas, limpias y comprometidas con la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Jean Paul Pico Hernández

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